Itongadol.- Seiscientos días después de que estallara la guerra el 7 de octubre de 2023, Israel ha eliminado a casi todos los altos mandos de Hamás en Gaza, aunque el grupo sigue ejerciendo una influencia estratégica a través de su extensa red de túneles y el cautiverio de 58 rehenes.
Desde que comenzaron los combates, las Fuerzas de Defensa de Israel han atacado sistemáticamente el ala militar de Hamás. Comandantes como Yahya Sinwar, Mohammed Deif, Marwan Issa y Rafa Salama murieron en ataques de precisión, y Mohammed Sinwar, hermano de Yahya Sinwar, murió a principios de mayo. A finales de mayo, sólo Ezz al-Din al-Haddad, comandante de la brigada de la ciudad de Gaza, seguía en libertad entre los operativos de alto rango.
Fuera de la Franja de Gaza, la dirección política de Hamás también ha sufrido duros golpes. Al parecer, Ismail Haniyeh fue asesinado en Irán y Saleh al-Arouri, en Líbano, en operaciones consecutivas que repercutieron en el «eje de la resistencia». En su ausencia, el líder en funciones de Gaza, Khalil al-Hayya, y el ex jefe del politburó, Khaled Mashal, han tomado el timón de las negociaciones de alto el fuego.
A pesar de estos reveses, Hamás conserva lo que los analistas describen como su única «arma estratégica» restante: una extensa red subterránea bajo Gaza. Fuentes consultadas por Asharq al-Awsat afirmaron que el sistema de túneles sigue incluyendo pasadizos defensivos, rutas de ataque dirigidas a posiciones de las IDF, pasillos de mando y control y celdas para retener a prisioneros israelíes. Las estimaciones previas a la guerra situaban la red en unos 1300 túneles que abarcaban 500 km, con profundidades de hasta 70 metros. Aunque las IDF han lanzado operaciones en todos los sectores de la Franja, aún no han destruido todo el laberinto.
Mientras tanto, la campaña militar de Israel ha neutralizado en gran medida los arsenales de cohetes de largo alcance de Hamás y ha eliminado a cientos de operativos de todos los niveles. Hamás ha reclutado nuevos combatientes en medio de los combates y, según múltiples informes, reutiliza municiones israelíes sin detonar para fabricar municiones rudimentarias.
En el frente diplomático, Hamás ha mostrado sus primeros signos de flexibilidad en las negociaciones para el intercambio de rehenes. El grupo, que durante mucho tiempo exigió el fin absoluto de las hostilidades, ofreció un alto el fuego temporal de 70 días e incluso planteó una propuesta condicional para renunciar al gobierno de Gaza si todas las facciones palestinas acordaban un acuerdo político unificado. Informes de Al-Mayadeen, en el Líbano, sugieren que Hamás está dispuesto a aceptar restricciones en el desarrollo de sus armas siempre que conserve su arsenal actual.
Los aliados regionales de Hamás también se han visto debilitados. Hezbollah en el Líbano ha visto reducida su influencia por un nuevo gobierno y un nuevo presidente que exigen el control estatal sobre las armas. En Siria, el régimen de Bashar al-Assad se enfrenta a un colapso interno, mientras que en Cisjordania, Jenin se ha convertido en un escenario más permisivo para las operaciones de las IDF. Las milicias iraquíes, que en su día fueron una amenaza vocal, han cesado el fuego ante la presión de Estados Unidos. Solo los hutíes de Yemen, respaldados por Irán, siguen participando activamente, lanzando misiles e interrumpiendo el tráfico marítimo en el Mar Rojo.
Sobre el terreno, en Gaza, los crecientes informes sobre el hambre y las penurias han erosionado el apoyo público a Hamás. En algunos distritos, el grupo sigue imponiendo el orden por la fuerza, pero en otros los palestinos piden abiertamente el fin de los combates. Israel ha respondido poniendo a prueba un nuevo modelo de distribución directa de ayuda humanitaria diseñado para eludir el papel tradicional de Hamás como árbitro de la ayuda.
Hamás, la organización responsable de la peor masacre de judíos desde el Holocausto, se ha visto gravemente debilitada, al igual que el «eje del mal» al que pertenece. Sin embargo, los israelíes siguen siendo dolorosamente conscientes de que 58 de sus conciudadanos siguen retenidos por Hamás, algunos desde hace 600 días. Hasta que todos los rehenes sean devueltos, ya sea para su rehabilitación o para su entierro, el corazón de la nación seguirá incompleto.