AJN/Itongadol.- Luxemburgo firmó un acuerdo el miércoles con la Organización Mundial de Restitución Judía (WJRO) con respecto a la restitución de la propiedad arrebatada a los judíos durante la Shoá.
El acuerdo, que se firmó el Día Internacional de la Conmemoración de la Shoá, aborda numerosos problemas relacionados con la disputa en curso sobre la restitución de la propiedad, como el arte saqueado, los seguros y las cuentas bancarias inactivas.
Sin embargo, también proporcionó medidas monetarias y prácticas que el Gran Ducado tomará para restituir a los sobrevivientes de la Shoá y contribuir a la investigación histórica y la conmemoración de la Shoá.
Se donará un total de un millón de euros a la WJRO en un reconocimiento simbólico a los sobrevivientes judíos luxemburgueses de la Shoá, aunque estos fondos se distribuirán a través de la Conferencia sobre Reclamos Materiales Judíos contra Alemania.
Se donarán otros 120.000 euros cada año durante 30 años a la Fundación de Luxemburgo para la Memoria de la Shoá, que busca promover el recuerdo de la Shoá. También se otorgará un mayor presupuesto al Comité para el Recuerdo de la Segunda Guerra Mundial.
El país también se comprometió a financiar investigaciones independientes y a seguir trabajando en sus archivos nacionales para obtener información relacionada con la Shoá y la ocupación nazi de Luxemburgo, y a colaborar más en la elaboración de una estrategia nacional sobre antisemitismo.
Pero entre las partes más destacables del acuerdo está el compromiso de compra y renovación de la Abadía de Cinqfontaines. Construido en 1906, este claustro en el norte de Luxemburgo sirvió originalmente a monjes católicos.
Los monjes fueron expulsados en 1941 durante la ocupación nazi del país, y se convirtió en un campo de internación donde los nazis reunieron y retuvieron a judíos antes de enviarlos a campos de concentración en Europa del Este. En 1969, se erigió un monumento en memoria de los judíos que los nazis reunieron allí.
En virtud de este acuerdo, a un costo estimado de más de 25 millones de euros, el Gran Ducado comprará el claustro, que ha servido como centro de retiro y meditación desde 1973, y lo renovará para convertirlo en un centro educativo y conmemorativo de la Shoá.
Luxemburgo fue ocupado por los nazis en mayo de 1940. Antes de la guerra, el Gran Ducado era el hogar de aproximadamente 3.500 judíos. Se cree que solo 36 de los judíos deportados por los nazis sobrevivieron la Shoá, según estimaciones del museo conmemorativo de Estados Unidos.
En 2019, Luxemburgo era el último país de Europa occidental que dificultaba la restitución, ya que una ley de 1950 restringía en la práctica la elegibilidad para la restitución de casi una cuarta parte de los judíos que habían vivido allí.
La restitución sigue siendo un problema importante para los sobrevivientes de la Shoá, particularmente en Alemania y Polonia, donde miles de millones de dólares en propiedades siguen sin ser restituidos.
Jefes de guerra de Luxemburgo voluntariamente colaboraron con los nazis en la persecución de los judíos durante la Shoá, según un estudio encargado por el gobierno del ducado.
El informe de un panel de historiadores liderados por Vincent Artuso de la Universidad de Luxemburgo fue publicado en 2015, dos años después de que fuera encargado por Jean-Claude Juncker, ex primer ministro del país, situado en la frontera de Bélgica, Francia y Alemania.
«Las administraciones de Luxemburgo bajo la ocupación no fueron obligados a participar en la persecución nazi antisemita bajo amenaza», señaló el informe de 190 páginas.
«Ellos colaboraron una vez que fueron invitados por el ocupante y con frecuencia cumplieron su tarea con rapidez, incluso ciertos jefes de la administración no dudaron en tomar la iniciativa», resaltó.
Luxemburgo fue neutral cuando Alemania invadió en 1940, y finalmente fue anexada. Hubo un levantamiento nacional y una huelga general después de la anexión.
El descubrimiento en 2013 por parte del historiador Denis Scuto de una lista de 280 niños judíos transportados a su muerte generó un debate público que impulsó al ex primer ministro Juncker encargar el estudio sobre la complicidad local durante la Shoá.
De acuerdo con el museo Yad Vashem en Jerusalem, Luxemburgo tenía 3.500 judíos antes de los nazis, de los cuales 1.945 fueron asesinados en campos de exterminio y en el propio país.