¡Alentemos con respeto! No llevemos la locura a los clubes, a las canchas, a los espacios deportivos. Respetemos a los/as profes, árbitros, organizadores y principalmente a nuestros hijos/as. Disfrutemos de verlos crecer, jugar, equivocarse y aprender. Seamos conscientes del daño que podemos hacer y evitémoslo. ¡Jazak Veematz!