Itongadol.- Ucrania dice que sus fuerzas nunca se rendirán a Rusia, 1.000 días después de que Moscú lanzara su brutal invasión, mientras que el Kremlin también promete la victoria e intensifica su ruido de sables nuclear.
El sombrío aniversario comenzó con un ataque ruso nocturno en la región de Sumy, en el este de Ucrania, que destruyó un edificio de residentes de la era soviética y mató al menos a nueve personas, entre ellas un niño. El Presidente Volodymyr Zelensky publicó imágenes de los equipos de rescate sacando cadáveres de entre los escombros e hizo un llamamiento a los aliados de Kiev para que «obliguen» al Kremlin a la paz.
El Ministerio de Asuntos Exteriores se hace eco de los comentarios de Zelensky en un comunicado con motivo del aniversario en el que pide a los aliados que aumenten su apoyo militar para lograr un final «sostenible» de la guerra.
«Ucrania nunca se someterá a los ocupantes, y los militares rusos serán castigados por violar el derecho internacional», afirma el Ministerio. «Necesitamos la paz a través de la fuerza, no del apaciguamiento».
El Kremlin también promete derrotar a Ucrania.
«La operación militar contra Kiev continúa… y se completará», dice el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a los periodistas, utilizando el lenguaje preferido de Rusia para referirse a su invasión. Los comentarios se producen cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó un decreto que amplía el alcance de cuándo Moscú considerará el uso de armas nucleares, en una clara advertencia a Occidente y Ucrania.
El Kremlin afirma que la medida, que permite a Rusia utilizar armas nucleares contra un Estado no nuclear si cuenta con el apoyo de potencias nucleares, es «necesaria para adecuar nuestros principios a la situación actual».