Itongadol/Agencia AJN.- Un grupo de funcionarios rusos que visitó Irán como parte de la cooperación en el desarrollo de drones de ataque a principios de este año se vio obligado a refugiarse en su hotel después de un supuesto ataque de la agencia de espionaje Mossad de Israel en una instalación de fabricación de drones en Teherán.
Todo esto fue publicado en un informe del Washington Post, citando documentos filtrados del programa, que relató cómo un grupo de gerentes e ingenieros visitantes se vieron obligados a permanecer en sus alojamientos después de un ataque en una planta de producción de Shahed-136 en Isfahan, atribuido al Mossad. A los funcionarios iraníes les preocupaba que se pudieran lanzar más ataques en instalaciones adicionales de drones en Teherán que los rusos estaban a punto de recorrer.
En el ataque de enero, una declaración del Ministerio de Defensa iraní describió el lanzamiento de tres drones en la instalación, dos de los cuales fueron derribados con éxito. Aparentemente, un tercero logró golpear el edificio, causando «daños menores» en su techo y sin herir a nadie. El medio de noticias iraní de la oposición con sede en Londres, Iran International, citó a testigos oculares que dijeron que vieron tres o cuatro explosiones.
El informe del Washington Post, basado en documentos clasificados, reveló un progreso constante de Rusia hacia la fabricación de su propia versión mejorada del drone de ataque iraní avanzado para usar contra Ucrania.
La publicación dijo que los documentos se obtuvieron de una persona involucrada en el trabajo en una instalación rusa especial destinada a producir 6.000 drones para el verano de 2025, pero que se opone al proyecto y cree que “ha ido demasiado lejos”.
“Esto fue lo único que pude hacer para al menos detener y tal vez crear algunos obstáculos para la implementación de este proyecto”, expresó la persona no identificada.
En junio, la Casa Blanca publicó los hallazgos de inteligencia de EEUU de que Irán estaba proporcionando a Rusia materiales para construir la planta de fabricación de drones en la zona económica especial rusa de Alabuga, al este de Moscú, y dijo que podría estar operativa a principios del próximo año.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden declaró públicamente en diciembre que creía que Teherán y Moscú estaban considerando establecer una línea de ensamblaje de drones en Rusia para la guerra de Ucrania.