Brigadas de los Mártires de al-Aksa, brazo armado de Fatah, se han atribuido la autoría del atentado perpetrado por Mohamed Zal, que provenía de la aldea de Hassam, en el distrito de Belén, en un comunicado emitido por la televisión al-Manar, del grupo libanés Hizbulá.
El Ejército de Israel ha cerrado a cal y canto la región de Belén, poco después del atentado.
A las 08.30 hora local (06.30 GMT), una fuerte explosión se registró en el interior del autobús de línea regular número 14, en la esquina de las calles de Emek Rafaim y David Remez, cerca del Parque de la Campana de la Libertad y a unos diez metros de una gasolinera.
«Fue hacia la mitad del autobús. Los cristales estallaron. Se elevó una columna de humo negro y varios cuerpos saltaron a la carretera», dijo a EFE Moshé Matitie, de 38 años, programador, quien se encontraba al volante de su automóvil a la espera de que el semáforo se pusiera en verde.
«Después vi a la gente salir. Unos lloraban, otros gritaban y otros guardaban silencio», explicó.
Varios escolares figuran entre las sesenta personas que resultaron heridas en el atentado, once de ellas en estado muy grave, que han ingresados en cuatro hospitales de Jerusalén.
En el lugar del atentado estaba el portavoz del Gobierno, Daniel Zieman, quien consideró que la fecha del atentado nada tiene que ver con las deliberaciones sobre la legalidad del muro que comienzan mañana en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
«No tiene ninguna relación. Los terroristas intentan constantemente llevar a cabo ataques de este tipo y lo hacen cuando pueden», aseveró.
«Todo lo que tenemos -agregó- es el asesinato premeditado de israelíes por ser israelíes» Y el primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Alá), en un escueto comunicado emitido desde sus oficinas de Abu Dis, se apresuró a condenar el atentado, que «tendrá -dijo- efectos negativos en la causa palestina y contradice los intereses de ambos pueblos, de los israelíes y de los palestinos».
Abú Alá aseguró que «los palestinos siempre se han opuesto a los ataques contra objetivos civiles», poco antes de reunirse en Ramala con dos vicesecretarios de Estado y Tesoro de EEUU, Alan Larson y John Taylor.
Una vez en Ramala, Abú Alá instó a las facciones armadas a frenar «este tipo de acciones que no hacen más que dar excusas a Israel para construir la barrera de separación», que por otra parte» ya vemos que no frena los ataques».
El atentado se produce la víspera de que comiencen las deliberaciones en la Corte Internacional de Justicia de la Haya sobre la legalidad del muro que Israel construye en Cisjordania.
En ese sentido, las reacciones israelíes no se han hecho esperar.
Así, el ministro de Justicia, Tomy Lapid, afirmó que «el atentado suicida no hubiera ocurrido si Jerusalén hubiera estado rodeada por un muro de seguridad», mientras que el de Exteriores, Silvam Shalóm aseguró que «el atentado prueba la necesidad de construir la valla».
Para probar que el muro es una construcción que impide entrar a los suicidas palestinos, Israel ha trasladado a La Haya los restos del autobús que fue objetivo del anterior atentado perpetrado en Jerusalén.
Fue el pasado 29 de enero, y a causa de la explosión en el vehículo, originada por un policía de la ANP, también proveniente de Belén, murieron once personas y más de 40 resultaron heridas.
Fte EFE
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