Inicio ACT. COMUNITARIA Gabriela Glazman: ‘‘Entendimos la complejidad de lo que pasaba el 7 de octubre y que teníamos que darle el lugar a las instituciones locales’’

Gabriela Glazman: ‘‘Entendimos la complejidad de lo que pasaba el 7 de octubre y que teníamos que darle el lugar a las instituciones locales’’

Por M S
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Itongadol.- La representante en Sudamérica de la Agencia Judía y la Organización Sionista Mundial (OSM), Gabriela Glazman, que recientemente finalizó su etapa en Argentina, destacó en una entrevista con Itongadol que tras la masacre del 7 de octubre ‘‘entendimos la complejidad de lo que pasaba y que teníamos que darle el lugar a las instituciones locales para que ellos tomen la primera línea con nosotros atrás para apoyar’’.

En referencia a la situación en la sociedad israelí y las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) antes de la masacre de Hamás, expresó: ‘‘No sé si estuvimos a la altura porque mucho de los mitos que teníamos en nuestro joven ejército invencible es que estábamos muy bien preparados, no fue tan así. Nos dimos cuentas de muchas cosas que estaban pasando. Veo de vuelta a la sociedad israelí y estamos en un conflicto importante’’.

‘‘Los primeros días después de la masacre hablaba con diferentes comunidades y me decían que los templos estaban llenos, por un lado, pero también los padres tenían miedo de mandar a sus hijos a las escuelas. Había como un miedo pero también una necesidad de estar en comunidad. Para mí todavía no entendemos la cantidad de gente que volvió a la comunidad después del 7 de octubre porque la gente sintió que la conexión con Israel es verdadera y es profunda’’, detalló.

Además, recordó que ‘‘en el sionismo hay una frase que dice que si Israel no es un país fuerte ninguno de nosotros va a estar seguro en ningún lugar del mundo. Ya vimos qué pasó cuando Israel pasó un momento de debilidad, para mí eso ya cambió. Cambió cómo la comunidad ve a Israel a nivel de identificación pero también cambió el diálogo. Nosotros entendemos que con los jóvenes tiene que haber un diálogo más relevante, algunas cosas que hacíamos no fueron tan buenas o no dieron los resultados que esperábamos. Lo vimos menos en Sudamérica, pero acá si te hablo a nivel global, y es lo que pasó con los estudiantes en las universidades en la mayoría de los lugares del mundo’’.

Con relación a su trabajo, Glazman afirmó que ‘‘es bueno tener un representante para dos instituciones porque al final de cuentas se completa. A veces uno más uno es mucho más que dos, y yo sentí que en este caso así fue’’.

‘‘Pude dar mucho más a la comunidad porque cuando venían ideas de proyectos siempre traté de pensar cuál de las dos instituciones podía ayudar o dónde encajaba mejor’’, agregó desde Modi’ín, tras finalizar su mandato en la región.

Entrevista completa:

-Te tocó representar por primera vez a dos instituciones israelíes que son muy importantes, como la Agencia Judía y la OSM. ¿Qué evaluación hacés al respecto?

-Te voy a dividir la respuesta en dos. A nivel personal y a nivel profesional. A nivel personal para mí, ni siquiera puedo decir cumplir un sueño porque me parece que mi sueño nunca fue hacer esto. Si había tenido una experiencia previa de cinco años en Brasil, como representante de la Sojnut (Agencia Judía), pero en el momento que me  ofrecieron representar a dos instituciones cambió todo el juego. Es más, tal vez mi sueño era representar a la OSM, porque de chica es lo que escuchaba de mi abuelo, que era representante y que iba a los congresos. Es con lo que crecí desde el día cero, con la OSM. De chica escuchaba hablar de la OSA y de los congresos en Israel, de la parte política. Para mí era algo muy grande, que no era solamente algo ejecutivo, sino que era como cerrar un círculo en mi vida. Es diferente hacer una shlijut en la Kehilá donde naciste, tenés un vínculo que es mucho más que el profesional. Para mí fue algo muy especial, único en mi vida.

A nivel profesional ni te tengo que decir porque la verdad fue algo grande, importante e interesante en dos momentos especiales. Yo llegue con el COVID, y lo dije varias veces a esto, yo pensé que lo más difícil que iba a tener que hacer era mandar a los olim a Israel con los aeropuertos cerrados. O la situación de los olim cuando se cancelaban los vuelos, o tratar de hacer actividades con jóvenes por Zoom. Me parecía algo muy difícil. Pero desde el 7 de octubre tuvimos que enfrentar a una realidad nueva. No es la primera vez que me toca una situación, pero nada de lo que viví previamente fue parecido, nada podía indicarme cómo reaccionar frente a lo del 7 de octubre.

-¿Por qué?

-Porque primero que el 7 de octubre fue la masacre más grande del pueblo judío desde la creación del Estado, 1200 muertos en un día. Una masacre y una guerra que nadie se podía imaginar. Yo sentía que no tenía ni las herramientas para tratar de explicar, porque no las podía entender yo. La velocidad con la que estaban pasando las cosas no lo permitía. Yo justo ese día me desperté muy temprano porque tengo grupos de Israel y me empezó a sonar a la madrugada el teléfono. Se hablaba de un ataque que iba creciendo y creciendo y de repente hubo que activar todo un equipo, donde no te olvides que nosotros tenemos también a muchos shlijim de Israel trabajando en Sudamérica. En este grupo especifico de shlijim la mayoría son de kibbutzim, entonces para ellos era algo muy cercano el susto.

Tenía que contener a todos mientras yo no sabía cómo contenerme a mí, porque yo sabía que mis dirigentes cercanos estaban en una situación compleja, que mi hijo el 7 de octubre al mediodía ya estaba en el ejército, él es paracaidista. Era una situación personal de mucha preocupación pero también tenía que priorizar la parte profesional y que tanto la Sojnut como la OSM se activen.

-Ambas instituciones tomaron un protagonismo considerable y dieron prueba de sumarse rápidamente con las respuestas que el mundo necesitaba.

-Yo te puedo decir que en cuestión de horas Demian y Fede de la OSA estaban en mi casa, que siempre recordamos la situación, entendiendo que estaba pasando algo. Los shlijim también estaban en mi casa. Hicimos una mesa larga de trabajo, a las pocas horas de lo que pasó. Como instituciones israelíes y judías entendimos la complejidad de lo que pasaba y que teníamos que darle el lugar a las instituciones locales para que ellos tomen la primera línea con nosotros atrás para apoyar.

Glazman en el último último Expo ATID, realizado en Buenos Aires.

-¿Qué creés que va a cambiar en la diáspora o ya cambió después del 7 de octubre?

-Para mí ya cambió. A veces no se ve en cosas chicas, pero creo que cambió. Los primeros días después de la masacre hablaba con diferentes comunidades y me decían que los templos estaban llenos, por un lado, pero también los padres tenían miedo de mandar a sus hijos a las escuelas. Había como un miedo pero también una necesidad de estar en comunidad. Para mí todavía no entendemos la cantidad de gente que volvió a la comunidad después del 7 de octubre porque la gente sintió que la conexión con Israel es verdadera y es profunda. En el sionismo hay una frase que dice que si Israel no es un país fuerte ninguno de nosotros va a estar seguro en ningún lugar del mundo. Y me parece que eso nos queda claro a todos ahora. Ya vimos qué pasó cuando Israel pasó un momento de debilidad, para mí eso ya cambió. Cambió cómo la comunidad ve a Israel a nivel de identificación pero también cambió el diálogo.

Nosotros entendemos que con los jóvenes tiene que haber un diálogo más relevante, algunas cosas que hacíamos no fueron tan buenas o no dieron los resultados que esperábamos. Lo vimos menos en Sudamérica, pero acá si te hablo a nivel global, y es lo que pasó con los estudiantes en las universidades en la mayoría de los lugares del mundo. ¿Por qué tuvieron miedo de hablar? O quizás no miedo, pero ¿por qué no sintieron que lo que pasaba en Israel era algo de lo que ellos tenían que hablar? Vemos por una parte la generación joven en Israel, que increíblemente, siendo la generación que decíamos que eran de Instagram, de TikTok, de sacarse fotos, increíblemente ellos se fueron al ejército y nadie esperó que lo llamen. Una generación que entendió que tiene que defender a su país y su identidad, y fueron todos al ejército, y es sabido que fueron muchas más personas que las que se habían llamado.

Te doy el ejemplo de mis hijos, ninguno fue llamado, fueron solos. Y como ellos fueron la gran mayoría. Los jóvenes israelíes que estaban en el mundo se tomaron los aviones y se vinieron. Y por otro lado, si hablábamos de la segunda diáspora más grande del mundo, Estados Unidos, ¿dónde estaban los mismos jóvenes? No hablaron. Hay algo acá que tenemos que trabajar de una forma diferente. Me parece que lo que pasó el 7 de octubre nos puso como un espejo sobre la realidad. No digo que esté bien o mal, pero esta es la realidad y con esto vamos a tener que lidiar los próximos años.

-¿Era necesario lo que ocurrió, perdón por la palabra, para poner todo finalmente en su lugar? Con un costo de muchos muertos. Da la sensación de que lo que pasó puso a la sociedad israelí y al Ejército en un lugar que parecía necesario para que puedan estar a la altura.

-No sé si estuvimos a la altura porque mucho de los mitos que teníamos en nuestro joven ejército invencible, de que estábamos muy bien preparados, no fue tan así. Nos dimos cuentas de muchas cosas que estaban pasando. Veo de vuelta a la sociedad israelí y estamos en un conflicto importante. Esto pasó, no lo elegimos. Lamentablemente a veces podemos estar en paz todo lindo y pasan cosas. Es como cuando una familia se va de vacaciones, está todo bien en las vacaciones, la pregunta es qué pasa en el día a día. Y acá paso esto, lamentablemente pasó lo que pasó, no tenemos cómo llevar el tiempo atrás y remediarlo.

Lo que ocurrió para mí fue lo peor de lo peor, no había forma de pensar que algo así nos podía pasar, yo nunca pensé que iba a vivir algo así. Nadie de nosotros lo pensó. Espero que lo que nos pasó nos sirva a todos para diseñar un futuro mejor para el pueblo judío y para Israel. Yo linkeo mucho a Israel y al pueblo judío. Para mí no hay Israel sin un pueblo judío fuerte que lo apoya. Y las comunidades judías sin un Israel fuerte, sabemos qué es lo que pasa y que es lo que nos espera. Esto es lo que pasó, ahora vivamos con eso y adaptémonos.

-El tema de la aliá está muy presente hoy en día en la dirigencia israelí. ¿Cómo ves la aliá en el futuro?

-Los números no mienten. Este año hay mucha aliá, más que en los años anteriores. Vemos una aliá fuerte de países como Francia y Estados Unidos, donde la gente de repente se da cuenta de que no es fácil vivir en un país donde el antisemitismo lo sentís en el día a día. Y al final de cuentas eso es algo que trae mucho aliá. En Sudamérica estamos en una situación un poco diferente, donde vemos una aliá joven, la aliá ideológica, de jóvenes que sienten que es un momento en el que ellos pueden influenciar el país, que va a tener un valor agregado.

La gente no sabe la cantidad de soldados solitarios argentinos que hay en estos momentos en las IDF. Yo me encontré con un grupo de unos 40 padres y es algo impresionante, y están todos o la gran mayoría combatiendo. Está esa aliá, está la aliá de los movimientos juveniles, y también está la aliá de las familias. Como madre puedo entender que los que quieren hacer aliá en familia están esperando que la situación se estabilice. Eso lo vemos en países como Argentina pero en países como Francia o Estados Unidos no lo vemos. Pienso que lo que pasó trae una cierta ola de aliá.

Glazman en el último último Expo ATID, realizado en Buenos Aires.

-¿Cuán importante fue la decisión de Hagoel de entregarte los dos sombreros y juntar dos instituciones en una persona especialmente elegida, que fuiste vos?

-Yo no soy objetiva porque a Hagoel lo admiro hace años, como persona y como jefe. Es un gran ser humano que va más allá de lo profesional. Me siento satisfecha de haber cumplido la expectativa, porque me acuerdo que la expectativa era alta. Es un desafío trabajar con un montón de departamentos, que todos se sientan cómodos. Me encantó poder ser parte de esto. Pienso que es bueno tener un representante para dos instituciones porque al final de cuentas se completa. A veces uno más uno es mucho más que dos, y yo sentí que en este caso así fue. Pude dar mucho más a la comunidad porque cuando venían ideas de proyectos siempre traté de pensar cuál de las dos instituciones podía ayudar o dónde encajaba mejor. Tenía una mirada más amplia de la realidad.

Es más, hay departamentos que incluso te completan. El departamento de Promoción de la Aliá, por ejemplo, que trabajamos con la comunidad en general, no solo con la gente que quiere hacer aliá, personas que tal vez piensan empezar a estudiar hebreo algún día, o gente que viene de Israel. O personas que querían interiorizarse más con el tema de Israel con una mirada de aliá, pero nadie tenía que abrir carpeta de aliá o ir a las actividades y decir que quería hacer aliá. Es como abrir una ventana. Y la gente que quiere adelantar ya viene a la Sojnut y hace todo el proceso pre aliá. Para mí son dos departamentos en la OSM y en la Sojnut que se completan.

-Es decir que la experiencia fue buena.

-Fue magnifica. Si a mí me preguntan yo recomendaría siempre seguir juntos. No tenemos conflictos entre las dos instituciones, se complementan muy bien y lo hacemos mucho más flexible, más rápido, porque es una sola persona.

-Estamos entrando en el mes más importante del calendario hebreo. ¿Con qué mensaje te gustaría cerrar la entrevista?

-Es un mes de reflexión. Pienso que este año todos necesitamos este mes para reflexionar. Los últimos días en Israel la palabra que más usamos es ‘‘slijá’’ (perdón). Recientemente estuve en una manifestación en la que había más de 100.000 personas y era increíble que todos estén gritando juntos slijá. Nosotros lamentablemente debemos pedir perdón y reflexionar, traer un futuro mejor, pero también un futuro con esperanza, porque esta situación va a pasar. Vamos a traer a los rehenes de vuelta y esta guerra si dios quiere se va a terminar. Sabemos que cuando Israel se reconstruya esto va a influenciar a las comunidades también.

Hablando de las comunidades de Sudamérica, junto con el slijá quiero decir gracias. Yo siempre supe que nací y que mis primeros años de vida fueron en la Kehilá más sionista y más conectada con Israel, que no eran solo palabras, y esto lo sentí, lo sentí cada día en esta shlijut. También antes del 7 de octubre, pero después del 7 de octubre no creo que haya tantos lugares en el mundo en los que se haya hecho las cosas que se hicieron y se hacen en Argentina. Un gran agradecimiento quiero dar. Se siente esa relación.

Aprovecho también para agradecer a cada uno de ustedes por el apoyo, porque realmente todo lo que pude hacer sin el apoyo de cada uno no hubiera sido posible. No es un logro mío, es un logro en conjunto. Desde acá voy a seguir trabajando con esta región que tanto quiero, en mi nuevo rol, así que me van a seguir viendo. Vamos a trabajar desde otro ángulo para que las comunidades sigan estando cada vez más fuertes y la relación con Israel y el judaísmo siga siendo sólida. Que tengamos un buen año porque nos lo merecemos. 

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