Itongadol.- Canadá impondrá sanciones a los responsables de la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, incluida la llamada policía de la moralidad de Irán y sus dirigentes, afirmó el lunes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
«Hemos visto cómo Irán hace caso omiso de los derechos humanos una y otra vez, ahora lo vemos con la muerte de Mahsa Amini y la represión de las protestas», expresó Trudeau a los periodistas en Ottawa.
Además, momentos después de unas declaraciones similares de su ministra de Asuntos Exteriores, Melanie Joly, durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el primer ministro canadiense agregó: «Hoy anuncio que aplicaremos sanciones a docenas de individuos y entidades, incluida la llamada policía de la moralidad de Irán».
Amini, de 22 años, cayó en coma y murió tras su detención en Teherán, lo que provocó manifestaciones en la capital de la República Islámica y en la provincia del Kurdistán de la que procedía. Su muerte fue condenada en todo el país y el hashtag #MahsaAmini alcanzó 1,8 millones de menciones en Twitter.
La policía iraní señaló que Amini se enfermó mientras esperaba junto a otras mujeres retenidas por la policía de la moralidad, encargada de hacer cumplir las estrictas normas impuestas desde la Revolución Islámica de Irán de 1979, que exigen que las mujeres se cubran el pelo y lleven ropa holgada en público.
Sin embargo, el padre de Amini declaró que su hija estaba bien, que no tenía problemas de salud previos y que Mahsa había sufrido contusiones en las piernas.
El padre de Amini agregó que la policía »tardó dos horas en trasladarla al hospital y que si hubiera llegado antes no hubiese muerto».
Por otro lado, el comandante de la Gran Policía de Teherán, Hossein Rahimi, manifestó que se habían hecho «acusaciones cobardes» contra la policía iraní, que Amini no sufrió ningún daño físico y que la policía había «hecho todo» para mantenerla con vida.
«Este incidente fue desafortunado para nosotros», aseguró Rahimi, tras explicar que no podía comentar la causa de la muerte porque se trataba de una cuestión médica y no de seguridad.
Los infractores de la sharía, la ley islámica de Irán, se enfrentan a las multas o la detención.