Inicio Keren leyiedidut Entrevista. Keren Leyedidut en Moldavia: ‘‘En estos dos meses ayudamos a más de 2500 personas’’

Entrevista. Keren Leyedidut en Moldavia: ‘‘En estos dos meses ayudamos a más de 2500 personas’’

Por M S
0 Comentarios

Itongadol.- El Keren Leyedidut está trabajando en la región desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania. En diálogo con Itongadol, Regina Sarah Lash Reznikov, de 41 años y representante del Keren Leyedidut en Moldavia, dijo: ‘‘El principio de la guerra fue un momento muy difícil en todo sentido, físicamente pero sobre todo a nivel mental’’.

Regina se encuentra en Chisináu, la capital de Moldavia, y junto a Benny Hadad, director mundial de Aliá y Absorción del Keren Leyedidut, y el resto del equipo de la institución, establecieron un departamento de Alía en Moldavia y en el resto de los países limítrofes a Ucrania desde el comienzo del conflicto. En los años anteriores venían trabajando con las comunidades judías de la zona pero con la guerra el trabajo se incrementó notablemente.


Regina Sarah Lash Reznikov.

Regina llegó a Moldavia el 26 de febrero, dos días después de la invasión rusa en Ucrania. En relación a las primeras sensaciones que tuvo al llegar, la representante del Keren Leyedidut fue contundente: ‘‘Fue muy difícil ver a la gente que llegaba habiendo dejado todo para escapar de sus hogares, de su país, sin nada de sus pertenencias, simplemente buscando sobrevivir. No tenían plata, ni ropa, ni comida, ni nada’’.

En los primeros días el Keren Leyedidut se encargó de conseguir un lugar en el que los ucranianos pudieran quedarse a dormir, sobre esa tarea, Regina detalló: ‘‘En ese momento Benny se ocupó de conseguir un lugar en el que puedan quedarse los ucranianos que escaparon de su país, mientras que yo me puse a trabajar con el consulado de Israel para ayudar a la gente a conseguir sus permisos y documentos para realizar la aliá (inmigración). Y luego tuvimos que conseguir los vuelos que les permitan llegar a Israel. Una vez aterrizados en Tel Aviv, el Ministerio de Aliá y Absorción se encargó, al igual que lo hace con todas las personas que emigran a Israel, que no les falte nada y que su inserción a la sociedad Israelí sea más sencilla’’.

Luego de casi dos meses de trabajo en la región, el Keren Leyedidut está organizado y es capaz de atender a todas las personas que necesiten ayuda, pero al principio no fue tan sencillo: ‘‘Las primeras semanas de trabajo mi jornada comenzaba a las 9 de la mañana y terminaba a las 2 o 3 de la madrugada. Y cuando llegaba al hotel no podía dormir porque eran tan fuertes los sentimientos y las cosas que veía durante el día que era muy difícil conciliar el sueño. Actualmente la situación es diferente porque contamos con muchas personas en nuestro staff y eso permite que podamos ayudar a una mayor cantidad de ucranianos’’.

‘‘Tenemos algunas personas que trabajan por la mañana, otras por la tarde, tenemos personas que van al consulado, otras a reuniones comunitarias, y de esa manera podemos manejarnos muy diferente a como lo hicimos al principio de la guerra, en la que no sabíamos muy bien lo que estaba pasando. Ahora podemos ver la película completa’’.

Al ser consultada por el trabajo que realizan, Regina aseguró: ‘‘Tratamos de ayudar a los ucranianos a escapar, intentamos que puedan llegar a Moldavia o países limítrofes como Polonia, Rumania o Eslovaquia. Trabajamos en conjunto con la Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos (IFCG), con la Sojnut y con otras organizaciones comunitarias en la región. También estamos en contacto con diferentes ministerios en Israel y con las comunidades judías en Ucrania y los países limítrofes. En estos dos meses, junto al IFCG, ayudamos a más de 2500 personas, ya sea con ayuda económica, humanitaria, entregando comida, medicación, ropa o lo que sea que necesiten’’.

En relación a la posibilidad que tienen los judíos ucranianos de hacer aliá, Regina dijo: ‘‘En este tiempo ayudamos a muchos ucranianos a escapar y a realizar su aliá. Y vimos como todos tienen claro, que por el solo hecho de ser judíos, tienen en Israel su hogar y que en él pueden sentirse seguros. Es más, junto a Benny Hadad organizamos los primeros vuelos para llevar a los ucranianos hacia Israel. Incluso la semana pasada, en un solo día, vinieron desde Israel más de 20 aviones llenos de ayuda humanitaria, no para las comunidades judías de Ucrania sino para los civiles en general’’.

A la hora de hablar de los ucranianos que escapan de su país, Regina expresó que la gran mayoría son mujeres y niños: ‘‘Los hombres ucranianos que tienen entre 18 y 60 años no pueden escaparse, tienen que quedarse a luchar por su país, en el ejército, y es por eso que vemos a muchas madres con sus niños. Ver a esos chicos jóvenes que dejan a sus padres en su país es algo muy complicado’’.

Con respecto a las necesidades de los que escapan, Regina explicó: ‘‘Hay muchas personas que necesitan tratamientos médicos por estar pasando por un estrés postraumático, y ni hablar del sufrimiento físico y psicológico. Hay muchos médicos israelíes que se encargan de atender a los ucranianos y de darles el tratamiento que necesitan. También hay un equipo amplio de psicólogos israelíes que se ocupa de atenderlos y contenerlos’’.

Al ser consultada por la importancia de las donaciones, Regina no dejó dudas: ‘‘En momentos como estos las donaciones son imprescindibles. Yo puedo decir, porque lo veo día a día, que cada dólar sirve y que a cada dólar lo usamos para mejorar la vida de las personas, para ofrecerles mejores condiciones de vida, para comprar medicamentos, para preparar comida, para conseguir ropa o lo que sea. La gran mayoría de los ucranianos escaparon sin nada, algunos sin siquiera una valija, por lo que las donaciones son fundamentales y nos permiten hacer una diferencia para cada persona que escapa de la guerra y para cada familia que está buscando mejores condiciones de vida y un futuro digno para sus hijos’’.

En relación a qué le genera la guerra, Regina aseguró: ‘‘Ojalá la guerra termine pronto y estas situaciones no tengan que repetirse nunca más, porque es muy muy difícil ver a las personas escapar, es muy difícil ver cómo sus vidas están quebradas y sobre todo es muy difícil ver la desesperación que tienen de no saber cuándo terminará la guerra y qué pasará con su país’’.

A la hora de hablar de cómo se siente estando lejos de su casa, explicó: ‘‘Hace casi dos meses que me fui de mi casa y lo primero que voy a hacer cuando vuelva va a ser besar a mis tres hijos, a mi marido, a mi madre y a mi familia. Todos ellos están preocupados por mí y los extraño mucho. De hecho actualmente en nuestra casa, en Israel, en Rishon Le Zion, tenemos como huéspedes a una familia de ucranianos que se está quedando por el momento. Está Marina junto a sus hijos de 9 y 10 años, mientras que su marido y padre de los niños se quedó en Odessa, ya que no tiene permitido salir del país y debe colaborar con el ejército. Mi familia está muy feliz de tener a Marina y a los niños en casa’’.

Finalmente, pensando en lo que estas situaciones generan, dijo: ‘‘Creo una lección que debe dejar este conflicto es que todas las naciones del mundo deben entender que en este siglo y después de las guerras mundiales y del Holocausto, no es posible que estos ataques y guerras sigan ocurriendo. Además, creo que en situaciones y en momentos como este uno cambia su percepción sobre la vida y sobre cómo las cosas pueden cambiar totalmente de un momento a otro. Es importante entender que nada en nuestra vida esta garantizado, creo que esto es lo más importante que debemos aprender de conflictos como este’’.

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más