Itongadol/AJN.- Los líderes mundiales se reunirán con los sobrevivientes de Auschwitz hoy para conmemorar el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi alemán por parte de las tropas soviéticas.
En el evento conmemorativo, realizado en el campo que la Alemania nazi estableció en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, participarán el canciller alemán, Olaf Scholz; el rey Carlos de Gran Bretaña; el presidente francés, Emmanuel Macron; el presidente polaco, Andrzej Duda; y una serie de otros líderes mundiales.
Los políticos no deberán pronunciar discursos, sino escuchar quizás por última vez a quienes sufrieron y presenciaron de primera mano una de las mayores atrocidades de la humanidad.
Israel, el país fundado para los judíos a la sombra del Holocausto, envió como representante al ministro de Educación, Yoav Kisch.
Las Naciones Unidas establecieron que el 27 de enero de cada año sea designado el “Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto”, mediante la Resolución 60/7 aprobada en la 42ª sesión plenaria de la Asamblea General, el 1º de noviembre de 2005.
Auschwitz-Birkenau, ubicado en territorio polaco, 43 kilómetros al oeste de Cracovia, era un complejo integrado por tres grandes unidades principales y 39 campos subalternos.
Los principales eran Auschwitz I, el campo de concentración original, que servía de centro administrativo de todo el complejo y en cuya entrada estaba colocado el conocido cartel que decía “Arbeit macht frei” (el trabajo libera)”; Auschwitz II, Birkenau; y Auschwitz III, Buna-Monowitz; cuya dirección estaba en manos de las SS.
Fundado en mayo de 1940 como campo de trabajo por disposición de Heinrich Himmler, en septiembre de 1941 se realizaron en el Bloque 11 pruebas con el gas Zyklon B, destinadas a perfeccionar el exterminio de prisioneros, cuyo éxito hizo que se construyeran una cámara de gas, utilizada hasta 1942, y un crematorio.
Birkenau, ubicado a unos 3 kilómetros, tenía como objetivo el exterminio de los judíos, para lo cual se instalaron 4 cámaras de gas, con sus correspondientes hornos crematorios, donde fueron asesinados más de un millón de personas hasta mediados de enero de 1945.
A fines de noviembre de 1944, las SS comenzaron a desmantelar el campo para ocultar las actividades que allí se realizaban, y cuando las tropas soviéticas estaban muy cerca de Auschwitz completaron la destrucción de muchas de sus instalaciones.
También trasladaron a pie a gran parte de los prisioneros hacia territorio alemán, en lo que se conoce como la “marcha de la muerte” por la cantidad de judíos que fueron asesinados o murieron durante su transcurso, en el crudo invierno europeo.
Cuando las fuerzas del Ejército Rojo ingresaron a Auschwitz, el 27 de enero de 1945, descubrieron una realidad que superaba todo lo imaginable: unos 7.000 sobrevivientes, en su gran mayoría imposibilitados de caminar por su deteriorado estado físico.
El director de Auschwitz, el SS Obersturmbannführer Rudolf Höss, fue capturado por los británicos y enviado a Polonia, donde fue juzgado por sus crímenes contra la humanidad y condenado a muerte, al igual que varios oficiales de las SS y personal subalterno que prestaron servicios en Auschwitz, mientras que otros fueron sancionados con cadena perpetua o largas penas de prisión, por tribunales soviéticos o polacos.