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Los indicadores apuntan a una fuerte confianza de los inversores en Israel

Por Gustavo Beron
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Itongadol.- Catorce meses después de la guerra, hay al menos tres indicios de que la economía israelí sigue gozando de la confianza de los inversores.

En primer lugar, la rentabilidad anual del índice Tel Aviv 125 ha superado a la del S&P 500, con una subida del 28,5%, frente al 24,3% del índice estadounidense. De hecho, es difícil encontrar un índice importante que haya superado al Tel Aviv 125. No obstante, hay que tener en cuenta que el año pasado el mercado bursátil local tuvo un rendimiento sustancialmente inferior, con el telón de fondo del programa de reforma judicial del Gobierno y la reacción a éste, y la guerra que estalló el 7 de octubre.

Los índices bursátiles israelíes han registrado fuertes subidas principalmente en el segundo semestre de este año. La caída de la prima de riesgo israelí y el alto el fuego en el frente norte dieron la señal para un impresionante repunte.

Las cifras publicadas recientemente por la Oficina Central de Estadística son otro indicio de la elevada confianza en la economía local. En el tercer trimestre, la inversión interna mostró una recuperación, con un total de 11.500 millones de dólares, la cifra trimestral más alta desde 2021.

Además, creció el superávit por cuenta corriente de la balanza de pagos de Israel. Entre el cuarto trimestre de 2023 y el tercero de 2024, se registró un superávit acumulado de 24.800 millones de dólares. Esto se compara con un superávit de 19.500 millones de dólares en los cuatro trimestres anteriores a la guerra. Estas cifras significan que Israel exporta más de lo que importa, lo que conduce a la acumulación de activos financieros frente al resto del mundo y a una presión al alza sobre el shekel.

De hecho, el shekel se ha apreciado más de un 5% frente al dólar estadounidense desde el periodo inmediatamente anterior a la guerra. El 6 de octubre de 2023, el tipo de cambio representativo del shekel frente al dólar era de 3,863 NIS/$. El tipo representativo actual es de 3,65 NIS/$. El fortalecimiento del shekel tiende a deprimir la inflación, lo que supone un alivio para la economía y para el individuo. Los economistas consideran que el mercado de divisas sigue aplicando una prima de riesgo, lo que significa que si la guerra termina, el shekel podría seguir fortaleciéndose.

«The Economist» ha calificado las economías más fuertes de 2024, e Israel ocupa un lugar sorprendentemente alto. Las 37 economías examinadas se clasificaron de acuerdo con varios criterios para ver cuál había obtenido mejores resultados este año, como la tasa de crecimiento, el comportamiento del mercado de valores, la inflación, el desempleo y el déficit fiscal.

El país con mejores resultados fue España, que hace dos años compartía el cuarto puesto con Israel. A continuación vienen Grecia, Italia, Irlanda y Dinamarca, con Israel en sexto lugar después de ellos (junto con Colombia).

Las sólidas cifras macroeconómicas de Israel lo impulsaron hasta su relativamente alta clasificación, con la baja tasa de desempleo y el rendimiento del mercado bursátil reforzando la situación del país en los últimos meses. Además, la forma en que «The Economist» ha medido el crecimiento en Israel (del cuarto trimestre de 2023 al tercer trimestre de 2024) ofrece un panorama especialmente positivo: un crecimiento económico del 6,7%. «The Economist» explica la cifra excepcionalmente alta por el elevado crecimiento del primer trimestre de este año, tras el bajón de finales de 2023, cuando empezó la guerra.

Sin embargo, hay algunos agujeros en el método de «The Economist». Las cifras de Israel sólo ofrecen una imagen parcial. El crecimiento económico hasta ahora ha sido impresionante, pero la cifra anual para 2024 será mucho menor, con un crecimiento casi nulo, mientras que el crecimiento per cápita será negativo.

También hay interrogantes sobre el futuro crecimiento de Israel. Diversos organismos internacionales, entre ellos las agencias internacionales de calificación crediticia, estiman que a Israel le costará volver rápidamente a las tasas de crecimiento que le caracterizaban antes de la guerra. El déficit fiscal, que se espera sea del 7,5% del PIB a finales de año, no recibe demasiada atención. Cabe recordar que la calificación crediticia de Israel ha sido rebajada más de una vez por todas las agencias de calificación en el último año.

La encuesta de The Economist destaca los aspectos más positivos de la economía israelí a pesar de la guerra. El consumo privado refleja optimismo y las instituciones financieras del país son sólidas. El Banco de Israel es capaz de apoyar a los mercados en caso de fallo de éstos, como ocurrió con el tipo de cambio al principio de la guerra, cuando el banco central lanzó un programa para vender 30.000 millones de dólares, aunque al final sólo tuvo que vender 8.000 millones.

Otros signos alentadores para la economía local son la fortaleza del shekel y la previsión de que la tasa de inflación se moderará en los próximos doce meses y se situará dentro de la horquilla de estabilidad de precios del Banco de Israel (1-3%).

Fuente: Globes.

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