Itongadol.- Alejandro Altman, director de la Oficina de Desarrollo de Jabad Lubavitch Argentina, dialogó con ItonGadol sobre la tarea que está llevando adelante la institución para ayudar a quienes más lo necesitan durante la pandemia del coronavirus.
En ese sentido, destacó: “Dentro del área social hubo que reacomodar todas las acciones. El Hogar de niños de Ieladeinu debe seguir abierto, pero el Centro de Día no se puede. Entonces hay que visitar a los chicos en sus casas; la entrega de alimentos, medicamentos y ayudas económicas mensuales hubo que entregarlas a domicilio y el gran desafío está siendo llevar a cada familia (beneficiaria y no) todo lo que necesiten para celebrar Pesaj”.
Asimismo, afirmó que luego de la crisis de 2002, “las instituciones que conforman la red de contención comunitaria, luego de los primeros momentos de la emergencia, salieron muy fortalecidas”.
-¿Cómo los encontró la pandemia?
-Hay que entender que debido al Liderazgo Autónomo (siguiendo las enseñanzas del Mismísimo Rebe de generar Líderes y NO seguidores), cada Director y responsable de las instituciones de Jabad en Argentina es distinto. Lo que voy a contar seguro es solo una parte, porque el impacto y la reacción se da a cada instante y, como siempre, priorizamos la acción ante la comunicación y la difusión.
-¿Cuál es la actividad fundacional de Jabad?
-Nuestra tarea está organizada por ejes: BATEI JABAT (Sinagogas y kehilot de Jabad) que desarrollan obviamente toda la vida comunitaria de su zona de influencia (más de 35 en todo el país); EDUCACIÓN, con jardines de infantes, primarias y secundarias, más toda las propuestas de formación religiosa como las Yeshivot y muchas propuestas de educación no formal para toda la familia, pero en especial para adolescentes y Jóvenes; DIFUSIÓN DE LA CULTURA y TRADICIONES JUDÍAS vía redes sociales, revista, newslleters, folletos por cada Jag (festividad), programa en Radio Nacional, canal en Spotify, además de los eventos de celebración de todos los jaguim y el acercarse a cada uno, por ejemplo ahora, entregando Matza a cada uno que lo necesite; y por último el Área de ACCIÓN SOCIAL, en donde, además de todas las cosas que hacen los Batei Jabad dentro de sus Kehilot, están las dos principales instituciones de Ayuda Social que son IELADEINU (cuidado de niños, adolescentes y jóvenes que han sufrido vulneración de derecho) y La Fundación de Acción Social de Jabad (donde se ayuda con necesidades básicas y contención a familias y adultos mayores en desventaja social).
-¿Cuáles fueron los primeros requerimientos y necesidades que comenzaron a aparecer en la gente?
-Dentro del área social hubo que reacomodar todas las acciones: el Hogar de niños de Ieladeinu debe seguir abierto, pero el Centro de Día no se puede, entonces hay que visitar a los chicos en sus casas; la entrega de alimentos, medicamentos y ayudas económicas mensuales hubo que entregarlas a domicilio y el gran desafío está siendo llevar a cada familia (beneficiaria y no) todo lo que necesiten para celebrar PESAJ. Pueden seguir en redes sociales las campañas de #comolaestamosllevando y #sederencasa.
Las Escuelas también se fueron adaptando a la educación a distancia, con los desafíos que eso representa, tener que hacerlo sin planificación previa: morim desde sus casas generando clases, avanzar en la currícula, conexión en casas donde hay más de un alumno, aprendiendo a utilizar las plataformas tecnológicas, etc. Todo un desafío, pero los resultados están siendo positivos también en esta área.
Tristemente, y creo que por primera vez en la historia, se cerraron las sinagogas, pero cada Sheliaj y Shluja comenzó a ofrecer shiurim (clases) virtuales. Se envía material continuamente vía whatsapp y hay una interesante convocatoria al respecto, hay mucha participación de la gente. También es cierto que los líderes espirituales reciben consultas permanentemente sobre temas relacionados a las angustias y desorientación que causa el aislamiento.
Pero también, como te mencionaba al principio, lo que cuento es sólo una parte. Por ejemplo, cuando llegó el famoso barco desde Uruguay y todos fueron a un hotel para hacer la cuarentena, Jabad se acercó el viernes, instantes antes de SHABAT a llevar comida kosher para los ieudim que necesitaban.
-¿Las organizaciones de ayuda como Jabad se habían relajado desde la crisis de 2002 y los encontró con la guardia baja?
-Todo lo contrario. El 2002 fue un momento de crisis total, pero las instituciones que conformamos la red de contención comunitaria, luego de los primeros momentos de la emergencia, salieron muy fortalecidas. Hubo mucho aprendizaje y hace muchos años por ejemplo que la ayuda social y el sostenimiento de los profesionales de dichas instituciones proviene de buenas planificaciones y estrategias de ayuda y de obtención de recursos. Hay que ver caso por caso cómo es el autofinanciamiento y la misión que tienen, pero desde hace años todas lograban cubrir las necesidades de forma autónoma sin depender de los auxilios, por ejemplo, que llegaban, gracias a D´s, en cantidades desde el exterior.
Hoy la situación es otra, porque el mundo está mal. Pero tanto en lo que se dice el campo como en los puestos de liderazgo, hay gente muy preparada. Obvio todavía es una incertidumbre lo que va a ocurrir en la Argentina particularmente, además de temas de salud del COVID-19, pero se está frente a una red sólida.
Incluso desde el primer día del decreto de la cuarentena, los Directores de AMIA, TZEDAKA, LEDOR VADOR, IELADEINU, LA FUNDACIÓN de ACCIÓN SOCIAL DE JABAD y el JOINT (no se descarta incluir a otros colegas) se reúnen cada dos o tres días para ir monitoreando la situación, que es cierto, recién empieza.
-¿Creen que se van a necesitar mayores ayudas en un futuro próximo?
-Somos una Comunidad que tiene tradición solidaria. Es cierto que hay diferencias en ciertos aspectos, pero cuando es cuestión de ayudar al prójimo, yo siento que hay más unión y comprensión por parte de todos que hay que ayudar. Esta situación afecta a todos, nadie puede salir de su casa, el que necesita le llevemos la comida y el que puede donar para que podamos hacer eso. Por eso los desafíos por venir son grandes y sí, el que pueda ayudar con el cuerpo deberá hacerlo, el que pueda ayudar con ideas y tiempo deberá hacerlo, y el que puede ayudar con dinero, también deberá hacerlo. “Kol israel arevim ze la ze, cada hermano judío es garante el uno por el otro”, y cada uno debe hacer su mejor parte.
En este último punto, quiero aprovechar para contarles que aquel que cumple con la mitzva diaria de hacer tzedaka, hoy puede hacerlo en forma virtual y la ayuda llega en el momento, ingresar a www.jas.org.ar/pushkevirtualsolidaria
También quiero utilizar este medio para APLAUDIR en nombre de toda la Comunidad a los que están saliendo a la calle a cumplir sus labores comunitarias, tanta de salud como espirituales, y a los que desde sus casas hacen esfuerzos enormes para continuar trabajando y por supuesto, también para los que, a pesar del golpe económico que están recibiendo, siguen ayudando.