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Elecciones 2019: Entrevista y análisis de las elecciones en Israel

Por Gustavo Beron
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Itongadol/AJN.- El periodista español Sal Emergui advirtió que en Israel “siempre las elecciones han coincidido siempre con momentos críticos o tensos” y señaló que en esta oportunidad la tensión está centralizada “en la frontera con Gaza, en el frente norte con Irán, Siria y el grupo chiita Hezbollah en el Líbano”.

En una entrevista con la Agencia de Noticias AJN, Emergui apuntó que para esta segunda elección del año, el primer ministro Benjamin Netanyahu “ha querido que los temas principales sean de seguridad”, mientras que su principal opositor Benny Gantz como su ex socio y ex ministro Avigdor Liberman apuntaron a que “el asunto primordial sea entre religión y Estado”.

“La gran pregunta es si Netanyahu consigue o no los 61 votos porque sino deberá pactar”, anticipó el periodista del diario El Mundo.

A continuación los tramos más importantes de la entrevista con Sal Emergui:

-AJN: ¿Qué momento vive Israel en estas elecciones
-S.E:
En Israel siempre el momento es de tensión desde la creación del país en 1948, las elecciones han coincidido siempre con momentos críticos o tensos, por la sencilla razón de que así es el país. Israel está siempre con tensión, con temas dramáticos, con situaciones de violencia, tensión o guerra. En este caso tensión en la frontera con Gaza, en el frente norte con Irán, Siria y el grupo chiita Hezbollah en el Líbano. En este momento hay una calma tensa en la región. Esto no evita que haya tensión y crispación enorme en Israel en estas elecciones, en las cuales 32 partidos han sido presentados para la Knesset, pero solo una decena tiene opción de estar dentro de la Knesset. Recordemos que esta Knesset fue disuelta en el verano después que Netanyahu fracasara en la formación del gobierno. Básicamente porque su ex aliado, ex ministro y ex socio Avigdor Liberman decidió no apoyar la ley del reclutamiento de los ortodoxos para el Ejército y Netanyahu no tenía los suficientes votos. Netanyahu en lugar de devolver el mandato al presidente Reuven Rivlin lo que hizo fue conseguir el apoyo para disolver la Knesset y así llegamos tras un verano relativamente tranquilo a nivel político pero muy tenso a nivel general, sobre todo en el sur del país. Estas elecciones decidirán si Netanyahu consigue o no los 61 votos de los 120 que tiene la Knesset sin los escaños de Avigdor Liberman que por primera vez afirma antes de las elecciones que no va a apoyar de forma automática a Netanyhu sino que va a apoyar a aquellos partidos que apoyen su propuesta, su exigencia, de formar un gobierno de unidad, laico, liberal. Según él, un gobierno judío pero no religioso, sin los partidos ultraortodoxos, ni los líderes -como dice él- mesiánicos en referencia a Bezalel Smotrich y Rafi Peretz, es decir, a la parte importante del bloque ultraderechista y ultranacionalista.

-AJN: ¿Cuáles son los principales temas de las elecciones?
-S.E:
En primer lugar, desde Liberman y Gantz en todo momento han querido que el asunto primordial sea entre religión y Estado. Es lo que se llama el aumento de la influencia religiosa judía en las escuelas, el asunto del reclutamiento al Ejército de los jóvenes ultraortodoxos. Constantemente Liberman, y sobre todo Gantz, han identificado a Netanyahu como aquel que abre la puerta o da todo lo que piden los partidos Haredi o ultraortodoxos y los partidos más radicales de la derecha. Ellos dicen que es el precio que Netanyahu paga para que esta coalición le dé lo que él pide que es la inmunidad, le permita seguir gobernando el país pese a que pueda ser llevado finalmente a juicio. Hay que recordar que a principio de octubre, Netanyahu tiene una cita importantísima, casi tanto como las elecciones, y es ante el fiscal general letrado Avijai Mandelblit, que debe decidir si finalmente lleva a cabo o no la imputación por soborno o fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción. Básicamente relacionados con temas de regalos recibidos él y su esposa por amigos millonarios y sobre todo su relación con los medios de comunicación. Según la sospecha policial y de Mandelblit, Netanyahu habría favorecido a amigos empresarios para recibir una cobertura más favorable en los medios de comunicación. Netanyahu, por su parte, ha querido que los temas principales sean de seguridad. Sobre todo de su relación con el presidente Trump, Netanyahu ha querido vender o presentarse como el único que puede afrontar los retos internacionales al presumir de su relación con Putin, con Trump y su -digamos- último truco ha sido esta especie de diálogo para un futuro tratado de mutua alianza entre Estados Unidos e Israel. La oposición dice que es un spin electoral porque en el pasado ya se había manifestado en contra de este acuerdo que limitaría la libertad de acción del Ejército. Pero Netanyahu ha ido prácticamente al tema y también al tema de que según el likud en las anteriores elecciones hubo fraude en el recuento de los votos. Por lo tanto Netanyahu intenta un poco despertar el voto nacionalista, el voto de la rabia, del enfado en la derecha. Por último, Netanyahu sigue girando a la derecha con su anuncio de la anexión de varias partes del Valle de Jordán y del norte del Mar Muerto, territorio que Israel tomó control en 1967, y Netanyahu es un claro giro hacia a la derecha. Su objetivo es absorber todos los votos de la derecha incluso de Yamina, de Ayelet Shaked, para hacer la lista más votada y, por lo tanto, al ser la más votada evitar que el presidente Rivlin tenga la idea o el pensamiento de encargar la formación del gobierno al gran rival Benny Gantz.

-AJN: ¿Qué pronostican los últimos sondeos que puede pasar mañana en las elecciones?
-S.E:
Los últimos sondeos indican que hay un empate técnico entre Likud y Kahol Laván. Lo que es más importante es quién va a ganar a nivel de bloques. La media se puede hacer en base a los últimos sondeos indican que el bloque formado por la derecha y los ultraortodoxos llegarían a 59 e incluso 60, es decir, a solo un escaño de tener la mayoría mínima y ajustada para poder gobernar. El bloque de centroizquierda tendría 53 incluyendo el bloque árabe y, por último, el partido Israel Beitenu, de Liberman, tendría ocho diputados tres más de los que tiene ahora. La gran pregunta es si Netanyahu consigue o no los 61 votos porque sino deberá pactar.

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