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Itongadol.- Doce sobrevivientes del Holocausto, cinco hombres y siete mujeres, celebraron su bar mitzvá y bat mitzvá en una ceremonia en Haifa, Israel, la semana pasada, los cuales no pudieron marcar durante su juventud.
Los participantes se pusieron las filacterias y se cubrieron con los mantos de rezo. La audiencia les arrojó dulces y los unieron en los cánticos y danzas. "A los 13 estaba en Auschwitz. Realmente no había nadie con quien hablar de celebraciones", dijo uno de ellos.
Mordechai y Esther Liber, que atravesaron la guerra en distintas áreas, se conocieron en un orfanato en Lublin, Polonia, después del enfrentamiento. "A los nueve ya estaba solo. Nos quitaron nuestra niñez. Sobreviví solo en el mundo y estoy emocionado con este evento porque no lo pude celebrar en el tiempo real, y no tenía padres para que lo consideren una celebración. Antes de que asesinaran a toda mi familia en los bosques, mi mamá se arrodilló ante mi y me dijo en idish: ‘Motke, corre al bosque y diles a todos lo que ocurrió aquí’", dijo él.
Su esposa agregó: "Él era el niño más travieso de la casa y su madre sabía que si alguien tenía una posibilidad de sobrevivir era él. Yo estaba en un área diferente en Polonia en ese momento, en Galicia. Estaba con mi familia en el bosque y un día cuando encendimos una fogata los alemanes nos vieron y empezaron a disparar. Pude escapar con mi hermana mayor que había sido herida".
"Sobrevivimos porque pidió pan a una mujer cristiana que vivía en el área. Cada vez ella pedía más para mí, pero la señora pensó que estaba mintiendo y que solo quería más. Entonces le decía: ‘Trae a tu hermanita y déjanos verla’. Cuando finalmente me llevó, la mujer se puso a llorar. Era piel y huesos", destacó.
Como su esposo y los otros participantes de la ceremonia, Esther no celebró su bat mitzvá. "A los 12 ya estaba en Israel, en un instituto de jóvenes de aliá en Jerusalem. Sabía la fecha pero nadie la celebró. Tal vez no había tiempo o pensaron que las niñas no debían celebrarlo", dijo.
El evento, del que participaron docenas de otros sobrevivientes, parientes y representantes de organizaciones de asistencia, fue organizado por la asociación Yad Ezer La’Haver – Mano amiga para un amigo, la cual opera un hostel y ayuda a sobrevivientes del Holocausto.