Itongadol.- El director ejecutivo de B’nai B’rith International, Daniel Mariaschin, y el presidente del Instituto Judío Americano de Relaciones Internacionales de B’nai B’rith International (AJIRI-BBI), Richard Schifter, enviaron una carta al New York Times en relación con su reciente y engañoso artículo sobre la UNRWA y la ayuda a los palestinos:
Al editor,
El New York Times, al pretender presentar una visión objetiva de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (“Qué saber sobre la Agencia de Ayuda de las Naciones Unidas para los Palestinos”, 26 de enero de 2024), se equivoca con creces. A pesar de los atroces abusos cometidos por la UNRWA y su personal (educación sobre el odio, empleados de la UNRWA celebrando las masacres de Hamás del 7 de octubre, empleados de la UNRWA participando en la planificación de las masacres del 7 de octubre, etc.), el verdadero problema con la UNRWA es mucho más fundamental.
El verdadero problema de la UNRWA es su propia existencia. ¿Por qué existe una agencia de la ONU sólo para los “refugiados” palestinos? ¿Por qué numerosas generaciones de descendientes de “refugiados” palestinos todavía se consideran refugiados (a diferencia de los descendientes de refugiados en cualquier otro conflicto)? ¿Cómo se considera refugiados a los palestinos en Gaza, cuando viven, y siempre han vivido, dentro del territorio de “Palestina” (y supuestamente dentro del territorio de un potencial Estado palestino)?
Las respuestas a estas preguntas son preocupantes. La UNRWA ha alentado a generaciones de palestinos a creer que “regresarán” a lo que ahora es, y ha sido durante 75 años, el Estado de Israel. Es este mal sueño y la incitación que lo acompaña lo que ha alimentado el odio violento hacia israelíes y judíos que condujo al 7 de octubre. Lejos de ser una agencia humanitaria que es “un salvavidas vital” y simplemente “un punto de discordia con Israel”, la UNRWA es un obstáculo importante para cualquier resultado pacífico para israelíes y palestinos.