Itongadol.- Durante el mes de julio llegó por primera vez a Buenos Aires el Director de la Universidad de Tel Aviv para América Latina, España y Portugal, Lic. Juan Dircie. En diálogo con Itongadol, el Lic. Dircie expresó: »La Universidad de Tel Aviv es de alguna manera el generador de una movida socioeconómica y cultural que posicionó a Tel Aviv actualmente como una de las capitales más importantes del mundo desde todos los aspectos».
Durante su estadía en Argentina sostuvo varios encuentros con importantes instituciones académicas y científicas con el fin de fortalecer los vínculos de cooperación e intercambio en diferentes áreas.
¿Cómo tomó este nuevo desafío y qué significa su visita a Buenos Aires?
– Es un desafió y un honor ser parte del equipo de la Universidad de Tel Aviv, que se posicionó en los últimos años como el motor del cambio tecnológico e innovativo que se dio en Israel en las últimas décadas. La Universidad de Tel Aviv es de alguna manera el generador de una movida socioeconómica y cultural que posicionó a Tel Aviv actualmente como una de las capitales más importantes del mundo desde todos los aspectos.
Este desafío implica instalar en la región de una manera más visible, activa e involucrada a la Universidad de Tel Aviv, trabajando en conjunto con las excelentes instituciones que hay en la región. Quisiera resaltar también el trabajo de la Asociación de Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina, que hace una tarea brillante, fortificando los lazos de la universidad con instituciones académicas locales y con el público argentino en general, convirtiendo a la universidad en un eje del saber y el conocimiento.
Actualmente cuando uno piensa en la Universidad de Tel Aviv, lo hace con orgullo, por la tecnología, la innovación y la educación. Me siento feliz de ser parte de algo así. Es gratificante escuchar el prestigio que alcanzó una universidad israelí.
¿Cuáles cree que son las principales virtudes de la Universidad de Tel Aviv?
– Pensar que una universidad que tiene seis décadas, que tiene presupuestos mínimos, que no tiene la red de egresados, que no tiene las reservas que tienen las universidades más importantes de Estados Unidos y Europa, y que hoy esté a la misma altura de esas universidades, creo que no deja de sorprender. Se trata de ese milagro del que siempre hablamos de Israel, que en su momento fue el milagro de las naranjas o el milagro de la exportación, y hoy es el milagro de exportar tecnología, de haber convertido a Israel en algo que nunca fue y que cambia radicalmente a Israel con el resto del mundo.
¿A qué se debe su visita en la región?
– Estoy como director de la Universidad para América Latina, España y Portugal. La universidad tiene cinco asociaciones en distintos países que trabajan en forma conjunta, apoyando a la Universidad desde esos lugares, ellos son Buenos Aires, San Pablo, Ciudad de México, Ciudad de Panamá y Madrid, cada una con dinámicas totalmente distintas que reflejan la idiosincrasia y cultura de cada ciudad. Es importante destacar el trabajo y el esfuerzo realizado durante décadas, que ha sido brillante, liderado en la parte del voluntariado por el presidente de la asociación durante décadas y por Raúl, el director ejecutivo, ya que realmente convirtieron a la Asociación en Buenos Aires en un modelo que para mí es un objetivo a seguir en otras ciudades.
¿Qué significan los Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina para ustedes??
-Cuando uno va a Israel y ve la presencia de los amigos argentinos, el involucramiento, el trabajo en conjunto con las instituciones locales y la universidad de Tel Aviv es un modelo a seguir, te marca una línea, como argentino te da orgullo ver como una asociación argentina trabaja de esta forma.
-Recientemente se realizó en la Universidad el «Innovation Day», evento al que asisten una gran cantidad de personas.
-Lo que nos pasa hoy a través de este nuevo Israel que se gestó estos últimos años, en los cuales la Universidad de Tel Aviv fue una parte indispensable, es que todos, tanto los judíos como los no judíos, de repente entendemos que este país que estuvo luchando por cuestiones físicas, día a día y durante décadas, que luego se puso a exportar algo relacionado con el agro, hoy cambió de modelo y posicionó a Israel entre los países admirados en el resto del mundo no por su ejército, ni por su poderío bélico, que también vale la pena recalcarlo, sino por una tecnología y un desarrollo humano que es admirado y envidiado por muchos países.
-Todo cambió desde hace cincuenta años respecto a como se sostenían las universidades y siempre el mundo colaboró para estas cuestiones.
-Primero, con el tema de las patentes, yo creo que la Universidad de Tel Aviv entre la industria privada con la universidad donde hay inversión privada para apoyar patentes que desarrollan los investigadores. Esas patentes se venden luego a la industria farmacéutica en el mercado y el inversor lleva su ganancia en cuanto a cómo salen esas investigaciones, lo cual es un motor. De esta manera, la Universidad de Tel Aviv generó miles de patentes, muchas de las cuales tuvieron resultados económicos muy buenos. Con respecto a la nueva generación, hoy es uno de los temas centrales en el mundo judío en todo el mundo. Creo que tuvimos una excelente generación de líderes comunitarios institucionales durante las últimas décadas que en algunos casos tomaron el trabajo con tanta seriedad y compromiso que hicieron que las generaciones piensen que no hacía falta que ellos entren, que los espacios ya estaban tomados y que no era necesario ni nadie aportaba más si ingresabas o no.
Hoy hay un cambio, desde los que se encuentran dentro piensan «Hasta acá llegue, ¿Quién me releva?» Y de los que están afuera «¿Cómo entro?». Hay mucho interés en participar y tiene que ver con las propuestas que traemos. Cuando la propuesta es buena, es clara, válida, transparente y noble, la gente se involucra. Tenemos que salir como instituciones a realizar convocatorias que le lleguen a la gente y que les hagan asumir un compromiso. El liderazgo joven está listo para ese compromiso, pero hay que ir con propuestas que hablen el idioma de la gente y que respondan a las dudas de la nueva generación de por qué involucrarse, que son totalmente distintas.
-Esperamos poder tener la oportunidad de ampliar sobre la potencia de la segunda generación.
-La gente de esa generación te inspira optimismo, es algo que se puede ver y que se siente.