En el marco de la “IV Feria del Libro Social y Político”, organizada por la Dirección de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, en la Biblioteca Nacional, se presentó el libro de Guillermo Lipis “Zikarón-Memoria. Judíos y militares bajo el terror del Plan Cóndor”, publicado por Ediciones del Nuevo Extremo.
Junto al autor se refirieron a esta investigación Marcos Weinstein, integrante de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos de la Argentina y premio Azucena Villaflor 2010 a los Derechos Humanos, y el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet-El e integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
“Zicaron – Memoria” trata uno de los temas más dolorosos y controvertidos de la historia de la comunidad judeoargentina, el de los desaparecidos judíos durante los años del Proceso, 1976-1983, analizando la actuación de la dirigencia comunitaria y del gobierno israelí de esos años.
Lipis, luego de agradecer a los presentes y a Weinstein y Goldman por acompañarlo en la presentación inició sus palabras mencionando dos hechos recientes relacionados con el tema por él investigado: “Claudio Orosz, el abogado de HIJOS y familiares de desaparecidos de Córdoba, recibió la semana pasada, en la casa de su padre, una foto de Hitler junto a un mensaje amenazador: ‘judíos bastardos y mal nacidos, tío Adi (por Hitler) le hará justicia. ¿Nunca se preguntaron cómo era el olor de la carne podrida?’, le preguntaron sin ironía. El 5 de julio de este año, un ingeniero radicado en Villa Carlos Paz llamó al padre de Orosz y le dijo que ‘Menéndez debió haber matado a 30.000 más, entre ellos a su hijo, que tendría que estar viendo crecer las margaritas desde abajo’. La otredad, con la particularidad de ser judío, también incluye, hasta hoy, estrategias particulares de presiones, secuestros, torturas y, tal vez, formas acabadas de muerte para los desaparecidos en el pasado nacional”.
Después de esta introducción, Lipis se refirió, entre otros aspectos tratados en su libro, a la responsabilidad de la dirigencia comunitaria de la época sosteniendo que no fueron responsables de las desapariciones aunque “si hay que evaluar si fueron responsables de no haber actuado de otro modo por omisión, inacción o imposibilidad porque la conjunción entre la estrategia de la dictadura y la lectura política de la dirigencia arrojó la desaparición de esos jóvenes en un océano de laxitud política del que nadie se hizo ni se hace cargo”.
Marcos Weinstein, por su parte, se refirió a la manera en que la se llegó a la cifra de 1.800 a 2.000 desaparecidos judíos y el rabino Daniel Goldman centró sus palabras en el análisis de lo actuado por la dirigencia planteando la necesidad de repensar lo ocurrido eliminando los aspectos míticos existentes.
Concluida las exposiciones de los tres panelistas, varios de los presentes realizaron preguntas o contaron sus experiencias, entre las cuales podemos mencionar las de una señora que afirmó que fue sacada del país por sus padres luego de que su pareja desapareciera y enviada a Israel, donde sólo permaneció un año. Luego le entregaron un pasaporte, con el cual se traslado primero a España y luego a México hasta que regresó a la Argentina luego de 1983 y reconoció que hasta ese momento, el de su salida del país, el ser judía no le significaba nada.
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