Inicio CULTURA Israel. El espía Eli Cohen y un argentino inspiraron el lujoso Pereh Hotel en los Altos del Golan

Israel. El espía Eli Cohen y un argentino inspiraron el lujoso Pereh Hotel en los Altos del Golan

Por M S
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Itongadol.- En 1965, cuando el espía israelí Eli Cohen fue ahorcado en Damasco, el argentino Leo Gleser, que entonces tenía 16 años, vio las imágenes por televisión en su país natal con sus amigos de Hashomer Hatza’ir.

La leyenda dice que Cohen persuadió al ejército sirio para que plantara eucaliptos en los Altos del Golán con el fin de dar sombra a sus soldados, lo que permitió a los cazas israelíes localizar y bombardear a los bunkers sirios.

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Esos árboles siguen ahí, e incluso algunos de ellos se encuentran en la propiedad del Hotel Pereh, inaugurado hace casi dos años y seguramente uno de los lugares más tranquilos y lujosos de Israel.  Curiosamente, Eli Cohen es tangencialmente la causa.

Dos años después del asesinato de Cohen, Gleser hizo aliá (emigrar a Israel), se alistó en el ejército y tuvo una ilustre carrera en el campo de la seguridad.

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Al poco tiempo de inaugurar el hotel, Gleser realizó un homenaje a Eli Cohen y en diálogo con la Agencia AJN expresó: «La actividad de ese hombre creo que fue la que preparó una gran situación de ventaja a favor de Israel en la Guerra del ’67. Es decir una sola persona enviada a tal lugar logró dar informaciones tan buenas, que permitieron que a partir de ese momento –la Guerra de los Seis Días- todos nosotros festejáramos, pero hay gente que quedó muy dolida. Para mí era muy importante mostrar que tanto nuestra gente aprecia a esa familia a través de lo que hizo su marido, su hermano, el padre de esa familia».

Cuando AJN le preguntó por qué eligió ese sitio para construir su hotel, Gleser respondió: «Creo que la victoria o la capacidad nuestra de sobrepasar a los sirios, que eran superiores a nosotros en las alturas, en todo lo que sea, se pudo hacer por eso que él hizo, que tiene un gran valor, y no es algo que se olvida. Le pedí a la viuda de Elí Cohen que les contara a los chicos esa historia. Después de escucharla tenían lágrimas en los ojos y son chicos que en unos meses esos entrarán al Ejército».

Una vez concluida la Guerra de los Seis Días, el entonces primer ministro israelí Levi Eshkol definió a Cohen como el hombre que aportó información que fue de vital importancia para que las tropas israelíes vencieran a las fuerzas sirias apostadas en el Golán.

Con el tiempo, Gleser creó su propia empresa de seguridad internacional, ISDS Ltd., y, cerrando el círculo, compró la antigua Aduana Francesa, construida a principios del siglo XX en Siria por el Mandato Francés.

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En aquellos años el Mandato Británico estaba en el poder en Israel y la proximidad a la frontera permitió a los sirios convertir el edificio en el puesto central local de Siria, rodeado de arboledas de eucaliptos. Capturado por Israel en 1967, el histórico emplazamiento permaneció allí durante décadas, convertido en hogar de minas terrestres, tarántulas, serpientes y maleza.

En 2012, Gleser, impresionado por la belleza del lugar y su posible conexión con Cohen, tuvo la visión de preservar la elegancia de las estructuras de estilo Bauhaus al tiempo que convertía la parcela de 28 dunam en un remanso de paz y tranquilidad.

El hotel se llama «Pereh» porque significa «salvaje», un guiño a la vuelta a la naturaleza y a la mezcla con la generosidad de la tierra, pero a pesar de ello, el hotel ofrece atracciones muy propias del siglo XXI.

Junto a cada sillón hay un elegante frasco de crema solar; en el jacuzzi, la pileta y el spa hay toallas mullidas estratégicamente colocadas. Incluso la fragancia está hecha a medida – «No queríamos un aroma a brisa marina ni a hierba de limón», explica Neri Eldar Terem, director general de Pereh-, que se aseguró de que las infusiones de L’Occitane contuvieran toques de jazmín y humo de madera, pertinentes para el lugar.

La hija de Leo, Tamara Shafran-Gleser, fue la diseñadora de los interiores del hotel y trabajó estrechamente con su padre desde el primer día para asegurarse de que la estancia en este refugio fuera prácticamente perfecta en todos los sentidos.

Al igual que cada centímetro de esta loca y mágica tierra, Pereh está impregnado de historia y de asociaciones exclusivas de Israel: la moderna cocina está a un paso de la actual cocina del ejército sirio, decorada con imágenes de Sykes y Picot firmando su acuerdo secreto para dividir el dominio del Imperio Otomano en la región. Los sillones de las lujosas suites están hechos con los armazones de las literas sirias; los huéspedes se estiran en muebles de espadas en arados.

Los planes de expansión de esta armonía incluyen el desarrollo de más habitaciones y suites en las instalaciones y la creación de una zona de glamping de lujo con su propia pileta y restaurante.

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Leo hace habitualmente asados y siempre hay argentinos, latinos e israelíes sentados en una gran mesa disfrutando de un asado realizado con las costumbres argentinas. Además, al hotel suelen asistir embajadores, funcionarios del gobierno y autoridades nacionales.

 

 

Fuente: The Jerusalem Post.

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