Itongadol.- En el marco de su viaje a Israel, Itongadol visitó la sede central del Keren Leyedidut y conversó con su directora general, Ayelet Shiloh Tamir, sobre el presente y el futuro de la entidad, la problemática de la aliá y las repercusiones de la Masacre del 7 de Octubre.
– ¿Qué le viene a la mente cuando se menciona la palabra “aliá”?
– El Keren Leyedidut se ha ocupado de la aliá, creo, desde sus primeros años, al menos hace más de 20 años… Y eso empezó con el rabino Yechiel Eckstein, para quien parte de la expresión de la conexión, del puente entre el mundo judío y el mundo cristiano y del apoyo de nuestros donantes a la cuestión del Pueblo de Israel y el Estado de Israel era el apoyo a la aliá… Y en mi opinión, el Keren ya ha hecho que hagan aliá más de 40.000 olim, ya sea a través de financiación -ayuda financiera- para judíos o, en los últimos diez años, con mucho trabajo, realmente…
– ¿Por qué habla de los donantes?
– Porque nuestros donantes son donantes espirituales… Vienen desde un lugar religioso, y como parte de su formación, el TaNa»J y el mandamiento bíblico de reunir a los marginados de Israel y traerlos… Ellos realmente creen en la importancia de apoyar al Estado de Israel y al Pueblo de Israel de todas las maneras posibles… Y lo hacen en el ámbito de la acción social, de la ayuda con las necesidades básicas, de la ayuda a los ancianos y de la ayuda con la alimentación, y lo hacen con la seguridad y en los hospitales y con ayuda en todo lo relacionado con las emergencias. Lo hacen con la aliá…
– ¿Cuál es el secreto para que lo hagan a través del Keren Leyedidut?
– El Keren Leyedidut fue fundado originalmente por el tema de la construcción de un puente y de la construcción de un discurso y un diálogo común, y eso es lo que el rabino Eckstein… el constructor del puente… Es también el nombre de su libro… El constructor del puente y la conexión, y creo que hoy el Keren Leyedidut…
– ¿Ha crecido o está igual?
– Ha crecido… Ha crecido con los años… Y está verdaderamente construido sobre el respeto mutuo, el discurso, el diálogo y el hecho que tenés más de 700.000 donantes que realmente creen que se necesita fortalecer al Estado de Israel y el Pueblo de Israel.
– ¿Qué pasó con el Keren Leyedidut después del 7 de Octubre?
– Después del 7 de Octubre, en realidad, nuestros donantes… Y hay que decirlo: también tenemos muchísimos donantes judíos… Algunos de los mayores donantes del mundo judío, algunas de las grandes fundaciones del mundo judío, que también forman parte de esta conexión entre los dos mundos (con el cristiano)… Y desde el 7 de Octubre, en realidad, nuestros donantes de todos lados han entrado realmente en una asistencia muy, muy amplia… Nuestras donaciones han crecido: en el último año y medio superamos los 130 millones de dólares solo para el tema de la emergencia. «Emergencia» también significa ayuda a todos los afectados por la guerra: evacuados, poblaciones afectadas económicamente, reservistas, familias, soldados, (ex)rehenes, víctimas (que estaban en el festival) Nova…
– ¿Cómo se destina el dinero que reciben a todo lo que cuenta?
– Nosotros somos, al fin de cuentas, una fundación… Una fundación, como cualquier otra fundación… Tenemos un presupuesto y, principalmente, damos subvenciones o financiamos programas. Todas las decisiones sobre gastos son ejecutadas. Ese es nuestro rol en Israel… En realidad, la conducción en Israel es la que decide sobre los gastos y nosotros actuamos sobre la base de un cuerpo profesional… Acá tenemos muchísimos profesionales que dirigen esta área de programas, que reciben solicitudes, las examinan y deciden a qué damos financiación y a qué no… Dado que trabajamos, al final logramos llegar a un volumen de más de 500 mil millones de shekels y cerca de dos millones de personas al año. Siempre trabajamos con socios que nos ayudan… Tenemos una sociedad con el gobierno de Israel por un monto de 70 millones de shekels, que se dedican a la acción social, con una asistencia material de emergencia… Tenemos una asistencia para familias que padecen inseguridad alimentaria, en términos de comida… Somos los principales donantes de ese proyecto, junto con el gobierno… Tenemos un trabajo con 16.000 adultos mayores del Estado de Israel, mayores de 80 años, que se encuentran en una situación socioeconómica muy difícil. Entonces, nos encargamos de la mitad de su canasta alimentaria mensual por el resto de sus vidas… Ahora, de cara a Pésaj, tendremos 50.000 tarjetas de asistencia alimentaria o para ropa para poblaciones (beneficiarias) de acción social en Israel, jóvenes, niños en colegios pupilos y quienes siguen evacuados… Así que… trabajamos de todas las maneras posibles… Y tenemos el mundo de la aliá, en el que seguimos trabajando continuamente desde el 7 de Octubre… Trabajamos en cooperación con la Sojnut y el Ministerio de Absorción… De hecho, asistimos a los olim para que hagan aliá… Ayudamos a los olim en ese proceso de mudanza a Israel, incluso con la financiación de pasajes de avión…
– ¿Está satisfecha con lo que vienen haciendo desde el comienzo de la guerra?
– Para empezar, como una de las fundaciones más grandes que hay hoy en Israel tenemos una responsabilidad muy grande… Incluso antes de la guerra… Porque también tenemos donantes que depositan en nuestras manos lo que donan… Confían en que lo haremos correctamente… Y también tenemos la capacidad de influir… Por lo tanto, desde el 7 (de Octubre) la responsabilidad solo es mucho mayor… Pero a lo largo de este año y medio tan, tan difícil, la capacidad que tenemos… Realmente, la bendición que se nos dio de ser capaces de ayudar es una bendición muy, muy grande. Así que tenemos… 132 millones de dólares adicionales para lo que generalmente hacemos, y sí, tenemos un equipo muy profesional. Lograron trabajar muy rápido y muy bien.
– ¿Por qué no se ve todo lo que hacen?
– Porque nos dedicamos a la acción y estamos comprometidos principalmente con nuestros donantes. Nuestros donantes saben lo que hacemos en su nombre… Eso es lo que importa… La difusión es menos importante… Estamos muy, muy comprometidos con nuestros donantes y nuestros donantes están muy, muy comprometidos con el Estado de Israel y el Pueblo de Israel, y eso es lo importante. Y ellos reciben todos los informes…
– Respecto de la guerra, ¿en qué situación se encuentran? ¿Deberían empezar a hacer otras cosas?
– Estamos en una época de gran desafío porque nos ha pasado la mayor tragedia que ha ocurrido, al menos en mi vida, y ya no soy tan joven… Quizá la mayor tragedia en la historia del Estado de Israel… Y a partir de ella necesitamos crecer, rehabilitar y corregir. Necesitamos tolerancia y fuerza… Aunque no es fácil, siento que aquí las tenemos y que nos esperan desafíos muy, pero muy grandes. ¿Acaso empiezan ahora? No, somos israelíes… Israel vive con grandes desafíos… Pero este es un desafío de una magnitud diferente y tenemos mucho, mucho trabajo (por hacer).
– Si un judío de la Diáspora les agradece a los soldados por lo que hacen, estos le responden: “No, gracias a ustedes”. ¿Qué está pasando? ¿Por qué lo hacen?
– Estoy con ellos… Creo que la importancia de sentir al pueblo judío tanto en Israel como en la Diáspora… La importancia de sentirlo es nuestro corazón, y el desafío del último año y medio no es solo para Israel, también es para el pueblo judío en la Diáspora: nuestros jóvenes en la Diáspora, nuestras comunidades en la Diáspora, el aumento del antisemitismo es algo compartido, y una vez más, en este año y medio descubrimos que somos inseparables… Podemos discutir, podemos estar divididos… Y es algo interesante porque, por ejemplo, el Keren -esto es particularmente en los Estados Unidos- ahora también se dedica realmente a la lucha contra el antisemitismo…
– Si uno va al lugar donde se realizaba el festival Nova puede ver a gente ortodoxa, a pesar de que ningún joven religioso estaba allí, y si le pregunta qué hace aquí, la respuesta es «todos somos judíos». Escuchar eso es nuevo…
– Una tragedia como esta siempre nos hace volver a pensar en lo básico: ¿qué estamos haciendo aquí?… Y en nuestra cooperación… Y tenemos el gran desafío de traducir esta sensación de compartir los principios que nos guían… ¿Cómo viviremos juntos en adelante? Es un desafío muy, muy grande y está muy relacionado con la sociedad de Israel, pero también con la relación con la Diáspora.
– ¿Cuál es el mensaje para los donantes? Se necesita dinero para la aliá, para reconstruir los kibutzim, para empezar a…
– …En realidad, a los donantes les presentamos lo que está sucediendo hoy… Nuestros donantes son donantes muy especiales: estuvieron antes de la guerra, estuvieron durante el coronavirus, estuvieron en Ucrania… Están ahora y también estarán dentro de cinco años… Su compromiso es un compromiso con la construcción de un puente, con una conexión y con la preocupación por el pueblo judío. Por eso, nuestro trabajo en los próximos años también será cuidar lo que existe, cuidar lo que hay… El ayudar a quien lo necesite no ha desaparecido… También hacer la rehabilitación y ayudar a los heridos en la guerra… Las… tres cosas tendremos que hacer… Y en este sentido, el grueso del trabajo aún está por delante y el Keren es consciente de ello…
– Vuelve a escucharse la palabra “aliá” como algo muy importante. ¿Qué piensa al respecto?
– Desde el punto de vista del Keren Leyedidut, la aliá es uno de los pilares… Nos dedicamos a ella hace muchísimos años… Por supuesto que la aliá siempre se ve influida por acontecimientos externos, pero nuestro compromiso con la continuidad de la aliá es profundo. Pienso que la situación en Israel es, por supuesto, desafiante porque los olim están dando un paso realmente muy valiente y complejo al abandonar el lugar donde nacieron y llegar a un nuevo país, en el cual -por supuesto- la situación de alrededor crea un desafío específico, pero creemos que la aliá continuará y crecerá porque, al fin de cuentas, las personas toman una decisión sobre quiénes son y nosotros debemos estar aquí para ayudarlos. Ese es nuestro rol: asistirlos para que les sea más fácil… Hace seis y ocho meses tenemos olim que llegan y hay una sirena (por disparo de misil) en (el aeropuerto) Ben Gurion… O hay una sirena en el lugar al que llegan… Los olim del último año realmente son olim únicos en su tipo porque inmigraron a un país que estaba físicamente en guerra… Como todos nosotros… Y ese fue el trabajo que hizo aquí el equipo de aliá… Fue un año ciertamente especial porque fue necesario implementar un trabajo con una sensibilidad aún mayor y un esfuerzo aún mayor.
– ¿Qué ve de cara al futuro?
– Soy optimista… Creo que nosotros, el Pueblo de Israel y el Estado de Israel, siempre estamos trabajando de cara al próximo desafío… Tenemos un gran desafío… Necesitamos, antes que nada, rehabilitarnos de este período… Es un gran desafío… Es necesario que los rehenes regresen… Es necesario que el pueblo comience a mirar lo que sucedió aquí. Que continuemos construyendo, rehabilitando y reconstruyendo, y que continuemos creciendo… No se trata solo de construir, sino de desarrollarse, crecer… Pero el desafío también es siempre lo que impulsa al ser judío…
– Lo que sucedió el 7 de Octubre fue algo malo, pero, ¿puede rescatarse algo bueno? ¿Hay alguna luz después del 7 de Octubre?
– Son dos preguntas… ¿Acaso hay algo bueno en el 7 de Octubre? La respuesta es: no, no hay nada bueno en el 7 de Octubre, y todavía no estamos en el después del 7 de Octubre… Hasta que los rehenes regresen y hasta que aprendamos qué está pasando y sigamos adelante, todavía estamos allí… Entonces, no… ¿Acaso algo se ha fortalecido en el Keren Leyedidut? Creo que si se les pregunta a todos nuestros empleados de aquí, se ha fortalecido la sensación de gran privilegio de estar… de trabajar en un lugar que nos permite hacer tanto bien y dar tanta esperanza… Y si algo se ha fortalecido en el Keren Leyedidut es el compromiso de nuestros donantes con el Estado de Israel. Lo muestran tanto con el apoyo como con la donación, y nuestros donantes han demostrado su grandeza en este tema.