Itongadol/Agencia AJN.- El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó el martes a Irán de albergar a Al-Qaeda, diciendo que el país se ha convertido en una «base de operaciones» para el grupo terrorista.
En un discurso una semana antes de dejar el cargo, Pompeo confirmó un informe del New York Times de noviembre que aseguraba que el segundo al mando de Al-Qaeda fue asesinado en Teherán durante el último verano. El informe decía que Abdullah Ahmed Abdullah, que usaba el nombre de guerra Abu Muhammad al-Masri, fue asesinado por agentes israelíes a instancias de los norteamericanos.
Abdullah era buscado por su presunto papel en la planificación de los devastadores ataques a dos embajadas estadounidenses en África en 1998, en Nairobi y en Dar es Salaam, y un ataque en 2002 a un hotel de propiedad israelí en Kenia.
Mientras que Irán negó el informe del asesinato, Pompeo lo confirmó pero evitó mencionar su autoría, sin negar ni afirmar la participación de Israel en sus observaciones al Club Nacional de Prensa.
«Al-Qaeda tiene una nueva base de operaciones. Es la República Islámica de Irán. Como resultado, la malvada creación de Bin Laden está a punto de ganar fuerza y capacidad», sostuvo Pompeo.
Además, el funcionario dijo que debido a los esfuerzos estadounidenses para acabar con el grupo terrorista después del 11 de septiembre, Al-Qaeda buscó un nuevo refugio y encontró uno en Irán, al que llamó «la elección perfecta». Según Pompeo, «un cambio de marea estaba ocurriendo dentro del eje Irán-Al Qaeda» en 2015, durante la finalización del acuerdo nuclear con Irán.
«Irán decidió permitir que Al-Qaeda establezca un nuevo cuartel general operacional, con la condición de que se atenga a las normas del régimen», agregó Pompeo, citando información «totalmente nueva».
Pompeo aseguró que Irán da a los líderes de al-Qaeda «mayor libertad de movimiento» bajo su supervisión y que un ministerio iraní y la Guardia Revolucionaria dieron documentos de viaje y tarjetas de identificación «que permitieron la actividad de Al-Qaeda». Además, concluyó que la agrupación terrorista «ha centralizado su liderazgo» en Irán.
«Teherán ha permitido a Al-Qaeda recaudar fondos, comunicarse libremente sus células en todo el mundo y realizar muchas otras funciones que antes se dirigían desde otros países», añadió.
«Irán es en efecto el nuevo Afganistán», concluyó Pompeo, manifestando preocupación por la escasa inteligencia y presencia que los Estados Unidos tienen en la República Islámica.
«El eje Irán-al-Qaeda amenaza el progreso de los Acuerdos de Abraham», continuó el secretario, refiriéndose a los recientes acuerdos de normalización negociados por Estados Unidos que Israel firmó con los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán. «Si Al-Qaeda puede usar los ataques terroristas en la región para chantajear a las naciones para que no se unan a la paz con Israel, entonces corremos el riesgo de frenar el impulso generacional para la paz en el Medio Oriente», dijo.
Pompeo también advirtió que la alianza entre Irán y Al-Qaeda aumentaba el riesgo de ataques terroristas en todo el mundo, diciendo que las naciones occidentales podrían ser el objetivo y la guerra civil siria podría ser aún exacerbada por los combatientes de la agrupación afgana. «Esta es una organización terrorista enterrada en lo profundo de una nación-estado con capacidades avanzadas», dijo sobre el supuesto apoyo de Irán al grupo terrorista. «Imaginen la amenaza a Estados Unidos, imaginen la amenaza a Israel, a Arabia Saudita», expresó.
Al mismo tiempo, el alto funcionario de la administración Trump instó a una mayor presión internacional, llamando a la supuesta alianza una «fuerza masiva para el mal en todo el mundo».
Además, anunció sanciones a varios individuos y una recompensa de 7 millones de dólares por información sobre un miembro de Al-Qaeda que dijo que se creía que estaba en Irán identificado como Muhammad Abbatay o Abd al-Rahman al-Maghrebi.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, desestimó las acusaciones de Pompeo y señaló los vínculos de Estados Unidos con Arabia Saudita. «Nadie se deja engañar. Todos los terroristas del 11-S vinieron de los destinos favoritos de Pompeo en Medio Oriente. NINGUNO de Irán», twitteó Zarif, en una supuesta referencia a los saudíes.
La administración Trump ha llevado a cabo una campaña de años contra Irán que ha incluido sanciones, la retirada del acuerdo nuclear de 2015 y el asesinato del general iraní Qassem Soleimani. Donald Trump dejará el cargo el 20 de enero.
El anuncio de Pompeo probablemente complicará aún más el objetivo declarado de la administración Biden de volver a negociar con Teherán.