Itongadol/AJN.- Así lo expresó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) Lissette Fuentes Albalah, la representante del Keren Kayemet LeIsrael en Cuba. “El KKL va a aportar a la comunidad hebrea de Cuba y viceversa, y entre ambos nos insertaremos mejor en la sociedad”, agregó.
El encuentro con la referente comunitaria cubana se dio en el marco del 6º Congreso de Líderes de AMLAT que organizó el KKL en Buenos Aires y Montevideo, donde participaron representantes de 15 delegaciones de Latinoamérica e Israel.
-¿Qué significa que Cuba esté presente en una actividad tan importante como un congreso latinoamericano del KKL?
-Es importante y a la vez es la continuidad de un trabajo que ya comenzamos desde el año 2011. Hemos ido participando en algunos eventos de este tipo, tanto en Latinoamérica como en Israel. Es muy importante porque es la medida en que la comunidad hebrea de Cuba se inserta dentro del marco del Keren Kayemet y, en este caso, ya comenzamos a desarrollar un trabajo. Tenemos un proyecto que es ciertamente modesto, pero que significa los primeros pasos del Keren Kayemet en Cuba. Así que estar en el contexto latinoamericano, integrarnos como la comunidad hebrea de Cuba al Keren Kayemet de los demás países de Latinoamérica lo valoramos como muy positivo.
-¿Cuándo empezó el trabajo del KKL en Cuba? ¿Hace cuánto?
-En el KKL en este momento estamos iniciando el proyecto nuevo, esto es muy reciente. Hemos ido ajustando nuestro proyecto a las condiciones, a las características propias de la comunidad hebrea de Cuba. Por ejemplo, ponemos énfasis en la actividad de educación, en el trabajo intracomunitario con los diferentes grupos y proyectos comunitarios existentes en Cuba, como la escuela dominical Albert Einstein, los grupos de jóvenes y diferentes grupos comunitarios que hay.
-¿Cómo es la educación judía en Cuba?
-La educación judía se concentra fundamentalmente en la escuela dominical, una vez por semana los domingos de 10 de la mañana a las 13 de la tarde, donde participan más de 100 personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos, divididos en diferentes kitot (aulas) con un programa profesional. Tenemos un Staff de morim (maestros), todos cubanos, que están muy bien preparados, tienen una preparación metodológica, se reúnen sistemáticamente, un plan de estudios, una cosa muy estructurada.
-¿Hace cuántos años que existe la escuela dominical?
-La escuela nunca dejo de funcionar en Cuba, ha habido una continuidad con etapas diferentes.
-¿Hubo momentos que fue difícil ser judío en Cuba y eso era una opción no tan a la vista y permitía no perder la continuidad? ¿Cumplió en algún momento ese rol?
-Yo no lo vería así. Es una característica muy interesante que cuando la educación en Cuba es totalmente estatal, o sea es institucionalizada en manos del Estado, es gratuita, es libre y no quedaron colegios privados en Cuba. Sin embargo, la escuela judía nunca se cerró, es una escuela privada, no estatal.
-¿Y qué aprenden los jóvenes o los adultos judíos allí?
-Ellos tienen ciclos de estudios, donde cubren diferentes áreas como judaísmo, historia, las festividades, el ciclo de vida judía, el idioma hebreo, diferentes temáticas que se preparan en un ciclo trianual. Cada tres años se termina el ciclo y vuelve a empezar.
-¿Se festejan las festividades con actividades extraescolares?
-Sí, la escuela hebrea ha alcanzado un grado de madurez actualmente, que la comunidad hebrea de Cuba y, menciono en general, las tres comunidades de la Habana depositan en la escuela la preparación de las actividades centrales, como por ejemplo, hace poco conmemoramos Iom HaShoá y fue increíblemente bien organizada.
-¿En estas actividades interactúa el Estado? ¿Hay alguna presencia?
-Las actividades formales de esta índole, por ejemplo, en la actividad de Iom HaShoá tuvimos representación de la Oficina para la Atención de los Asuntos Religiosos, que es del comité central del partido y a veces vienen funcionarios del gobierno, participan con nosotros y a nosotros nos honra.
-¿En todas estas actividades que se realizan está presente el KKL?
-Todavía no podemos decir eso. A futuro nuestro proyecto es complementarnos con la escuela, con los jóvenes en los espacios.
-¿Qué desafíos tiene el KKL a futuro? ¿Qué imaginas dentro de 5 años?
El mayor desafío es estabilizar el trabajo del KKL, decir que finalmente hemos logrado todo este trabajo que desarrollamos este tiempo para poder formalizar una actividad de esta índole, retomar algo que ya existió en nuestro país anteriormente. Se está retomando algo que estuvo hasta la década de los ‘60 aproximadamente. El desafío es estabilizar el trabajo primero de una manera discreta, modesta, pero siempre con la perspectiva de fortalecernos. Lo vemos como un trabajo mutuamente beneficioso, el KKL va a aportar a la comunidad hebrea de Cuba y viceversa, y entre ambos nos insertaremos mejor en la sociedad.