Inicio Keren Kayemet Israel Nili Pitchon, directora del KKL para Latinoamérica: ‘‘Israel es el seguro de vida de todos los judíos del mundo’’

Nili Pitchon, directora del KKL para Latinoamérica: ‘‘Israel es el seguro de vida de todos los judíos del mundo’’

Por Iton Gadol
0 Comentarios

Itongadol/AJN.- La directora para América Latina, España y Portugal del Keren Kayemet LeIsrael (KKL), Nili Pitchon, afirmó en diálogo con ItonGadol a un mes de la masacre de Hamás: ‘‘La tierra de Israel no pertenece únicamente a nosotros los israelíes, sino que pertenece a todo el pueblo de Israel. Como nos fue legada por nuestros ancestros tenemos también la obligación de transmitirla a las generaciones próximas. Por eso digo que Israel es nuestro seguro de vida, a mí, a usted y a todos los judíos del mundo’’.

‘‘Aunque Israel sea un país difícil, es nuestra tierra, es nuestro corazón, es nuestra esencia, nuestra razón de vivir. Y por eso justamente el pueblo de Israel entero late el corazón todos juntos y cuando uno tiene males todos tenemos males, y es lo que está pasando en este momento’’, agregó Pitchon.

-¿Cómo fueron las primeras horas y días tras el ataque de Hamás?

-Fue un instante que nunca olvidaremos, un trauma para todos los israelíes. Esa mañana del siete de octubre estaba en mi casa en Ashdod, con mi nena de dos meses en ese entonces, y mi marido. A las seis de la mañana comenzaron a sonar las sirenas. En Ashdod tenemos la «costumbre», debido a causas de fuerza mayor, de actuar rápido cuando suenas las alertas. Desperté a mi marido, fui a buscar a mi hija y nos fuimos al refugio que tenemos en casa. En general son solo unos minutos que esperamos en esas situaciones, pero esta vez sonaban distintas alertas que no cesaban, ahí fue cuando supimos que era una situación particular. Cuando tuvimos oportunidad de salir del refugio, fuimos a ver en la televisión qué estaba pasando y ahí vimos que no era únicamente en Ashdod, sino que todo el país estaba en alerta. Ese era solo el principio de la pesadilla, junto con los misiles, miles de terroristas penetraron sobre nuestro suelo.

Lo primero que vimos fueron las imágenes de gente corriendo en el desierto, pero en ese momento no entendíamos lo que pasaba. Empezamos a ver a terroristas o personas con armas arriba de las camionetas y dentro de ciudades, que no entendíamos que eran ciudades de Israel. Era muy confuso pero una cosa era clara, que estaba ocurriendo algo terrible.

A eso de las 10 de la mañana mi comandante me llamó y me preguntó si estaba disponible, sabiendo que estaba de licencia por maternidad. Dejé a mi bebé con el papá, me puse el uniforme y ahí mismo me fui a la base. Yo en la base militar soy comandante del centro de llamado de la defensa civil. Significa que cuando alguien quiere saber algo sobre el ejército llama ahí, a un número de urgencia, y en los momentos de urgencia tal como ese, hay centenas de soldados que no tienen nada que ver con eso que llegan al centro de información y mi rol es explicarles qué es lo que está pasando, explicarles cómo tienen que contestar las diferentes preguntas que les pueden hacer los que llaman.

Cuando yo llegué a las 10 de la mañana, esos soldados que normalmente vienen para contestar el teléfono todavía no estaban, porque los tienen que traer de otra base y toma varias horas. Es decir que yo misma tuve que estar ahí para contestar el teléfono y eran miles de llamados por hora. Los peores llamados eran los que no sabíamos cómo contestar. En ese momento los llamados generalmente son sobre los misiles, o para avisar que cayó un misil en una casa. Pero ese 7 de octubre, que yo misma tuve que contestar el teléfono, tuve por lo menos 10 llamados de padres o de familiares que me decían algo que yo todavía no entendía en ese momento.

Es hasta el día de hoy que pienso que no podemos entender la inmensidad de lo tremendo que ocurrió. Esos padres que llamaban me decían ‘‘sé dónde está mi hija, sé dónde está mi hijo, acabo de hablar con ella o con él, tengo la localización, vayan a buscarla’’, y todos me hablaban de esa fiesta que se hizo en la frontera, y nosotros todavía no entendíamos que había una fiesta enorme en la frontera en ese momento, que los jóvenes estaban ahí, muchísimos muertos y secuestrados. Esos chicos llamaban a los padres para avisar que estaban vivos o que estaban secuestrados y los padres nos daban esa información pero no sabíamos qué hacer con eso porque no entendíamos, la sorpresa que nos dio ese ataque fue inmensa y aun cuando quisieron explicárnoslo, no podíamos entenderlo.

Pasó un mes de ese horrible ataque y todavía hay casi 100 personas de las que no sabemos qué pasa con ellos. Se cortó la comunicación y lamentablemente son o secuestrados o muertos que todavía no fueron identificados.

-¿Cuándo empieza a interactuar la Nili mujer, con este rol militar, con tu rol con el KKL, que debe ser otro puesto que necesita de la misma energía? ¿Cómo te organizaste?

-En el KKL lamentablemente estamos siempre dispuestos y listos, es decir que ya estábamos preparados para otro tipo de campaña de emergencia. Las diferentes necesidades que siempre necesitamos en esos momentos son refugios antibombas, los senderos de protección y el centro de tratamiento de trauma, en este caso en Sderot y en otras poblaciones del sur de Israel. Esos proyectos ya los teníamos listos para la próxima, porque sabemos que siempre hay una próxima lamentablemente, eso es lo que ocurrió hasta el día de hoy.

Ya nos habíamos preparado digamos para un tipo de emergencia y cuando ocurrió lo que ocurrió, más allá de que yo me encuentro en licencia de maternidad todavía, en esos momentos estamos todos ahí, Israel nos necesita. Y cuando digo yo y mi equipo, hablo también de todas las oficinas del KKL en el extranjero, y precisamente en América Latina. Ese mismo día les explicamos a todos los que estaba pasando, les dijimos que los necesitábamos y que había muchas necesidades urgentes. Desde el primer instante el ejército nos dijo que necesitaban ambulancias, desde el primer momento sabíamos que íbamos a tener que ayudar a esa población de centenas de miles de personas con una ayuda psicológica y del día después. Es decir que ya sabíamos cuáles eran las necesidades y ahí mismo arrancamos, ahí mismo estuvimos para pedir a todos que nos ayuden. Al día siguiente del comienzo de esta guerra fueron llamados al ejército 360.000 reservistas, siendo yo una de ellos. Pero junto con nosotros, es todo el pueblo de Israel que fue llamado, y no únicamente los que están en Israel, sino que ustedes también a las afueras. Cada uno sentía y necesita hasta hoy en día sentir que hace algo por Israel, porque los necesitamos.

Y no únicamente que Israel nos necesita, yo pienso que cada uno de nosotros necesita sentir que hacemos algo, que de una manera u otra estamos ayudando, ya sea siendo soldado, cocinando para los soldados, los peluqueros que van a las bases y lo hacen gratis, los donantes, la población civil que por ejemplo ahora está yendo a los campos para cosechar porque los tailandeses que estaban en los campos tuvieron que irse del territorio o los que trabajaban ahí están en el ejército, o sea que las mujeres ahora están cosechando, y los médicos que están llegando del mundo entero para ser voluntarios en las diferentes bases militares y por supuesto nosotros en el KKL, que hace el puente entre las necesidades del Estado de Israel y del ejército para que quien pueda participe de ese esfuerzo común de todos juntos.

-El KKL desde que existe tiene en su ADN ayudar, como bien vos lo dijiste, y que no tardó nada en ponerse en funcionamiento. Siempre es bueno repetir los canales para poder ayudar.

-En el KKL estamos trabajando en los diferentes proyectos, por supuesto que necesitamos recaudar fondos para tener las ambulancias, los centros de trauma, los refugios y muchos proyectos urgentes. Pero además de eso, me gustaría comentar lo que ya hizo el KKL en Israel. Las poblaciones fueron completamente arrasadas y arrastradas de una parte hacia otra, partes completamente evacuadas, ya sea en el norte o en el sur de Israel, estamos hablando de diferentes zonas. Para que el ejército pueda luchar y ganar necesitamos la tranquilidad de saber que nuestra población está a salvo. Por eso el KKL trabaja y hay millones de shekels que fueron dados a esas comunidades para que podamos relocalizar a esas poblaciones, ya sea en hoteles o en kibbutzim. Toda la institución en general hoy en día está abocada de diferentes maneras y completamente a la guerra.

-En reiteradas entrevistas que te realizamos siempre sostuviste algo que mencionaste recién, acerca de la importancia de que el mundo judío esté unido, ya sea en Israel o en la diáspora, en momentos como este.

-Sin ninguna duda vivir en Israel es difícil, pero es el único hogar que tenemos estemos donde estemos. La tierra de Israel no pertenece únicamente a nosotros los israelíes, sino que pertenece a todo el pueblo de Israel. Como nos fue legada por nuestros ancestros tenemos también la obligación de transmitirla a las generaciones próximas. Por eso digo que Israel es nuestro seguro de vida, a mí, a usted y a todos los judíos del mundo. La semana pasada varias embajadas de América Latina, que se están volviendo rojas, decidieron romper las relaciones diplomáticas con Israel. Lo primero que tengo que decir al respecto es que no los necesitamos, y la segunda, que se la dije a los empleados de las diferentes oficinas del KKL en Latinoamérica, es que cuánto de los países en los que ellos viven, y no dije de sus países, porque el único país que nosotros tenemos es Israel, cuántos de los países en los que ellos viven decidieron romper las relaciones con Israel, que no los necesitamos y que no bajen la nuca, no bajen la cabeza, estén orgullosos de ser quienes son, no pierdan vuestra identidad, porque es lo más fuerte que tenemos. Y si piensan que tienen que hacerlo, entonces vengan y únanse al único lugar donde nunca tendrán que hacerlo. Y eso es Israel, aunque sea un país difícil, es nuestra tierra, es nuestro corazón, es nuestra esencia, nuestra razón de vivir. Y por eso justamente el pueblo de Israel entero late el corazón todos juntos y cuando uno tiene males todos tenemos males, y es lo que está pasando en este momento.

-Más allá de los países que le están dando vuelta la cara a Israel, hay expresiones como por ejemplo en Colombia, en las que el movimiento evangélico apoya a Israel de manera impresionante. Israel tiene amigos en la región más allá de las circunstancias políticas.

-Antes de ser amigos, que totalmente esas comunidades evangélicas son amigos, yo pienso que sigue habiendo gente que no sea antisemita y no digo que ven la verdad, porque si ves la verdad estás del lado de Israel. Si no lo estás, no es porque no sos amigo de Israel, es porque sos antisemita. Uno no puede aceptar las cosas tal como son y no verlo. Me gustaría también agregar que esta fuerza que estamos dando a Israel todos juntos, es lo que estamos transmitiendo a nuestros soldados, que son los hijos de todos. Porque todos nos preocupamos por cada uno de ellos, nosotros les estamos diciendo «vayan, terminen con esto, venzan a Hamas». Nosotros somos fuertes y lo que necesiten ustedes aquí estaremos para darles. Esta última noche tuve una conferencia en la cual dije que «es horrible lo que nos ocurrió y lo que nos sigue pasando también, pero ahora es hora de levantarse, de salir del duelo y darle fuerza a nuestros soldados y al pueblo de Israel, de estar seguro de que venceremos y que Dios permita que podamos ir a buscar a los rehenes, ya que ellos no podrán volver por ellos mismos». Dar la fuerza a nuestros soldados que necesitan para eliminar al enemigo, ser fuertes como somos y devolver el orgullo y la luz de Israel por las naciones en el mundo son cosas que ya estamos haciendo.

-Si se puede dimensionar de alguna forma ¿Qué tipo de trauma representa el ataque de Hamás y toda la situación actual?

-Varios de los ciudadanos israelíes escuchan ruidos que cada uno de nosotros reconocemos, un principio de sirena y nosotros ya estamos listos para correr hacia los refugios. Ese es un trauma, pero del que no nos damos cuenta, vivimos con eso. O entrar en un lugar fuera de este momento que estamos pasando y lo primero que hacemos es preguntar o averiguar dónde está el refugio del lugar. Ahora, lo que tiene que ver con la guerra, sinceramente yo no vi las imágenes, ni tampoco los videos, porque soy incapaz de hacerlo, cuando me cuentan varias de las cosas que pasaron tampoco las quiero escuchar. No sé cómo podría dormir a la noche con esas imágenes y a pesar de todo igual me las imagino y es traumático. Hace un mes que no tenemos una sonrisa en la cara, que no podemos permitirnos tenerla y para siempre ese 7 de octubre será un día histórico, que no podremos olvidarlo.

Anoche en la conferencia que hubo con instituciones nacionales ahí se hizo un rezo que hacemos y en sus palabras hasta ahora decíamos lo que nos hicieron los nazis, quienes nos mataron, nos quemaron y torturaron. Cosas tremendas que yo no conocí que para mí, aunque duela hasta hoy día, es historia y ayer por primera vez escuché que el enemigo es de ahora, no del pasado, no de la historia, es Hamás y que todas las cosas que dijimos en el pasado que hicieron los nazis, ellos la hicieron ahora. Conozco a dos personas que los hijos fueron matados en el ataque, ya no es historia, ahora lo sentimos, podemos tocarlo y si, es un trauma. Cuando escuché que ya no era sobre los nazis, sino sobre Hamás era una espada más. Cada día me doy cuenta cuán inmenso es eso que pasó. También me invitaron a ir a una de las poblaciones que fueron atacadas pero dije que no podía. Tengo una amiga que estuvo filmando, a los pocos segundos de la grabación se ve en el piso sangre y no soporté el ver caminar sobre sangre seca y tampoco quería hacerlo yo misma. O por ejemplo ahora que están pensando en mostrar la película no censurada del ejército que se mostró la semana pasada en la Knesset tampoco soy capaz de verla y no quiero porque el trauma ya es inmenso.

Pero lo peor es el trauma de la población que vio a los terroristas cara a cara. Esos jóvenes que tuvieron la fuerza de huir de los disparos, que no fueron muertos o secuestrados como la mayoría, o de esos soldados o policías que venían justamente a rescatar esos jóvenes bajo fuego. O esa gente que vio los terroristas en el kibutz donde ellos vivían, que incendiaban la casa de al lado o que secuestraban a los niños y ellos se quedaban quietos, porque sabían que no podían hacer nada. O que llegaban los terroristas y los niños vieron a sus padres ser asesinado delante de los ojos y ellos salvados porque fueron escondidos y que no hicieron ruido. O a esas madres que estaban en el teléfono con los niños, mientras tanto los niños les decían que llegaron los terroristas, y que los aman y que nunca los olviden. O a esos soldados que dejaron una carta detrás de ellos y a la familia que sabía lo que estaba pasando y que los escuchó, que estaban al teléfono con ellos y que el teléfono se cortó. O a esa gente que tuvo durante horas que tener la puerta del refugio cerrada y de no sentir más la mano de tanta fuerza que había que hacer. Y esos que tuvieron que esconderse adentro de los muertos y ponerse sangre en la cara para que piensen que ya estaban muertos y no había más nada que hacer. Si para nosotros es increíble, lo que debe ser para esas personas que vieron la muerte delante de los ojos, que vieron al diablo ante sus propios ojos, que escucharon a sus hijos por última vez y eso no lo deseo a nadie, pero nos ocurrió. Y vamos a tener que tratarlo. El KKL con los Centros de resiliencia, con la ayuda psicológica de post-trauma, va a tener justamente que reparar un montón en ese sentido.
Y sin olvidar a todos aquellos que son secuestrados, los que saldrán con vida, cómo van a tener que ser tratados psicológicamente. Para las familias de todos esos secuestrados, que sean liberados como sean liberados, cómo duermen o no desde hace un mes. Cómo seguir la vida sabiendo que ellos están allá. Eso también es un trauma que uno nunca podrá olvidarse. Y tendrán que vivir con eso.

-¿Te gustaría decir algo más?

-Sí. Quiero decir muchas gracias por permitirme seguir siendo el puente entre el pueblo de Israel y el mundo a través del KKL y con todo el dolor que tuvimos, levantemos la cara y demos la fuerza a nuestros soldados y preparémonos ahora para la recaudación para la reconstrucción del Estado de Israel.

Israel te necesita
Suma tu ayuda ingresando a
https://donaronline.org/kkl/israel-bajo-ataque

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más