La crisis que está asolando al gobierno de Hosni Mubarak en Egipto, que se suma a las que en los últimos días se sucedieron en otros países de Medio Oriente y el norte de África, es seguida con suma atención y preocupación por el gobierno de Israel, pero también por los medios de comunicación de este país.
A continuación se presentan síntesis de las opiniones de los cuatro principales diarios israelíes.
El editorial de hoy, lunes 31 de enero, de Haaretz se titula “Occidente debería alentar el nuevo orden de Medio Oriente” y advierte que “no es suficiente” con demostrar “la sorpresa y el horror ante la toma del control de la agenda política cotidiana por parte de movimientos civiles”.
En tanto, Aluf Benn predice que “Las protestas en Egipto pueden traerle un nuevo amigo a (el presidente estadounidense, Barack) Obama: Israel” y sugiere que “este momento es una oportunidad para que Netanyahu aumente la cooperación con los Estados Unidos”.
En cambio, Ron Leshem profetiza que una “religión y política radicales pronto conformará Medio Oriente”, cuyos integrantes serán “múltiples y fragmentados, descoloridos y decepcionantes, de izquierda y derecha”, pero “todos hostiles a Israel, por supuesto”.
Por su parte, The Jerusalem Post clama en su editorial por “una transición ordenada del poder en Egipto” y anticipa que “ciertamente no se alcanzará el progreso con otro régimen islámico radical”.
Herb Keinon vincula “El caos egipcio y la cuestión palestina” y analiza que “la inestabilidad imperante en el vecino de Israel en el Sur, así como el Líbano en el Norte, sólo reforzará la concepción de (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu: cualquier acuerdo de paz debe estar precedido por férreas medidas de seguridad en el terreno”, las cuales “no pueden hacerse descansar en un tercero”, sino que “Israel debe estar presente”.
A su turno, Arch Puddington se refiere a “El legado de la autocracia árabe” y señala que “existen algunas similitudes claras entre los (ex Estados) satélites soviéticos y los regímenes árabes de hoy, pero la situación actual en Medio Oriente es peor que durante la Guerra Fría”.
Y Elliot Jager pretende desde el título “Indicios de Medio Oriente” enseñar que “a pesar de la tendencia occidental a tratar a los países árabes como una masa indiferenciada, cada uno tiene sus propias circunstancias”.
Para Eli Shaked, uno de los editorialistas de Yedinot Aharonoth, “la paz con Egipto está en riesgo” y esto “no se ve bien para nosotros, ni para los Estados árabes moderados”, en particular para “nuestra paz con Egipto y para la estabilidad regional”.
Y Orly Azoulay denuncia que “el presidente estadounidense, Barack Obama, se ha divorciado de Oriente Medio, aun cuando no lo declare o le presente al mundo el certificado”.
En tanto, Itamar Eichner anuncia que “Israel quedó completamente solo” y que “el levantamiento en Egipto refuerza (su) angustia estratégica”.
Finalmente, Maariv, el único de ellos que no tiene versión en inglés, presenta dos opiniones.
En primer lugar, Shmuel Rozner asegura que “el gobierno estadounidense se debate entre la democracia y la estabilidad en la escena egipcia”, mientras que Chelo Rosenberg denuncia que “la situación en Egipto ha sido provocada por la pobreza, el hambre y la opresión” y se pregunta “cómo la inteligencia no advirtió sobre ello”.
CGG
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