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Itongadol/ AJN.- El Tribunal Supremo de Israel decidirá este miércoles si se lleva a cabo o no la orden del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de demoler de las casas de los cinco terroristas acusados de cometer ataques contra israelíes judíos.
Esta medida llega luego de la primera demolición, que se llevó a cabo el pasado 19 de noviembre a la vivienda del terrorista Abdelrahman Shaludi, quien fue responsable de asesinar a una beba de tres meses y a una joven ecuatoriana de 22 años durante el primer ataque en Jerusalem en una estación de tren ligero.
Es que si bien Netanyahu había anunciado la demolición de las seis viviendas no sólo como una forma de castigo colectivo, sino también como medida de disuasión contra futuros terroristas ataques, las familias de los otros terroristas recurrieron a los grupos de extrema derecha israelíes Hamoked, y entonces el tribunal emitió una orden de restricción temporal contra el gobierno, según informó hoy la agencia de noticias de Israel “Arutz Sheva”.
"No somos muy optimistas ya que parece que el público israelí quiere venganza, y las autoridades israelíes quieren mostrar que todavía tienen poder", expresó la directora de Hamoked, Dalia Kerstei.
Grupos de derechos humanos y varios gobiernos internacionales han condenado la práctica, ya que afirman que sólo inflamará las tensiones.
Sin embargo, el ejército israelí hizo hincapié en la eficacia de las demoliciones en un comunicado antes de que se destruyera la habitación de Shaludi: "La demolición de casas de los terroristas es un mensaje claro a todos aquellos que buscan dañar israelíes ciudadanos y fuerzas de seguridad, que el terrorismo y dañar a gente inocente tiene un alto precio que pagarán si deciden continuar con estas actividades”
Las otras cinco demoliciones. Incluyen a las casas del terrorista que golpeó con su tractor en un autobús, los acusados de realizar dos ataques con autos en las estaciones del tren Luz Rail, el terrorista que intentó asesinar al activista de derechos Yehuda Glick, y a los sospechosos de realizar la masacre en la sinagoga del barrio Har Nof de Jerusalem.
Los terroristas fueron asesinados por las fuerzas de seguridad en el lugar de sus crímenes, a excepción de uno que murió después de que él abrió fuego contra las fuerzas de las FDI durante una redada en su casa la mañana siguiente.