Itongadol.- En el marco del décimo aniversario de VALOR RSE+Competitividad, iniciativa de AMIA/BID/Fomin, se realizó el pasado 28 de agosto la segunda Jornada de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) del año, cuyo lema fue “Riesgos e impactos de la cadena de valor en el radar de los inversores”.
El encuentro se realizó en el auditorio de AMIA y contó con palabras de bienvenida del presidente de la institución, Ariel Eichbaum, quien destacó las acciones de la entidad en temas de educación e inclusión social y laboral. Luego se firmó un convenio de colaboración con la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación para avanzar en la agenda de Derechos Humanos y Empresas.
A su turno, Claudio Avruj, titular de la secretaría mencionada, informó que el próximo 30 de septiembre se presentará el Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos, como hoja de ruta para una sociedad pacífica, sin discriminación y respetuosa del ambiente.
Luego se dio comienzo a la jornada que reunió a especialistas de la Argentina y del exterior, para debatir sobre inversión sostenible y los factores ambientales, sociales y de gobierno que están hoy en el foco de los inversores, considerando la complejidad del contexto actual y las tendencias que se observan en la temática.
Expusieron Pablo Cortinez, economista responsable del área de Negocios y Medio Ambiente de Vida Silvestre; Edoardo Gai, director de RobecoSAM; Germán Zarama, Punto Focal de la OCDE para América Latina y el Caribe; Gabriel Berger, profesor y director del Centro de Innovación Social de la UDESA; Paloma Muñoz Quick, directora de Investor Alliance for Human Rights.
El panel de discusión fue moderado por la periodista Silvia Stang, editora del diario La Nación, quien incentivó a reflexionar sobre nuestros consumos y cuánto más estamos dispuestos a pagar por productos elaborados de modo responsable, para luego indagar lo que sucede en el mundo de las finanzas y hacia dónde va hoy la inversión.
En cuanto a las tendencias, los panelistas hablaron sobre los Principios de las inversiones de triple impacto cada vez más adoptados por los bancos del mundo teniendo en cuenta los riesgos e impactos del desempeño empresarial.
Otro punto que se destacó fue la evolución del concepto de RSE hacia un nuevo paradigma, el de Cultura Empresarial Responsable. Este enfoque más amplio parte de una visión integral de todos los impactos positivos y negativos que puede tener una empresa
Asimismo, los panelistas coincidieron en resaltar la responsabilidad que cada actor tiene frente a la coyuntura actual: los ciudadanos siendo conscientes de sus hábitos de consumo y exigiendo transparencia y prácticas sostenibles; las empresas, adoptando una conducta responsable no sólo puertas adentro sino también frente a su cadena de valor; y el Estado dando el ejemplo, ejecutando políticas públicas (bajo las cuales trabajan las empresas) que promuevan los impactos positivos y controlen los negativos.
Al cierre del evento, Fernando Passarelli, coordinador de VALOR, destacó que el objetivo de estas jornadas es generar debates para pensar el desarrollo sostenible. Asimismo, destacó que si bien en el ámbito local aún falta mucho camino por recorrer, no hay que esperar a las condiciones ideales para actuar sino más bien aprovechar los tiempos de incertidumbre para prepararse de cara al futuro y recibir las tendencias por venir.