Itongadol/AJN.- Más allá de las palabras, lo que debe verse y valorarse son las acciones. En la política, porque es pública y es siempre materia opinable y de debate, por sobre todas las cosas ha de ser así.
Debemos todos celebrar la decisión del presidente Alberto Fernández de asistir al Foro internacional de Líderes sobre el Holocausto para conmemorar el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz.
El estudio, la investigación y la conmemoración de la Shoá en nuestro país es política de Estado.
Lo ha sido así desde el año 2000, cuando el presidente Fernando de La Rua tomó la decisión que Argentina sea miembro fundador de la IRHA, la Alianza Internacional del Holocausto, en la Conferencia de Estocolmo.
Néstor Kirchner como Presidente y Cristina Fernández de Kirchner como Senadora en distintas oportunidades asistieron como oradores principales en respectivos actos centrales del recordación del Iom Hashoa Ve Haguevura organizados por la DAIA.
Por su parte Mauricio Macri fue el primer presidente en encabezar un acto conmemorativo del 27 de enero día Internacional del Holocausto estipulado por ONU desde año 2005.
En medio de estos hitos, innumerables son las acciones que en conjunto el Estado y las organizaciones de la Comunidad Judía, nacionales e internacionales han realizado y llevan a cabo. Tal vez como políticas públicas merezcan resaltarse la construcción del Monumento Nacional del Holocausto y la creación y reciente remodelación del Museo del Holocausto. Acá es importante recordar una vez más que el edificio fue cedido en el gobierno del Presidente Menem y que la reinauguración la presidió el Jefe de Gobierno de la Ciudad Horacio Rodríguez Larreta.
La presencia Argentina en Israel del Presidente Fernández es una clara toma de posición contra el negacionismo y contra el antisemitismo/antisionismo, que son dos caras de la misma moneda.
Como comunidad judía debemos sentirnos bien y ponderar esta decisión. Es también reconocimiento al trabajo sostenido de los sobrevivientes de la shoa que aquí consagraron sus vidas, de los educadores, de los centros juveniles, de las instituciones de mantener viva la memoria, de educar para la vida, para la paz, para el encuentro y desarrollo en fraternidad sin venganza.
Los argentinos todos debemos ver esta toma de posición más allá de cualquier especulación como un gesto motivador: las políticas públicas son efectivas cuando se sostienen en el tiempo y fundamentalmente cuando la ideología es dejada en segundo plano para privilegiar el bien común. Tal vez la Argentina encuentre en este ejemplo el camino a seguir. Si hay una lección que nos marca a fuego el Holocausto es sin duda que el camino es el encuentro, la fraternidad, el respeto y el diálogo, jamás la violencia, el odio, el prejuicio y la indiferencia al que piensa distinto.
Yo celebro que el presidente vaya a Israel. Una gran señal para todos.
*Presidente Honorario del Museo y Ex Secretario de DDHH.