La Unión Europea expresó su fe en las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos ayer, pero el presidente israelí, Shimon Peres, cree que no quedan muchas más oportunidades. “Estamos empezando una cuenta regresiva para la paz y se está acabando el tiempo”, dijo hoy en la convención de Galilea en la ciudad del noreste Beit Shean.
“Hay procesos serios de deslegitimización de Israel y una islaminización radical en la región, con Irán armándose. Debemos ser sensatos. No queda mucho tiempo más para las negociaciones”, advirtió el presidente.
En referencia a la situación en Galilea, Peres estimó que un acuerdo de paz permanente aceleraría el desarrollo del área.
“No hay paz que no sea paz regional. No hay ningún país que no se vea afectado por la economía global, y la seguridad ya no depende de un solo país. En esta era, los misiles pueden ser disparados no solo de Gaza, pero también de Alaska”, dijo.
La Unión Europea presionó al gobierno israelí ayer para congelar la construcción de los asentamientos y ofreció más ayuda a la Franja de Gaza, gobernada por Hamas. También le pidió a Israel que abriera las fronteras de esta zona para incrementar el tráfico.
Los ministros de relaciones exteriores de la UE “vieron con pesar” el fracaso de Israel de extender la moratoria en la edificación de los asentamientos judíos y se pronunciaron en desacuerdo con la decisión de EE.UU. de abandonar los intentos de persuadir a Israel a que imponga un congelamiento.
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