Itongadol.- Gabriela Glazman es la representante de la Agencia Judía y la Organización Sionista Mundial para el Cono Sur. En el marco de lo que fue la semana de la aliá (del 12 al 19 de octubre de 2021) y en una entrevista con Iton Gadol, Glazman aseguró: ‘‘Israel es un país que está armando por inmigrantes y que necesita y quiere seguir creciendo, y para hacerlo necesitamos más gente. El israelí también necesita de los olim, no menos de lo que los olim necesitan del israelí. Es algo que no se puede separar’’.
‘‘A mí me parece que no es casualidad que todos los shlijim que están trabajando hoy en América Latina fueron olim o hijos de olim. El tema de la aliá no es una experiencia ajena a nosotros. Todos lo vivimos en nuestras casas. Para mí tiene un valor agregado. Para mí la aliá es una misión de vida. Y yo lo veo en todos los shlijim. Me parece que la aliá es una de las experiencias más fuertes que un ser humano puede vivir. Es como casarse y tener hijos. Hay pocas experiencias en la vida tan fuertes y tan marcadas como la aliá. Toda persona que hizo aliá lleva esa marca y estoy segura de que todo lo que yo hago tiene que ver también con mi propia vivencia’’.
¿Cómo fue tu aliá?
– Yo llegué a Israel un 13 de octubre, y esa es una fecha importante para mí y para toda mi familia, que al mismo tiempo es el día de la aliá. Así que el día de la aliá también festejo mi aliá personal.
-¿Cómo era la aliá en ese momento? ¿Es diferente a cómo es hoy?
-Yo viví mi aliá como adolescente. Hice aliá con mi familia, así que es una vivencia diferente y especial. En realidad no cambió mucho. Me acuerdo de los encuentros con el sheliaj, de todos los preparativos. En grandes rasgos, es lo mismo, sólo que estamos hablando de otro mundo, que era antes de las redes sociales. La mayoría de la información que tenías te la daba un sheliaj y amigos y familias que estaban viviendo ya en Israel. Era todo por carta. Hoy en día toda la información está mucho más abierta y expuesta. Nosotros hablamos de un proceso de democratización de la aliá. Las cosas dependen mucho menos de nosotros, y mucho más del olé. Cuánto quiere sumergirse en el proceso, ser protagonista. Por ejemplo, entrar a un ulpán de hebreo, a charlas que tenemos online, contactarse con familias, con amigos, con gente que está trabajando en el mismo área profesional. Proactividad es otra palabra clave para entender cómo cada olé quiere manejar el tema.
-¿Cuánto le beneficia hoy a un olé que, habiendo hecho vos tu propio proceso, puedas estar en el lugar en el que estás?
-A mí me parece que no es casualidad. Todos los shlijim que están trabajando hoy en América Latina fueron olim o hijos de olim. El tema de la aliá no es una experiencia ajena a nosotros. Todos lo vivimos en nuestras casas. Para mí tiene un valor agregado. Para mí la aliá es una misión de vida. Y yo lo veo en todos los shlijim. Me parece que la aliá es una de las experiencias más fuertes que un ser humano puede vivir. Es como casarse y tener hijos. Hay pocas experiencias en la vida tan fuertes y tan marcadas como la aliá. Toda persona que hizo aliá lleva esa marca y estoy segura de que todo lo que yo hago tiene que ver también con mi propia vivencia. Por ejemplo, hace un par de semanas en un seminario de aliá entré a la mesa redonda sobre aliá de familias, porque es la mesa que me mueve personalmente. Hablé de cómo preparar a los adolescentes pre-aliá. Lo hice inconscientemente, pero ahora me doy cuenta que mi experiencia sigue siendo parte de los focos que yo le doy a la aliá.
-Hagoel escribió una columna muy interesante. Él dice que por más de que el mundo y la tecnología cambien, la aliá es un ADN inamovible, que no tiene vencimiento. ¿Coincidís en eso?
-Sí, 100 por ciento. Nunca dejé de ver eso. Cada judío con el que me reuní, todos saben que la aliá es una posibilidad que existe para todos. Es como un cheque abierto. Es parte de nuestro ADN. Ahora estoy en AMIA, y si bajo, me encuentro con 10 personas y les pregunto sobre aliá, todos tienen un hermano, un primo o un amigo que hizo aliá. Es parte de nuestro diálogo comunitario.
-¿Por qué Hagoel incluye en esta columna que el israelí necesita del olé tanto como el olé necesita del israelí?
-Obvio. Te respondo primero como israelí. El israelí entiende que para que nuestro país pueda seguir creciendo, necesita más fuerzas que entren a nuestro país. Lo que yo aprendí en Israel es que nuestro país se enriquece con cada olé que llega. Hay una frase en hebreo que yo siempre tengo en la cabeza y dice que ‘de olé a olé nuestra fuerza crece’ y para mi es eso. Cada olé viene a sumar, viene a agregar, eso lo vimos muy claro en los 90, que pasó cuando vino la aliá de la ex Unión Soviética y también lo vemos ahora, porque cada individuo que llega a Israel suma, agrega y trae una nueva idea. De verdad me gustaría decir que hoy en día en Israel faltan médicos, obvio que cada médico que llega es importante, pero no solo cada médico, sino también cada educador, cada joven y cada niño y cada maestra y todos suman. Porque esa es la fortaleza de Israel, es un país que está armando por inmigrantes y que necesita y quiere seguir creciendo, y para hacerlo necesitamos más gente. El israelí también necesita de los olim, no menos de lo que los olim necesitan del israelí. Es algo que no se puede separar.
-A los olim que están haciendo la cuarentena porque recién llegaron al país, el Estado les lleva la comida y lo que necesitan al hotel. Estos mismos olim viajaron a Israel con 3 valijas porque están al tanto de la generosidad que existe con el olé, para ayudarlo en su adaptación, ¿Qué pensás al respecto?
Eso no pasa solo con los olim, pasa con todos, es parte de la cultura israelí. Así como por una lado cuando estás parado en la fila del supermercado no te respetan el orden de llegada o no son hiper educados o te levantan un poco la voz, por otro lado, cuando el israelí sabe que alguien necesita ayuda, el sentido comunitario, el sentido de ayudarlo al otro es muy fuerte en Israel. Yo me acuerdo que hace un tiempo, en una de mis visitas a Israel, llegó a Modi’ín una familia de olim proveniente de Argentina, y con la gente de la ciudad tenemos un grupo que se llama ‘Modi’ín cosas para regalar’, y alguien publicó que llegaba una familia de olim de Argentina y necesitaban equipar la casa, y a las tres horas hubo que pedirles que no lleven más nada porque no podían recibir más cosas. La gente en Israel es muy solidaria, pero no solo con los olim, sino también entre ellos. Es muy común que se ayuden, se hagan regalos, es parte del ADN de la sociedad israelí.
-Algunas de las chicas que hicieron alía en el último grupo que viajó de Argentina se emocionaron mucho en el momento que el avión despegaba desde Buenos Aires, por lo que dejaban atrás, pero por otro lado tenían la convicción y estaban seguras, sabiendo a qué se enfrentan y a qué van, pero entendiendo de que es una aliá que les iba a permitir un cambio en su vida, en una sociedad diferente, y es impactante escuchar este tipo de testimonios. Yo sé que vos decís que no todo es color de rosas, pero ¿Qué creés al respecto?
No todo es color de rosas pero es verdad que a veces nos olvidamos cuan valioso es tener una sociedad que te recibe y que realmente quiere a los olim. Yo lo que justamente siempre digo es que me gusta y me parece importante que los olim se suban al avión con esa ilusión, porque si vos estás convencido de lo que estás haciendo, cuando vengan los momentos duros, que los hay, porque todo cambio es difícil, incluso se los decimos a nuestros hijos cuando comienzan un año nuevo de clases, ni hablar de un cambio radical de vida, por lo que es importante tener esa ilusión y subir al avión con esa seguridad de que te va a ir a bien, y esa esperanza y sabiduría en los momentos difíciles es lo que te va a ayudar a superar esos momentos.
-Es increíble el espíritu de renovar sus vidas y el optimismo de los olim, a pesar de que todavía no tienen nada, ¿Vos sos consciente del movimiento que les genera a ellos?
Yo lo sé y pienso que las personas a nivel general que puede hacer un paso de estos en la vida, ya sea con la aliá o podría ser inmigrar a otro país, son personas optimistas de base y por eso pueden hacer cambios vitales en su vida. Nosotros sabemos que hay líneas generales que tiene en común la gente que puede tomar este tipo de decisiones, entonces sí, entre los olim lo vas a ver, porque es una característica, el optimismo, poder responsabilizarse sobre su futuro, querer ir para adelante, personas con aspiraciones, etc. Hay cosas en común que se estudiaron, no es que lo digo yo, que son características de olim.
-¿En qué consiste el enorme trabajo que está haciendo la Agencia Judía?
Nosotros desde la Agencia Judía y la Organización Sionista trabajamos en diferentes tareas. Tenemos un departamento Majlaká Leidud Haaliá (Departamento de Promoción de la Aliá), hoy en día tenemos más de 100 ulpanim (escuelas para el estudio del hebreo) entre Argentina, Chile y Uruguay, y cada ulpán que abrimos se nos llena en 48 horas y la mayoría volvieron a ser presenciales y eso es algo muy importante porque sabemos que si la gente aprende hebreo antes de hacer aliá es una herramienta muy importante, tenemos además un sinfín de actividades pre aliá, que son charlas con los olim, charlas con educadores, municipalidades, espacios sobre las diferentes opciones de absorción, sobre temas laborales. No hay ningún tema que nosotros encontremos relevante para que el olé tome la decisión de hacer aliá, en el que no le traigamos la posibilidad participar de una actividad, una charla o un workshop. Hay dos cosas que pasan en el proceso de la aliá, una es la parte técnica, porque es una parte inmigratoria e Israel tiene sus leyes al respecto y hay que conseguir documentación que demora un tiempo porque en Argentina no siempre va rápido y a los posibles olim a veces también les lleva tiempo conseguir estos documentos, hay una parte de entrevistas en donde nosotros los conocemos y vemos cuál sería una buena opción para su absorción. Además tenemos programas para jóvenes que no se abren todos los días y tienen sus respectivas fechas, por ejemplo ulpán kibutz, por lo que podemos detectar un olé joven que nos parece que tiene un perfil para cierto ulpán pero quizá ese ulpán se abre dentro de 6 meses, por lo que es parte de un proceso. Los procesos demoran pero mientras se está pasando por lo que llamamos la parte técnica, también participan en muchas actividades desde el ulpán que es un compromiso semanal hasta entrar en una charla o participar en una expo o entrar a un workshop que enseñe a armar un curriculum en Israel.
-Jerusalem Post hizo una gran nota en la que se habla sobre el crecimiento mundial de la aliá, con un aumento del 46% en Argentina, ¿Cómo recibe y administra la Agencia Judía el hecho de que haya una aliá importante?
Nosotros sentimos que tenemos un equipo súper profesional. Entró gente nueva y mejoramos nuestra forma de trabajo, por lo que cada olé que llega es recibido y atendido de la mejor forma posible. Es más, estos números nos ponen contentos, cuantos más olim mejor para nosotros. Los números siempre van creciendo y no nos sorprende porque los olim también ven que a la gente que ya hizo aliá les va muy bien, que están trabajando, que se adapta, que están cómodos, y eso para nosotros es lo que más está empujando a la aliá, que la gente ve lo bien que están sus amigos y familiares que se atreven a tomar ese camino.
-¿Qué debe hacer alguien que tenga dudas acerca de si puede o no hacer aliá?
Nosotros no le decimos a nadie que no, nosotros ponemos las herramientas y la información a disposición. Entendemos que hay personas que necesitan tal vez tomarse dos años para tomar la decisión, por eso tenemos charlas informativas y actividades todos los meses, por ejemplo la expo que la menciono porque fue hace poco tiempo y la gente entró sin ningún compromiso de hacer aliá. Y está bien que haya gente que abra carpeta (inicia el proceso) pero no están seguros, y lo piensan como una posibilidad a futuro. Y nosotros no nos vemos como una institución que tiene que empujar a la gente hacer a aliá, cada uno tiene sus tiempos. Lo que sí vamos a estar para el que lo necesite.
-¿Cómo es la situación del olé una vez que llega a Israel y se convierte en ciudadano israelí?
Israel es un país libre y cada uno puede emprender el camino que desea. Cada ciudadano puede entrar y salir del país todo lo que quiera, como todo ciudadano.
-En Israel se festejó hace muy poco tiempo ‘La semana de la Alía’, ¿Qué significa una fecha como esta?
Una semana como esta para todos los que trabajamos en la aliá es un momento de reflexión, es más, tuvimos un seminario de aliá del mundo entero, en el que pensamos en nuevas ideas, miramos atrás, vemos lo que hicimos y a dónde vamos. Es un momento en el que uno se siente bien, porque al final estamos haciendo un trabajo que me parece que poca gente tiene la posibilidad, la suerte de trabajar en algo que realmente le cambia la vida a la gente para mejor. Para nosotros es un momento lindo e importante, y en Israel es un momento reconocido en el que se habla mucho del tema, especialmente en esta semana.