Itongadol.- El Centro Médico Hadassah de Israel intensifica su presencia en Latinoamérica a partir de la difusión de un novedoso protocolo para los geriátricos y residencia de la tercera edad diseñado para enfrentar la crisis del coronavirus.
“En Hadassah, como parte de la respuesta global al coronavirus, decidimos crear algún tipo de instrumento que puede ser útil para algunos lugares donde el conocimiento de Hadassah podría marcar alguna diferencia. Por eso, desde Hadassah Internacional, creamos un manual que condensó todos los protocolos médicos que se implementaron aquí desde el comienzo del COVID para poder compartirlo con instituciones de salud”, explicó el director adjunto de Hadassah Internacional Jorge Diener.
En este marco, el director general de Hadassah, Zeev Rotstein, destacó la importancia de los testeos para controlar la enfermedad. “Si hubiésemos sido más rápidos y hubiésemos descubierto esto semanas antes, hubiésemos salvado a mucha gente mayor”, indicó.
Lo cierto que este plan de innovaciones que creo Hadassah fue presentado en un encuentro virtual que se realizó a través de la plataforma Zoom y al que asistieron Enrique Burbunski, director ejecutivo de Ledor Vador de la Argentina; Marcelo Rohn, director ejecutivo de AFI; Jorge Kritzer, director médico AFI y Carolina Díaz, directora médica del centro geriátrico Hirsh de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires.
También estuvieron Ricardo Barmat director general del Hogar Beit Sión, y Ricardo Saban, miembro de la comisión directiva de Beit Sión, de Buenos Aires. Además participó Ionit Leivoovich, directora ejecutiva del Hogar israelita de Montevideo; Diana Naum, en representación del Hogar Israelita de Montevideo, Yoni Kurlender, director de desarrollo del Hogar Israelita.
Desde Chile intervinieron David Rozowski, presidente del Hogar Cisroco; Andres Belfus, presidente del Hogar Beit Israel; quien estuvo acompañado por Alejandro Majlis, director médico, Raquel Schatloff, directora ejecutiva y Tamara Pakozdi, nutrióloga. Junto a ellos participaron el presidente de la Comunidad Judía de Chile, Gerardo Gorodischer, y su director ejecutivo, Marcelo Isaacson.
Por Hadassah participaron su director general Zeev Rotstein, Diener y Fanny Ribak, directora de Desarrollo Argentina Hadassah International.
“Surgió un interés muy grande en los hogares de la tercera edad de las comunidades judías en Latinoamérica, en un lugar donde la necesidad es muy clara. Ya se sabe que dentro del grupo de riesgo, que es la tercera edad, hay un grupo interno de mayor riesgo aún que son aquellos que viven concentrados en una institución”, comentó Diener en comienzo de la charla.
En este contexto, el representante del centro médico israelí explicó que a partir estas consultas se generó un diálogo que comenzó en Argentina y continuó en los hogares de Uruguay y de Chile, países donde Hadassah hasta ahora no tenía actividad. “Generamos una conexión que hoy en día les permitió a esos hogares tener acceso, no solamente al manual con los protocolos que les permite saber cómo organizarse para prevenir el contagio y atender a los casos positivos en la medida en que aparezcan, sino también la posibilidad de tener acceso a una conversación muy exclusiva con el director general del Hospital Hadassah, el doctor Zeev Rotstein, quien explicó lo que está en el manual y cómo implementarlo y atendió las situaciones específicas de cada uno de estos hogares”.
“El problema que tienen los hogares es que una vez que aparece un positivo dentro del hogar, asintomático, que puede contagiar a otros sin saberlo, el contagio es tan rápido como el fuego que ataca a una casa de madera, es imparable”, graficó Diener.
El director de Hadassah señaló que “dentro del éxito de Israel en controlar la mortalidad por el virus, cuando uno mira el grupo de los fallecidos, casi un 40%, son gente mayor en hogares, que demoraron en reconocer la necesidad de testear en forma efectiva al personal que atiende a los residentes de los hogares”. “La política de Hadassah que marcó una diferencia importante en Israel tuvo que ver con hacer testeos cada 5 días a cada miembro del personal que tuviera contacto con los residentes para identificar los focos de contagio, sacarlos fuera del hogar y crear un muro de contención al contagio en los hogares”, precisó.
Al respecto puntualizó que “la única forma realmente de tener controlado el contagio es poder hacer pruebas en forma sistemática”. “Los empleados, que no viven dentro del Hogar, tienen contacto con otra gente. La mayoría de los hogares pusieron en práctica, por falta de recursos y condiciones de generar un plan de test de pruebas de COVID de forma sistemática, todo tipo de controles en la entrada: temperatura, declaración jurada, que no son tan efectivos como lo es la prueba”, señaló.
Para el director Diener la clave para frenar al mortal virus está en “hacer las pruebas con una diferencia de 5 días para estar seguros que cuando una persona entra, entra negativo del COVID”, pero admitió que “eso tiene un costo muy alto, un costo que incluso los hogares que tienen un grupo importante de gente que los apoya y les consigue los recursos, se les convierte en algo totalmente imposible”.
“Nosotros desde Hadassah, y en eso hemos sido pioneros, propusimos la técnica del pooling. Es básicamente una técnica de muestreo, que permite en un plato de 90 pruebas, que demoran un tiempo de 70 minutos, multiplicar las pruebas al mismo costo. Es decir, en un mismo tubo de ensayo, se realiza una prueba PCR de Covid , pero en lugar de ser para una sola persona, entran las pruebas de 8 personas”, explicó.
Diener señaló que podrían ser más, pero desde el centro médico israelí se llegó a la conclusión que ocho es el número ideal, donde se puede encontrar resultados válidos. “Por lo tanto, en un plato de noventa en lugar de hacerle una prueba a 90 personas se les está haciendo a 720, al mismo tiempo y al mismo costo”, puntualizó.
Frente a las distintas consultas, Hadassah tiene previsto organizar un encuentro virtual para explicar a las instituciones que quieran participar exactamente cómo pueden hacerlo y de qué forma deben presentarlo a las autoridades pertinentes para que lo puedan realizar. “Vamos a hacer este piloto con los hogares que ya se asociaron con Hadassah, y eventualmente esto lo vamos a poder compartir con cualquier otra institución de salud, con
hogares, en donde quieran hacerlo”, indicó.
El pooling da un mapeo y es útil en la medida en que se sigan manteniendo medidas de aislamiento, porque esto se puede hacer en un lugar donde uno tiene controlado el flujo o el contacto físico entre las distintas personas. “Toda prueba que se hace, el resultado es cierto de acuerdo al momento en que se hizo, si 5 minutos después se puso en contacto con alguien que no está en el grupo controlado, la prueba no sirve de nada”, advirtió Diener.
“Nosotros estamos haciendo esto para poder compartir conocimientos como algo que en la medida que pueda ayudar, ayude. Se van generando relaciones que para nosotros, como Hadassah, son muy interesantes, tanto para la situación de hoy como para el futuro, con lo cual estamos empezando a desarrollar relaciones estratégicas con líderes comunitarios en países donde hasta ahora no teníamos una presencia importante”, señaló.
Al respecto, Diener mencionó el caso de Chile, donde las autoridades de la comunidad se mostraron interesadas. E incluso indicó que la embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, “tiene un rol muy importante en la conexión” que Hadassah también tiene con la sociedad general de ese país.
Asimismo destacó el rol de la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen. “También en Uruguay empezamos a generar una actividad que hasta ahora no teníamos, nuestra actividad principal en Sudamérica han sido siempre Argentina, Brasil; y en Centroamérica”, comentó Diener.
“En México, la situación demanda que tengamos que expandirnos más. Estamos conformes con poder hacer algo, porque aunque sea un granito de arena puede salvar vidas”, resaltó el representante de Hadassah.