Inicio CSHA Presidente del CSHA: «En nuestra institución cada socio vive el judaísmo plenamente»

Presidente del CSHA: «En nuestra institución cada socio vive el judaísmo plenamente»

Por Iton Gadol
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Itongadol.- El flamante presidente del Círculo Social Hebreo Argentino (CSHA), Maximiliano Srur, mantuvo una entrevista con ItonGadol sobre los logros de la institución y los ejes que prevalecerán durante su gestión: “Queremos que cada uno viva su judaísmo como más le guste y que entre los socios esto se respete. Tenemos el templo al lado de las canchas de tenis. Y creo que uno de nuestros grandes desafíos es mantener ese ámbito de convivencia”.

Además, Srur destacó el éxito de la venta de lotes en el predio frente a la sede de Canning, que ya se encuentran en etapa de urbanización. “Hoy en día estamos pasando los 2.500 socios y seguimos creciendo cada día más”, resaltó.

-¿Cuál es tu relación con la institución, más allá de haber llegado a la presidencia de la misma?

-Yo nací en el Círculo. Transcurrí toda mi vida, niñez, adolescencia, jugué al fútbol. Fui janij, madrij, fui director de Juventud del club. Conformé la primera Comisión Directiva a los 17 años, ya hace mucho tiempo, y bueno, fui transcurriendo mi vida hasta llegar hoy a ser presidente.

-¿Sos uno de los presidentes más jóvenes que tuvo una institución generacionalmente?

-No tanto. Yo estoy en 45 años en un mes y Gustavo Sakkal, cuando empezó a ser el presidente también tenía mas o menos mi edad, lo mismo que Marqui Cohen por ejemplo. Solemos ser una institución que apuesta mucho a la dirigencia joven. Yo fui prosecretario de la institución a los 17 años.

-El Círculo es una institución pujante, una institución que siempre tuvo un espacio bien claro, a diferencia del resto con respecto a quién es su población y sobre eso van trabajando y fueron creciendo de una manera enorme. ¿Cómo está la institución hoy.

-En este momento la institución está transitando un crecimiento exponencial, hace más de 10 años que viene creciendo. Con un nuevo grupo de dirigentes que apostó mucho a al club de campo en Canning. Eso nos dio la posibilidad de crecer, de ampliarnos un poco del público de Flores, que siempre fue la población de referencia. Y empezamos a llegar a públicos de otros barrios y otra gente que tenía la necesidad de una institución como la nuestra. Como siempre decimos, el Círculo es único en su concepción. Creemos que es un espacio, un marco fundamental dentro de la comunidad judía de Buenos Aires por lo menos, que le da lugar a mucha gente que por ahí en otros lados no se sentiría cómoda por diferentes motivos. Eso hace que tengamos un nicho único y gracias a Dios la gente nos fue eligiendo. Crecimos mucho en cantidad de viviendas, en cantidad de actividades principalmente. Otro de los hitos que se dio hace un poco más de cinco o seis años es un proyecto de alianzas, que trabajamos con instituciones afines, principalmente escuelas comunitarias, como Maimónides, Bereshit, Wolfsohn, Yeshurun.

-¿Cómo anda eso?

-Eso anda bien, con altibajos. A veces podemos hacer más cosas, a veces menos. Pero la verdad que creemos que la comunidad debería trabajar más en conjunto, porque todos tiramos para el mismo lado de la continuidad judía, la lucha contra la asimilación.

-¿Coincidís conmigo de que hay un crecimiento del mundo judío que se fue acercando en los 10 o 15 últimos años más a la observancia?

-Sin duda que en los últimos años se ve un crecimiento de lo que son las instituciones. Y el círculo da una respuesta a eso.

-¿Cómo estás viendo vos en general la comunidad, desde tus ojos desde tu lugar?

-Pregunta difícil. La verdad es que yo veo problemáticas en muchas instituciones generalmente más pequeñas, que se ven cada vez más disminuidas en pos de las más grandes creciendo. Eso no está bueno porque quita opciones a la comunidad, escolares especialmente y socio-deportivas también. Lo vemos con el cierre de escuelas, que también por otro lado en la comunidad se está volviendo cada vez más más caro participar. Eso hace que lamentablemente mucha gente quede afuera, aunque hay esfuerzos enormes de parte de todos por mantener a todo el mundo.

-¿Mantenés buena relación con tus pares de las socio-deportivas? ¿El Círculo ofrece para aquellos que no tienen la educación formal judía algún tipo de cuestión alternativa? ¿La educación está presente de algún modo en vuestras actividades?

-Sí, a través de FACCMA que nos nuclea, tenemos constantes y excelente relación con todas las instituciones. Con respecto a la educación, nosotros no hacemos educación formal, pero sí trabajamos mucho la educación no formal, por intermedio de actividades sociales, recreativas, comunitarias y actividades religiosas también dentro de la institución. Consideramos eso también parte de la educación no formal de los jóvenes.

-Hablemos un poco de futuro, ¿qué imaginás en tu presidencia? ¿Qué está pidiendo la comunidad y creen que ustedes deben dar respuesta o ya la están dando?

-A futuro, seguir manteniendo la esencia del Círculo, que creo que es lo que lo que da esa respuesta a la comunidad. Esa esencia donde todos los que puedan estar dentro del club se puedan sentir cómodos, independientemente de su nivel de observancia, puede ser un marco donde desarrollarte deportivamente, socialmente, religiosamente también. Donde pueda el socio y el que decide venir al club, disfrutar de su tiempo libre, conocerse, educarse y aprender a vivir en comunidad. Y de esa forma aportar nuestro grano de arena y nuestro espacio a la comunidad en general. Creemos fundamental en el trabajo con otras instituciones.

-En la presidencia de Gustavo Sakkal hubo o existieron varias actividades centrales de la comunidad. Recuerdo con presencia de embajador y un montón de instituciones. Se convirtió en un lugar de encuentro desde los comunitario y político, ¿eso es una marca de la institución?

-Sí. Nosotros consideramos importante estar dentro del ámbito político comunitario. Hace unos pocos meses en Iom Yerushalaim tuve la suerte de recibir al embajador en Caning. Eso va a continuar y lo vamos a tratar de potenciar.

-Hablemos del socio. ¿Qué comodidades tiene un socio?

-Es una institución socio-deportiva, no necesitás tener casa para venir al Círculo. El círculo tiene actividades de lunes a jueves. En la sede de Flores y entrenamientos en el Club Comunicaciones, además de actividades de tercera edad principalmente en la ciudad y en el verano en Caning. Los domingos principalmente es el día fuerte en Caning, con quinchos y parrillas, donde mucha gente va a pasar su domingo, a disfrutar y hacer deporte, juntarse con amigos, vivir en comunidad, que eso es lo que pretendemos.

-¿Cuántos socios tiene la institución?

-Hoy en día estamos pasando los 2.500 socios y creciendo cada día más. El año pasado pudimos comprar un predio enfrente de lo que es hoy nuestro predio. Se hizo el loteo y gracias a Dios se vendieron casi la totalidad de los lotes que pusimos a la venta. Ya está en urbanización y calculamos un año y medio para poder empezar a construir.

-Se escucha muchos de los clubes o countries, donde se generan espacios para la gente observante, ¿eso funciona y crece o de pronto termina siendo el Círculo una buena opción para aquellos que intentaron y entienden que un Círculo les puede dar la totalidad de eso que hace a la vida de cada uno?

-Sé que existe y me parece bien. La diferencia que puedo decir yo hoy es que en el Círculo es algo institucional. No sé cómo se manejan. Conozco el fenómeno, lo celebro porque está bueno que todos puedan desarrollar su judaísmo como les gusta en el lugar que elijan.

-¿Qué pasa con el fenómeno del Círculo que genera este tipo de dirigente, me refiero por la juventud, no suele verse esta cuestión en otros lugares?

-Para mí es algo natural. En el club siempre buscamos capacitar a los jóvenes para la dirigencia, buscamos continuidad. La receta es dar espacio y dar lugar y confiar cuando el camino está claro y uno lo puede transmitir de una forma clara. Por ejemplo el año pasado trabajamos todo el año en un proceso con ayuda del Joint,para redefinir la misión y visión con un conjunto de dirigentes donde convocamos muchos jóvenes para trabajar la misión de la institución y la visión a futuro. Se pudo generar una visión compartida entre los dirigentes actuales, dirigentes un poco más mayores y lo que creemos que van a ser las futuras generaciones de dirigentes.

-¿Cómo es tu comisión directiva?

-En cuanto a la edad somos todos más o menos contemporáneos. Somos un grupo comprometido, activo, pujante y que intentamos buscar siempre nuevos proyectos y nuevos desafíos.

-¿Los chicos tienen actividades importantes?

-Sí, cada vez tenemos más actividades deportivas, artísticas, recreativas. El año pasado inauguramos nuestro curso de Madrijim, antes lo hacíamos en conjunto con FACCMA y desde el año pasado tenemos nuestro propio curso.
Tenemos actividades los fines de semana y durante la semana tenemos una sede funcionando en Belgrano en Wolfsohn desde hace cinco años. Todos los días después de las 5 de la tarde, termina la escuela, los chicos tienen actividades brindadas por el Círculo, como extracurriculares

-Con respecto a las actividades anuales que se hacen en general, me tocó ver a la OSM, la Agencia Judía, el embajador. Esto se da en general. ¿Tiene que ver con una cuestión ideológica de la institución que nos distingue?

-Sin duda. Nosotros somos una institución sionista. Creemos en Israel como el centro de la vida judía. En nuestras actividades anuales más importantes, como Iom Haatzmaut o Iom Ierushalaim, están invitados y tenemos excelente relación con esas instituciones.

-¿Cuáles son los valores principales que transmiten?

-Los valores principales que hoy tiene y transmite la institución es esto que a veces no se ve mucho por fuera en la comunidad, que es el respeto a que cada uno dentro de la institución viva su judaísmo como más le guste, que entre los socios esto se respete. Hay una valoración, nadie es más ni menos. Tenemos el templo al lado de las canchas de tenis. Y hay gente rezando y hay gente jugando al tenis. Me refiero al judaísmo que cada uno profesa y se pueda sentir cómodo profesándolo dentro de la institución. Y creo que uno de nuestros grandes desafíos es mantener ese ámbito de convivencia, porque la verdad no se ve todos los días. Por eso lo recalco y lo valoro. Es un orgullo y es un gran agradecimiento a los socios que así lo ven.

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