Itongadol.- Hasta hace unos meses, David Cherkaskyi estaba terminando una licenciatura en ciberseguridad, rezando en su sinagoga de Jabad Lubavitch y publicando selfies de sus viajes por el mundo judío. Pero su situación cambió drásticamente y ahora, mientras está esperando en su ciudad natal de Dnipro, al este de Ucrania, se encuentra «listo para matar a los soldados rusos».
Este hombre de origen judío de 20 años es jasídico y, junto a su padre Asher, integra una fuerza de 400 soldados ucranianos preparados para intentar frenar un ataque en Dnipro, una de las ciudades en las que se espera que las tropas rusas combatan en los próximos días.
Padre e hijo forman parte de la Fuerza de Defensa Territorial, la fuerza civil que los líderes ucranianos esperan que ayude al ejército a rechazar lo que está resultando ser un ataque a gran escala de Rusia por aire y tierra, incluyendo, cada vez más objetivos civiles.
La céntrica ciudad de Dnipro tiene una importancia estratégica clave en el conflicto debido a su aeropuerto y a su alto nivel de producción de metales. También es significativa para el movimiento judío ortodoxo Jabad, cuyo último líder, el rabino Menachem Mendel Schneerson, fue hijo del rabino principal de la ciudad desde 1903 hasta 1939.
«Iría hasta Moscú y más allá y dispararía al puto Putin yo mismo si pudiera», dijo Cherkaskyi a la Agencia Telegráfica Judía, refiriéndose al presidente ruso que declaró la guerra a su país hace seis días.
Cherkaskyi dice que hay al menos otros dos judíos en su batallón, y su identidad judía, según él, no es un problema para sus compañeros de lucha.
«Todos están dispuestos a luchar. No importa si eres judío o no, nadie piensa en eso», dijo Cherkaskyi, añadiendo que su identidad judía tampoco le causó problemas antes de la guerra.
«Todo el mundo puede ver que mi padre y yo somos judíos y que todos queremos defender nuestro país. Esa idea de que los ucranianos son neonazis la inventó Putin», añadió.
El joven de 20 años dice que hace todo lo que uno puede imaginar como voluntario, mientras que su padre es un soldado «de verdad», con experiencia de combate contra el ejército ruso en Donetsk en 2014 y 2015. Fue entonces cuando los militares rusos se unieron a las fuerzas separatistas en dos enclaves ucranianos escindidos, que Putin ahora exige que pasen a estar bajo pleno control ruso.
Ante la posible necesidad de combatientes a largo plazo, Ucrania prohíbe actualmente a los hombres de entre 18 y 60 años salir del país. Pero no reclutó a nadie: los dos Cherkaskyis se presentaron como voluntarios.
Al preguntarle si tenía miedo, Cherkaskyi dijo que una persona que no muestra miedo por fuera tiene más miedo por dentro.
«Pero el miedo no es mi mayor problema ahora mismo», dijo Cheraskyi. «Necesito 400 chalecos antibalas y cascos. Ahora tenemos armas pero no tenemos protección».
Está tratando de recaudar fondos para obtener suministros vitales y medicamentos. Cherkaskyi está trabajando estrechamente con la Fundación From the Depths, un grupo que suele trabajar con los supervivientes del Holocausto en Europa del Este, pero que ahora apoya a los refugiados judíos afectados por la guerra.
El soldado novato duerme sólo dos horas por noche porque hay que prepararse mucho para una posible invasión. «No puedo decir exactamente lo que he estado haciendo estos seis días porque eso es clasificado», agregó Cherkaskyi, quien admitió que no tiene tiempo para comer y que sólo toma algunos sorbos de una bebida energética cuando tiene hambre. Además, Cherkaskyi, que intenta respetar las tradiciones judías, explicó que cumplir el Shabat puede ser difícil en circunstancias de guerra. (La ley judía permite violar el Shabat y otras normas para salvar vidas, y en toda Ucrania, los judíos ortodoxos viajaron durante el Shabat la semana pasada mientras intentaban evacuar ciudades cada vez más inseguras).
A pesar de los obstáculos, la moral es muy alta entre los voluntarios, aseguró Cherkaskyi.
Los ucranianos están animados por su inesperada fuerza frente al ejército ruso. «Extraoficialmente nos enteramos de que los rusos ya perdieron 10.000 soldados», dijo. «Son más de los que murieron en la guerra de Chechenia». (Las fuentes de noticias oficiales de Rusia anunciaron 500 muertos, lo que lleva a los expertos en propaganda rusa a conjeturar que el verdadero número de víctimas debe ser mucho mayor).