A pesar de las tensiones que amenazan la continuidad de la coalición del gobierno de Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu está decidido a resolver la crisis generada por el proyecto de regulación del servicio militar.
"La sociedad israelí se enfrenta a un cambio histórico", advirtió Netanyahu hoy miércoles.
Asimismo, el jefe del gobierno israelí argumentó que “la situación actual no puede continuar” y enfatizó que “los haredim (ultraortodoxos) y los árabes israelíes deben integrarse en el servicio militar".
Al analizar el informe publicado el miércoles por el Comité Plesner, Netanyahu dijo que las recomendaciones son importantes principios y abogó por un plan más amplio para la incorporación de los árabes en la administración pública nacional.
"Mi intención es llevar adelante un proyecto de ley que atiende tanto a los haredim como a los árabes y estimamos de que va a ganar el apoyo de la mayoría de la Knesset (Parlamento israelí) y que serán aplicable".
Netanyahu insistió en que está decidido a lograr un "dramático incremento en el porcentaje de participación haredi y árabe en el servicio nacional”.
A todo esto, fuentes de Kadima citadas por el portal de noticias Ynet respondieron que el plan del Primer Ministro no puede ser implementado. "No hay absolutamente nada allí", argumentaron.
"No es sólo un intento de contar la historia a los medios de comunicación. Las diferencias son tan masivas que las declaraciones de Netanyahu son nulas", agregaron desde Kadima.
Yuval Tzelner, un estrecho colaborador del viceprimer ministro, Shaul Mofaz, dijo que la alianza con el gobierno se verá comprometida si Netanyahu no logra aprobar el informe Plesner.
El jueves, el Primer Ministro comenzará a discutir el nuevo proyecto de ley con sus socios de la coalición y tratará de concertar una reunión con Mofaz.
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