Itongadol.- Elio Toaff, ex Gran Rabino de Roma que ayudó a guiar la recuperación de la comunidad judía de la ciudad a la luz de la Segunda Guerra Mundial y quien fue clave en marcar un período de lazos más cercanos con los católicos romanos, murió el domingo, 11 días antes de su 100º cumpleaños.
Tras cinco años como rabino de Venecia, Toaff se convirtió en el Gran Rabino de Roma en 1951, un puesto que mantuvo hasta que se retiró en el 2002, informó el medio israelí The Jerusalem Post. Cuando tomó su oficina en la ciudad, donde está la comunidad judía más antigua de Europa, ésta había sido devastada y dividida por aproximadamente 3.000 deportaciones durante la Segunda Guerra Mundial y el Manifiesto de Raza de Benito Mussolini.
Sin embargo, Toaff es mejor conocido por su invitación de 1986 al Papa Juan Pablo II para rezar en conjunto en la Gran Sinagoga de Roma. El pontífice aceptó y se convirtió en el primero en entrar a una sinagoga. El evento de alto perfil fue el comienzo de una relación larga y cercana entre dos líderes de religión: ocho años después Toaff se unió a Juan Pablo para oficiar junto con el Concierto Papal para Conmemorar la Shoá. Además organizó la visita del pontífice a Israel en el 2000.
En el 2005, cuando murió Juan Pablo, Toaff fue una de las dos personas a las que éste se refirió específicamente en su última voluntad y testamento. “¿Cómo podemos evitar recordar al rabino de Roma?”, se preguntó.
En una entrevista días después del fallecimiento del líder de la iglesia católica, el Gran Rabino dijo que su mención mostraba que “Juan Pablo pensaba en mí al igual que yo pensaba en él”. Desde este momento, los sucesores católicos Benedicto XVI y Francisco han continuado el trabajo de construir relaciones cercanas entre ambas fés.
Lo recuerdan su hijo, Ariel Toaff, profesor especialista en la historia de los judíos italianos durante tiempos medievales y el Renacimiento en la Universidad Bar-Ilan en Tel Aviv.
El asesinato de Halimi avivó el debate sobre una nueva cepa de antisemitismo entre los jóvenes musulmanes radicalizados en barrios predominantemente inmigrantes.
Esta no es la primera vez que Macron interviene en el caso después de criticar el dictamen de locura del tribunal inferior en enero del año pasado, provocando una fuerte respuesta de los principales magistrados del país que invocaron la separación de poderes.
«No me corresponde a mí comentar sobre una decisión judicial», dijo Macron a Le Figaro. «Pero quiero asegurar a la familia, los parientes de la víctima y todos los conciudadanos de fe judía que esperaban este juicio mi cálido apoyo y la determinación de la República de protegerlos».
Los grupos judíos dijeron que el fallo de la corte había hecho que los judíos fueran menos seguros en Francia, mientras que los abogados que representaban a la familia de Halimi dijeron que tenían la intención de remitir el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Los judíos franceses han sido blanco repetidamente de los yihadistas en los últimos años.