Itongadol.- Tras finalizar los XXI Juegos Macabeos, en los que más de 10.000 participantes de 60 países llegaron a Israel, Carolina Freidkes, la secretaria general de FACCMA, mantuvo una entrevista con Itongadol para dialogar sobre el trabajo y el logro que implica llevar a Israel un récord de 800 deportistas.
Después de un retraso de un año debido a la pandemia de coronavirus, esta fue la Macabeada más grande jamás celebrada, con más de 30.000 competencias individuales en 42 deportes.
¿Qué significa para vos haber hecho esta nueva experiencia de viajar a las Macabeadas?
– Esta fue la primera vez que tuve el honor de participar en una Macabeada Mundial. Durante más de 3 años planificamos, organizamos, debatimos y soñamos con la posibilidad de llevar a la delegación mas grande de la historia de la Federación.
Fue un orgullo para mí acompañar a las categorías juveniles y ver la camaradería que se vivía tanto en la convivencia en el kibutz como en cada uno de los partidos. Me emocioné viendo como todos los jóvenes alentaban a sus compañeros y gritaban cada gol como si fuera propio.
La gran mayoría de ellos conoció Israel a partir de esta experiencia y nuestro objetivo era que, mas allá de la competencia deportiva, pudieran recorrer, conocer y conectar con sus raíces. Algunos deportistas que no habían tenido la posibilidad de hacerlo antes, hicieron sus ceremonias de Bar y Bat Mitzvá en el Kotel y las energía que se vivió en ese momento es imposible de transmitir en palabras. Sabemos que, si hacemos un buen trabajo, de la mano de estos jóvenes la continuidad judía está garantizada.
En lo personal fue vivir Israel desde otra perspectiva, disfrutar de los eventos, su organización, escuchar ivrit por las calles y respirar judaísmo en cada rincón del país.
Además aprovechando que estábamos en Israel el 18 de julio, conmemoramos el 28° aniversario del atentado a la AMIA en todos los partidos donde participó la delegación argentina, leyendo palabras alusivas y usando un brazalete negro durante la competencia. También realizamos un acto en la embajada de Argentina en Israel con la presencia de representantes del gobierno israelí, familiares de las víctimas, deportistas y dirigentes nacionales e internacionales.
Había mucha expectativa con la delegación que viajó, con más de 800 participantes, ¿cómo funcionó esta delegación?
– Después de mucho trabajo se conformó una delegación muy importante, compuesta por deportistas, técnicos, entrenadores, ayudantes de campo, delegados, médicos, dirigentes y profesionales.
Para poner un poco de información en cifras: para 550 deportistas esta fue su primera Macabeada mundial y para un gran porcentaje de ellos fue la oportunidad de conocer Israel.
Llevamos en la delegación una población muy diversa, deportistas de 13 a 86 años viajaron a competir, todos con la misma energía y amor por la camiseta. En el desfile de la fiesta inaugural en el Estadio Teddy Kollek de Jerusalem 795 personas vistieron la campera y llevaron la bandera argentina con orgullo.
Sumado a eso unos 400 amigos y familiares viajaron a acompañar a la delegación, los colores blanco y celeste tiñeron cada cancha y estadio.
Fue muy emocionante ver a padres e hijos, hermanos, familias enteras que viajaron representando a argentina en diferentes disciplinas, encontrarse espontáneamente en los eventos de apertura y clausura y fundirse en un abrazo.
¿Cómo calificás la experiencia de FACCMA en estos Juegos Macabeos?
– El primer gran logro a destacar es el equipo de profesionales que estuvo a cargo tanto del armado de la delegación, de la logística y de coordinar y dar apoyo en Israel, atentos a cada detalle. Otro pilar para que todo funcione fueron los dirigentes que acompañaron a los equipos en cada una de las ciudades dando respaldo. Cabe destacar también el trabajo que se hizo a nivel comunicación para hacer que la vivencia pueda llegar a los hogares de todos aquellos que alentaban desde aquí.
Yo creo que la participación de la delegación FACCMA fue muy exitosa. En primer lugar por haber conformado el segundo contingente mas numeroso por fuera del país local. También por haber sido un ejemplo de compañerismo y fair play. Pero el mejor premio que nos llevamos es el de la vivencia compartida, el orgullo por los colores y el saber que cada uno de los participantes volverá a su institución sintiéndose un embajador de los juegos macabeos y transmitiendo la experiencia para que todos alguna vez en su vida puedan cumplir ese sueño.
¿Cómo volvió la delegación y cuál fue el resultado de la experiencia?
– La delegación está regresando, cada uno desde su lugar podrá contar su propia historia, mas allá de los logros o derrotas deportivas hay algo que liga a todos los participantes y es la emoción compartida en cada abrazo, en cada sonrisa y en cada aplauso recibido.
Poder reunir a deportistas judíos de todo el mundo en un evento de esta magnitud es digno de ser celebrado, escuchar el Hatikva cantado por mas de 10.000 personas a las vez es una sensación única. Cruzar miradas con la persona que está al lado y ver los ojos llenos de lágrimas no tiene precio.
Pudimos conocer y relacionarnos con gente de todos los lugares del mundo y los vínculos que se generan a partir de esta interacción son genuinos y duraderos.
El mejor resultado que tenemos es escuchar a los participantes decir: “no puedo esperar a la próxima Macabeada” y para ser sincera, yo tampoco.