Itongadol.- Después de seis años intensos de trabajo, Paul Rozenberg regresa a Israel. Su presencia en las escuelas judías se convirtió en una imagen frecuente, básicamente inaugurando “aulas inteligentes”. Como lo expresa en la entrevista con ItonGadol, asegura haber encontrado una nueva manera de acercar a los donantes, incluso a aquellos jóvenes que entre apatía y desconocimiento no colaboraban con las instituciones. La pandemia no lo detuvo, y fue en esos tiempos difíciles cuando Paul y el equipo de Keren Hayesod de Argentina e Israel crearon “Aliá Protegida”, una importante iniciativa que llegó para quedarse como ocurrió con “volvamos al Shule”.
Vuelve a Jerusalem, luego de enterarse en estas horas que será vicedirector del KH para América Latina. Marcelo Banchik asume el rol de Paul y ambos, cada uno desde su lugar, se encuentran trabajando para un 2023 que será intenso, con festejos por el 75 aniversario del Estado de Israel y los 100 años de CUJA en la Argentina.
-¿Qué te llevás de tantos años de trabajo en Argentina?
-Me llevo un aprendizaje, un crecimiento profesional muy importante. Me llevo también un grupo de conocidos, amistades en algunos casos, después de estos 6 años de experiencia en Argentina. Me llevo una serie de acontecimientos que me enriquecieron en lo personal, que creo sirvieron para CUJA Keren Hayesod Argentina. Este en un lugar distinto en relación a cómo lo encontré hace 6 años. Me llevo una familia más grande, con la experiencia de haber vivido en este país. Me llevo experiencias y momentos inolvidables.
-¿Cómo viste el trabajo de CUJA – Keren Hayesod respecto a educación?
-Estudiar en una escuela judía y pasar por un movimiento juvenil me dejaron una serie de valores. Probablemente quien entienda la labor de un representante de Keren Hayesod que viene a recaudar dinero se habrá dado cuenta que involucrarse con iniciativas educativas dentro del proceso de la recaudación es una parte inseparables del proyecto en sí. Claro que se trata de venir a recaudar dinero para Israel, para el pueblo judío, pero también se trata de poner en práctica, ejemplificando, en términos de la comunidad judía Argentina, lo que se hace con el dinero.
Yo me encontré cuando llegué a la Argentina con un modelo de ayuda a las escuelas que era una mera operación matemática, de dinero que se recaudaba y se entregaba a las escuelas, proceso en el que los padres no tenían la menor idea del tema y no se sabía de qué forma se utilizaba el dinero en beneficio de los alumnos. Una de las primeras cosas que pensamos fue ver de qué manera podíamos darle un poco más de luz y de proyección a esa iniciativa de que CUJA Keren Hayesod y las campañas de la Argentina y del mundo apoyan la educación judía en Argentina, a través de algo que se pudiera ver y tocar, y esa fue un poco la iniciativa de las aulas inteligentes.

Paul Rozenberg en la inauguración de un aula inteligente de CUJA en el colegio Beth.
-Es decir que la acción educativa creció en volumen.
-Sí. Además, hubo un cambio, porque muchas veces el donante no vive en Argentina, es un donante de otra campaña al otro lado del mundo. Es decir que su donación ayuda a la diáspora, y es ahí donde el Keren Hayesod decide enviarme a la Argentina. Para mí, además de eso, esta responsabilidad se trataba de demostrarle al padre y a la escuela que esto estaba ocurriendo, que era algo que antes no pasaba.
Esto comenzó en el 2001, a propósito de la crisis pero con el paso de los años esa ayuda seguía llegando y los padres no tenían ni idea de esa ayuda. Creo que hubo dos etapas, una primera etapa en la que nos pusimos como meta lograr, a través de las aulas inteligentes, que los padres observaran algo concreto que ocurría en las escuelas. La segunda etapa, también desde el punto de vista del compromiso de los padres, es que logramos que algunos padres también comiencen a colaborar con el Keren Hayesod, entendiendo que de esta manera estaban colaborando con la institución a la que mandaban a sus hijos.
– ¿Ese objetivo se alcanzó?
-Eso se cumplió enormemente. Es más, logramos cambiar un mecanismo en la comunidad en el que los padres se sienten involucrados y no es solamente por qué llegó la ayuda, sino que ahora los padres piensan cómo colaborar para que llegue más ayuda. Logramos crear una fórmula en la que hoy en día casi no hay ayuda en Argentina que no llegue de Keren Hayesod, gracias a campañas de diferentes partes del mundo, acompañadas de una ayuda de parte de las instituciones involucradas y también de los padres. Eso es lo lindo del proyecto, que en la actualidad un padre en Argentina ayuda a un joven de Ucrania a hacer aliá. Y como resultado de eso, su escuela o la escuela a la que van sus hijos recibe más ayuda del Estado de Israel.
Y te voy a dar un ejemplo, en la famosa maratón para recaudar dinero que ya se realizó dos veces, CUJA hace un compromiso que implica que si logra cumplir con un objetivo propuesto duplica la donación o le agrega un tercio o la mitad de la donación, como dinero que llega de fondos del Keren Hayesod para apoyar a las escuelas, ¿Por qué digo esto? Lo digo porque permite que los padres participen y que una parte de la donación que van a hacer para la campaña de la maratón y para las escuelas ayude a un proyecto en Israel del Keren Hayesod, que es Aliá Protegida, ayudando a jóvenes argentinos a hacer aliá. Decidimos mezclar todo con todo para poder donar algo que no tiene nada que ver con lo propio y así algo de allá llega fortalecido para cada institución. ¿Por qué? Porque esa es la esencia del pueblo judío.
-Cuando hablamos de la fórmula, ¿es una fórmula de instituciones o es una fórmula de cuerpo a cuerpo?
-Es una fórmula donde el nexo se genera entre CUJA – Keren Hayesod y las instituciones, pero las instituciones como instituciones en sí no recaudan, sino que tienen que encontrarse contribuyentes en las instituciones, gente que activa, gente que quiere participar, que quiere algo bueno para su institución pero que saben que a través de su institución pueden recibir más si se comprometen a hacer algo para Israel o para lo que decida la institución.

Inauguración de un «Aula Inteligente» en Bialik Devoto
– Creo que las últimas generaciones no tienen incorporado como tenían nuestros padres y abuelos la importancia de la colaboración, no por maldad sino porque quizás no se los educó de esa manera. Sin embargo, te escucho y me parece que hay un logro dentro de este escepticismo y que no todo está perdido, al contrario, hay algo que está funcionando en ese sentido. ¿Coincidís?
-Es lindo lo que decís porque siempre hay un romanticismo respecto a cómo eran las campañas de CUJA en Argentina y en el mundo en el pasado, en momentos en los que el Estado de Israel aún no existía o en los que se necesitaba dinero para construir el Estado de Israel y para llevar a los judíos.
En la actualidad no construimos más el Estado de Israel, el Estado de Israel ya existe y es fuerte, lo que hacemos es intentar acortar las brechas en los lugares en los que todavía hace falta. Sobre todo porque llegan muchas personas a Israel que necesitan herramientas adicionales, ya sea por el idioma o por la historia personal que tienen. Tanto eso como la aliá y el apoyo a las comunidades en el mundo nos permiten ver que hay una nueva realidad. Frente a eso tenemos que intentar educar a las nuevas generaciones, ¿cómo las educamos a esas nuevas generaciones?, ofreciéndoles esta oportunidad, que es un beneficio en todo sentido.
Es importante entender que si alguien está involucrado con una institución comunitaria y quiere aportar su energía, su tiempo, su dinero y su ayuda a esa institución, lo que le ofrecemos es la posibilidad de potenciar esa ayuda. Es decir, si por un instante esa persona es capaz de mirar más allá de su institución y logra entender que hay otras instituciones en el mundo, que también necesitan ayuda y tienen necesidades, en Israel o en la diáspora, y que es posible ser parte de esto que es la gran campaña de los judíos, esa persona estará potenciando la ayuda a su institución.
Yo siempre digo que si hoy puedo dar un dólar a la institución en la que activo, imagínense que ese dólar se lo doy a CUJA y al Keren Hayesod, y automáticamente llegan dos dólares a mi institución. Lo que estoy logrando a través de mi compromiso es hacer un doble compromiso, un compromiso con mi institución con la que activo y un compromiso con el pueblo judío y el Estado de Israel, y eso era algo que en otros momentos estaba sobreentendido y hoy a través de esta posibilidad lo estamos convirtiendo en una realidad. Hay personas de cincuenta o sesenta años que recibieron estas herramientas y esta educación en casa de sus padres y de sus abuelos y son colaboradores del CUJA Keren Hayesod, en Argentina y en todo el mundo, pero hay una generación muy importante como decís vos, de personas que si colaboran lo hacen con las instituciones cercanas, y justamente lo lindo que tiene CUJA Keren Hayesod es que te permite colaborar con el pueblo judío en general, y si además hay un beneficio para la institución propia, creo que no hay nada mejor.
-Esto es una marca registrada del Keren Hayesod que evidentemente no es replicable en todos. Me refiero a instituciones que atraviesan por una cuestión de gente que ayuda y apoya. Coincidirás que hay gente de una segunda generación de mucho dinero, la cual no está interesada en participar y ustedes lo han logrado.
-Sí, es un proceso. Hoy estamos más avanzados que hace cinco o seis años definitivamente. Hubo un cambio importante en términos de poder seguir transmitiendo ese valor fundamental de la responsabilidad mutua y sobre todo cuando hoy en día se siente que también las instituciones se pueden beneficiar de esto.
-¿En qué momento de la institución te estás yendo?
-Yo creo que la institución creció mucho en estos años en términos de nuevamente ocupar ese espacio fundamental que tiene, que tenía en el pasado, dentro de la comunidad argentina. Hay muy pocas, me sobran los dedos de una mano para contar, instituciones en esta comunidad que le permiten a una persona independientemente de qué tipo de percepción o corriente religiosa siga, independientemente de si es de izquierda o de derecha, independientemente de si su judaísmo va por ir a rezar o por ir a estar en un marco comunitario, hay muy pocas instituciones donde gente de todos esos lugares pueda encontrarse y encontrar algo en común. Eso en común que hay en CUJA es la posibilidad de entender que más allá de lo propio y lo personal, siempre hay algo más grande que nos ha hecho pueblo, y eso CUJA – Keren Hayesod lo ofrece. Entonces, creo que nuevamente estamos en ese lugar, donde gente distinta se puede encontrar, tener un idioma en común, sentirse cómoda. Creo que CUJA – Keren Hayesod está de moda, porque hay un grupo de gente joven que hoy en día la está dirigiendo. Una mesa directiva con gente de cincuenta años, muy activa, muy partícipe, con eventos muy lindos, muy importantes y significativos. Yo me voy contento porque creo que la institución está en boca de mucha gente. Recién venimos de eventos en Punta del Este, con mil personas, de primer nivel.
Siento que CUJA está encaminado, con iniciativas propias que están relacionadas con la realidad Argentina como Aliá Protegida, como seguir ayudando a las escuelas. Estamos en un lindo lugar que tiene que ver con que esta comunidad es la quinta o sexta más grande del mundo, entonces es importante.
-Estás dejando un proyecto que se llama Aliá Protegida, que creo que es de esos proyectos que vienen para quedarse, que cumplen una función increíble, con dar la oportunidad de viajar y desarrollarse en Israel a jóvenes judíos de entre 20 a 30 años que hayan pasado por situaciones de vulnerabilidad. Vos en una despedida les dijiste, “yo pasé por lo que ustedes van a pasar y ustedes pueden estar en mi lugar en algún momento”. ¿Cuál es la reflexión de este gran proyecto que vino para quedarse, que tiene que ver contigo, que lo soñaste, lo pensaste y lo hiciste?
-Sí, la verdad que es un bebé, con todas las frustraciones de haber soñado esto y haber tenido que parar por la pandemia, porque durante diez meses o doce meses no había cómo encontrarse y llevar gente a Israel. Es un lindo proyecto, es una linda iniciativa donde se mezclan los valores fundamentales que todo ser humano tiene que tener. También encuentra una realidad como la de este país y la de muchos lugares de jóvenes con pocas oportunidades, que fue mi situación. Antes de hacer aliá, yo viví en Perú, donde en aquella época por terrorismo, hiperinflación, no había oportunidades. Poder tener esa capacidad de buscar a esos jóvenes para en primer lugar decirles “ustedes se merecen una oportunidad” y además saber que estos jóvenes están más que preparados para tener esa oportunidad ¿Por qué? Porque la vienen luchando tan duro para sobrevivir día a día en Argentina que desarrollaron ya un anticuerpo que les permite enfrentar situaciones adversas. Frente a eso prepararse, poder llegar a Israel, en un proceso de aliá distinto al común y corriente que es un proceso más protegido como se llama el plan de la Aliá Protegida, y después ver lo que los chicos comienzan a alcanzar en Israel es increíble, es muy emocionante, muy emotivo.
-A veces los llamo para hacer una nota y me dicen “ya comencé a trabajar”. Pasó en poco tiempo.
-Claro, y de hecho son jóvenes que terminaron su plan formalmente de ocho meses de preparación en la Argentina. Viajaron a Israel y estuvieron diez meses estudiando en el ulpán, preparándose. Ahora salieron a la vida civil, los soltamos y se soltaron. Cada uno es una historia, jóvenes que fueron al ejército, jóvenes que están estudiando en la universidad y que vivían acá vendiendo pizza o siendo repartidores. Chicas que su sueño era trabajar en educación y están encaminadas para eso.
-Hice una entrevista a unas chicas que viajaron ahora y me dicen “ya tenemos un grupo de WhatsApp, estamos ayudando a los que llegan”.
-Claro, eso es lo que esperamos de todo ser humano. Como judío, qué orgullo mayor que pensar en alguien que la luchó, que no tenía nada, que sufría y que hoy en día con lo poquito que tiene después de un plan de dieciocho meses ya está dispuesto a ayudar al próximo que llega. Por supuesto que está el elemento CUJA – Keren Hayesod que tiene que ver con el hecho de que al hacer un plan de este estilo que demanda mayores recursos tenemos que recaudarlos.
-Claramente es un proyecto donde, la gente que ayudó, colaboró y ponía su dinero.
– Además lo lindo de esto es que quizás para un donante en el otro lado del mundo, donar para Aliá Protegida significa donar para un joven argentino de la misma forma en que donar en Argentina es donar para la aliá de Ucrania. Ahora digo yo, para un argentino que pueda hacer una contribución para un joven, conocerlo y conocer su historia y poder encontrarse con ese joven, es realmente un cambio importante.
-Hay un rescate de vida judía, que tiene que ver con el ADN de la institución.
-Hay un país, el nuestro, que está esperando a que llegue alguien con ganas de hacer algo, y en contra parte tenemos a jóvenes que están sobreviviendo aquí, y no porque no tengan capacidades. Tienen todas las capacidades para hacer de su vida algo más importante, pero la coyuntura que está pasando el país, de la misma forma que puede pasar en cualquier parte del mundo y en cualquier momento, se los impide. Lo lindo es que no les estamos dando pescado, sino que les estamos entregando la caña para que aprendan a pescar.

Paul Rozenberg junto a Marcelo Banchik, nuevo representante de Keren Hayesod en Argentina
-Siempre que voy a Israel me gusta visitar el edificio donde están las instituciones nacionales del Estado. Me suele pasar que cuando salgo caminando, hay un bolichito donde se come medio en la calle, y me ha pasado de encontrar a Dani Alaluf y a gente de Keren Hayesod comiendo rápido al mediodía. Ellos podrían estar sentados como corresponde y la respuesta es “no hay tiempo, estamos trabajando”. No me lo contaron, lo vi. Así que esta reflexión es doble, entiendo que estás volviendo a la casa matriz del Keren Hayesod, no sabía de tu nuevo rol, no sé si lo querés compartir, así que espero encontrarte por ahí.
-El Keren Hayesod es una institución nacional del Estado de Israel que en términos del equipo humano no es una institución grande. Hay un respeto y una responsabilidad y entendemos que todo el dinero que se recaude tiene que ir para ayudar a quien lo necesite. Dicho esto, hay un equipo de trabajo que tiene que hacer que esto funcione. Es un equipo chico, con base en Israel, en donde están las oficinas centrales de las cuatro instituciones nacionales. Se liberó un puesto device director para América Latina, España y Portugal, y luego de la linda experiencia que tuve en Argentina, me postulé para ese puesto y fui elegido. Así que voy a pasar formalmente a ser parte del equipo del Keren Hayesod con oficinas en Israel, pero voy a seguir conectado con Latinoamérica.
-Aparte alguna vez vas a venir de visita o por trabajo obviamente…
-Uno de los proyectos que empecé en esta época y que no terminé es que estamos haciendo un libro con la campaña en Argentina. En la medida en la que nos fuimos involucrando en el proceso, nos dimos cuenta de que hay muchísimo material. Vamos a hablar de 100 años de historia de la campaña de recaudación en Argentina, es muchísimo tiempo y se está preparando un libro de muy alto nivel. Mi intención es poder venir este año para la presentación del libro.
-Esto sin duda va a servir como un manual de procedimiento, de algún modo, para que las nuevas generaciones sepan lo que han hecho sus padres y sus abuelos y bisabuelos y también tal vez aprendan qué hacer hoy y en un futuro.
-Exactamente.
-¿Qué están preparando para Argentina en los próximos días?
-Básicamente le estoy pasando la posta a Marcelo Banchik, el nuevo representante del Keren Hayesod en la Argentina. En el corto plazo tiene dos tareas importantes: la primera es el evento de apertura en marzo. Lo segundo es que se cumplen 75 años de la fundación del Estado de Israel y se organizan las delegaciones. Keren Hayesod tiene siempre la costumbre de organizar lindas delegaciones con oportunidad de conocer cosas muy especiales y particulares, de cenar con el primer ministro o el presidente, de acudir a eventos nacionales importantes. Desde Argentina vamos a enviar dos autobuses, uno de contribuyentes del Keren Hayesod y otro de contribuyentes y no contribuyentes de la comunidad que deciden hacer su viaje con nosotros.
Escuchá la entrevista completa aquí:
https://open.spotify.com/episode/72H3ntryrMYSgKqZ4YFS50?si=6yQzc9SxRkG4OPjoDKuo_w