Itongadol.- Un ataque israelí con aviones no tripulados contra Ispahán fue un éxito, afirmaron fuentes de inteligencia y extranjeras occidentales, informó el domingo The Jerusalem Post.
Por otro lado, el Wall Street Journal también comunicó que «Israel llevó a cabo un ataque clandestino con aviones no tripulados dirigido a un complejo de defensa en Irán, según funcionarios estadounidenses y personas familiarizadas con la operación».
Sin embargo, Estados Unidos señaló que no estuvo detrás del ataque en Irán.
Estos informes plantean muchas preguntas sobre los incidentes ocurridos en Irán el sábado por la noche. Lo que está claro es que la mayoría de los informes apuntan al uso de drones.
Las guerras de drones se están desarrollando en la región, aunque se utilizaron en la guerra durante décadas, siendo Israel pionero en el uso de ellos a comienzos 1980. Entonces, los drones se utilizaban principalmente para la vigilancia, lo que permitía a los países ver lo que ocurría en el campo de batalla sin arriesgar a los pilotos.
El ataque israelí con aviones no tripulados contra Ispahán.
Los drones evolucionaron mucho desde entonces y se segmentaron en diferentes tipos. Ahora hay drones grandes, como el Global Hawk estadounidense, que pueden volar miles de kilómetros a gran altitud, y hay microdrones, que pueden ser utilizados por soldados en el campo de batalla y tienen un tiempo de vuelo de media hora y un corto alcance.
La principal novedad es que países como Irán y China entraron en el negocio de los drones. Mientras que Israel y Estados Unidos solían dominar el mercado mundial de aviones no tripulados, fabricando sistemas como el Predator y el Reaper en Estados Unidos y el Heron y el Hermes en Israel, en la actualidad son muchos los países que fabrican aviones no tripulados.
Lo que ocurrió ahora es que el programa de drones de Irán -que se centra sobre todo en drones kamikaze que vuelan en misiones unidireccionales y en los que el propio dron es el arma- repercutió en la guerra de Ucrania.
Rusia importó drones Shahed iraníes y los utilizó para atacar a ucranianos, en su mayoría civiles, lo que generó un acercamiento en la alianza de Rusia con Irán y suscitó la preocupación de que la República Islámica pueda recibir a cambio tecnología de Moscú. Esto último podría impulsar el programa nuclear y de misiles de Irán.