Itongadol.- La detención de Mohammad Ibrahim Bazzi en Rumanía la semana pasada es un paso importante contra el grupo terrorista Hezbollah. Estados Unidos buscaba a Bazzi desde al menos 2018, y su detención en Bucarest se considera un éxito.
Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer en el caso, ya que Estados Unidos tendrá que extraditar al presunto financiero de nacionalidad libanesa y belga.
Tony Badran, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), expresó que «Bazzi es la captura de mayor rango en la cúpula del BAC (Business Affairs Component, la estructura organizativa de Hezbollah que gestiona su red mundial de negocios y empresas) desde la detención y extradición en 2017 de Kassem Tajeddine».
»Bazzi es un estrecho colaborador de Abdallah Safieddine y Adham Tabaja, los jefes del BAC, con quienes coordinaba sus actividades», agregó Badran.
Lo que resulta especialmente interesante es el papel del financista en África Occidental, sobre todo en la República de Gambia, un pequeño país de 2,6 millones de habitantes que limita con Senegal.
«Era el accionista minoritario más importante del Prime Bank de Gambia, que supuestamente era un instrumento fundamental de blanqueo de dinero para Hezbollah en África Occidental. El Prime Bank era una filial del Lebanese-Canadian Bank, la infame máquina de blanqueo de dinero en Líbano», explicó Badran.
Ese banco fue señalado a lo largo de los años en diversos informes como centro del blanqueo de dinero y «eje de Hezbollah», según The New York Times.
Por otro lado, Danny Glaser, subsecretario de Financiación del Terrorismo y Delitos Financieros en la Oficina de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos entre 2011 y 2017, afirmó que el «banco libanés-canadiense era un nodo importante dentro de un sistema global más amplio de blanqueo y movimiento de dinero que Hezbollah había establecido».
»Hezbollah movía dinero de todo el mundo. Pero a fin de utilizar ese dinero eficazmente para avanzar en sus objetivos dentro de Medio Oriente y dentro de Líbano y Siria, necesitaban mover ese dinero de vuelta a Líbano para poder utilizarlo», añadió Glaser.
En Zambia, Bazzi tenía vínculos con Yahya Jammeh, líder del país desde mediados de los años 90 hasta 2017.
«Jammeh nombró a Bazzi cónsul honorario de Gambia en Líbano, un parche diplomático del que se aprovechó Hezbollah. Su estrecha asociación con Jammeh supuestamente también incluyó la organización y financiación de importantes envíos de armas desde Irán», concluyó Badran.
Un artículo de 2010 en Reuters aseguraba que «cajas de armas, incluidos lanzacohetes y morteros incautados en Nigeria esta semana, fueron cargadas en Irán por un comerciante local», y al parecer también tenía conexiones con Gambia. Esto era solo la punta del iceberg de lo que ocurría en Gambia en términos de corrupción antes de 2017, según los informes.
Jammeh se vio obligado a dejar el poder tras perder las elecciones en 2017, después de 22 años en el poder. «Si la red política y mercenaria de Jammeh le mantuvo en el poder, fueron sus vínculos con el mundo empresarial los que permitieron gran parte de su corrupción. Su oficina permitió a empresas extranjeras saltarse los procedimientos de licitación, entregándoles contratos gubernamentales y abriendo el erario público del país al pillaje», advirtió en 2019 un informe del Organized Crime and Corruption Reporting Project.
Además de investigar para la FDD, donde se centra en el Líbano, Hezbollah y Siria, Badran testificó ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos en varias ocasiones sobre la política estadounidense hacia Irán, Siria y Líbano. Sus investigaciones se centran actualmente en la relación entre el modelo iraní de Hezbollah y los Estados regionales, así como en la historia y los escenarios futuros de las guerras entre Israel y Hezbollah.