Itongadol.- Funcionarios de la Autoridad Palestina (AP) advirtieron el miércoles de que la política de Israel, especialmente en el Monte del Templo, provocaría violencia e inestabilidad en la región.
Los funcionarios palestinos se expresaron en respuesta a las visitas de judíos a al-Haram al-Sharif (el Noble Santuario), término con el que los musulmanes denominan al Monte del Templo, y a la disputa sobre la sala de oración de Bab al-Rahma, en la parte oriental del recinto de la mezquita de Aqsa.
Los funcionarios mostraron su indignación después de que algunos de los visitantes judíos del Monte del Templo llevaran banderas israelíes.
La Policía de Israel entra en la sección Bab al-Rahma del Monte del Templo
Los funcionarios también condenaron a las autoridades israelíes por entrar en la sala de oración de Bab al-Rahma y retirar los cables eléctricos instalados por los palestinos durante el Ramadán.
Bab al-Rahma (Puerta Dorada o Puerta de la Misericordia) fue cerrada por la policía israelí en 2003 para impedir que miembros del Movimiento Islámico-Rama Norte de Israel y partidarios de Hamás se hicieran con el control del lugar.
Los palestinos afirman que Israel pretende convertir la polémica zona en una sinagoga.
La Policía de Israel señaló que los agentes habían descubierto, durante una inspección rutinaria, «deficiencias de seguridad y cambios que se llevaron a cabo ilegalmente durante el Ramadán» en el interior de la sala de oración.
«La Policía de Israel seguirá trabajando para salvaguardar los lugares santos y preservar la seguridad y el orden de acuerdo con la práctica existente en el lugar», destacó la Policía de Israel.
Por otro lado, el portavoz presidencial de la AP, Nabil Abu Rudeineh, acusó a Israel de «arrastrar a la región a una plaza de violencia, escalada, tensión e inestabilidad por su insistencia en continuar con la política de castigo colectivo, asesinatos, asaltos a la mezquita de Al Aqsa y terrorismo de los colonos».
Fuerzas de seguridad israelíes trabajan en el complejo de Al-Aqsa, también conocido como el Monte del Templo, mientras surge la tensión durante los enfrentamientos con palestinos en la Ciudad Vieja de Jerusalem, el 5 de abril de 2023 (crédito: AMMAR AWAD/REUTERS)
El portavoz denunció a los judíos que visitan el Monte del Templo como «colonos extremistas» y acusó a la policía de «irrumpir en la capilla de Bab al-Rahma y dañar las redes eléctricas de su interior».
Estas acciones «confirman que el gobierno extremista israelí busca formas de agravar la situación», agregó Abu Rudeineh.
El pueblo palestino «no permitirá que las autoridades de ocupación dañen la mezquita de Al Aqsa», advirtió, y añadió que Israel estaba «jugando con fuego».
Abu Rudeineh también criticó a Israel por sus actuales medidas antiterroristas en Cisjordania, calificándolas de «castigo colectivo». Esta política «no aportará seguridad ni estabilidad a nadie, sino que empujará a la región a una mayor escalada y tensión», remarcó.
El portavoz instó a la administración estadounidense a «intervenir inmediatamente para poner fin a estas prácticas peligrosas y presionar a Israel para que detenga todas sus medidas unilaterales».
El primer ministro de la AP, Mohammad Shtayyeh, también denunció las medidas policiales en Bab al-Rahma, que describió como «parte integrante de la mezquita de al-Aqsa.»
En su discurso de apertura de la reunión semanal del gabinete de la AP en Ramallah, Shtayyeh exigió el fin de las «incursiones» israelíes en la mezquita de Al Aqsa y de los «asaltos a las iglesias».
Un grupo palestino denominado Comité Islámico-Cristiano de Apoyo a Jerusalem y sus Santos Lugares subrayó el miércoles de que el gobierno israelí estaba trabajando para controlar Bab al-Rahma y convertirla en una sinagoga.
«Todos los indicios confirman que la sección oriental de la mezquita de Al Aqsa está en el punto de mira como parte de un plan para dividir el recinto de la mezquita de Al Aqsa en el tiempo y en el espacio [entre musulmanes y judíos]», expresó el Comité en un comunicado.
El Comité concluyó que, de llevarse a cabo, el supuesto plan provocaría una «explosión sin precedentes