Itongadol/Agencia AJN.- El ministro de Salud israelí, Uriel Busso, aseguró en una entrevista con The Jerusalem Post que el ataque con misiles iraníes contra el Centro Médico Soroka representa una escalada significativa en el conflicto, distinta de los bombardeos previos que habían tenido como objetivo áreas pobladas. “Esto es un acto terrorista deliberado contra un hospital; atacar instalaciones que atienden a mujeres, niños, ancianos e indefensos es cruzar una línea roja”, denunció.
El ataque ocurrió el jueves por la mañana, cuando un misil balístico impactó directamente en el hospital ubicado en Beersheba. El centro médico sufrió daños en varias áreas, mientras que el resto de la andanada iraní también causó impactos en distintas ciudades del centro de Israel. Según informó Magen David Adom (MDA), 89 personas resultaron heridas en todo el país como consecuencia de los ataques.
Las imágenes del impactante momento en que un misil lanzado desde Irán golpeaba contra el hospital recorrieron las redes sociales y medios internacionales. El Soroka no solo atiende a israelíes, sino también a beduinos del Negev, palestinos de Gaza y Cisjordania, y residentes de todo el sur del país. El ataque conmocionó a la opinión pública por tratarse de un centro médico civil que brinda atención sin distinción de origen o religión.
“Este hospital brinda asistencia sin distinción de religión. Atacar un lugar así es un hecho grave para el Estado”, subrayó Busso, y aseguró que el gobierno tomará represalias por lo sucedido. “Israel hará que Irán pague un precio muy alto por lo que hizo”, afirmó, citando al primer ministro Benjamin Netanyahu tras el ataque.
Pese a la magnitud de los daños, el ministro explicó que el Soroka puede seguir funcionando. “Tenemos el departamento de emergencias protegido, áreas subterráneas operativas, y estamos realizando evacuaciones”, detalló. Sin embargo, advirtió que será necesario reducir la capacidad operativa: de las mil camas habituales, ya se habían reducido a 700, y tras el ataque se evacuarán otros 200 o 250 pacientes, quienes serán dados de alta o trasladados a otros centros médicos.
Busso aclaró que el daño pudo haber sido aún peor: “El edificio que fue impactado alberga salas de medicina interna, unidades de cuidados intensivos y pacientes con respiradores, que evidentemente no pueden trasladarse durante una alerta. Gracias a que se evacuó el área recientemente por los ataques previos, se salvaron vidas”.
El ministro destacó también el trabajo preventivo del sistema de salud desde el inicio del conflicto. “La actividad de todos los hospitales se ha enfocado en garantizar que se cumplan las instrucciones de seguridad”, indicó. Puso como ejemplo la reubicación de salas de emergencia en estacionamientos subterráneos protegidos y la designación de personal específico para cerrar puertas presurizadas en caso de alerta.
Según Busso, el ataque demostró cuán necesarias eran esas preparaciones. “Este ataque dejó claro que nuestra preparación no fue en vano”, dijo, y confirmó que en las últimas horas se reforzó el cumplimiento estricto de los protocolos. “Las acciones que salvan vidas se están llevando a cabo. El escenario para el que nos preparamos durante meses se ha concretado”, agregó.
La planificación incluyó simulacros y capacitación específica en hospitales, anticipando posibles ataques directos. “Los equipos y el sistema de salud estaban listos, y ahora lamentablemente nos vemos obligados a aplicar todo lo que preparamos”, sostuvo.
Finalmente, Busso aclaró que se pospondrán cirugías no urgentes y se dará el alta anticipada a pacientes o madres cuando sea posible, pero subrayó que “no se comprometerá ninguna atención médica que salve vidas”. Pese a la gravedad del ataque, el ministro concluyó con una reflexión: “No tuvimos que activar protocolos para un evento masivo de víctimas; cada herido es lamentable, pero gracias a que seguimos las instrucciones no hubo muertos, y el número de heridos se mantiene bajo”.