Itongadol/AJN.- Saad Hariri, el primer ministro de Líbano, se unió a un gobierno de coalición con Hezbollah, concediendo la derrota y entregando al grupo terrorista chiíta libanés más poder político que nunca.
En una entrevista con el periódico italiano La Repubblica durante una visita oficial a Roma para reunirse con su homólogo italiano Paolo Gentiloni, Hariri explicó que él y el grupo terrorista chií libanés "dejó de lado" sus diferencias para servir al país.
"Pienso en el bien del Líbano, en encontrar las fórmulas y en los acuerdos que nos permiten manejar los problemas del país", añadió.
Profundamente integrados en la política y la sociedad libanesa, miles de chiítas confían en Hezbollah para el apoyo social, médico y financiero. Según la entrevista, Hariri afirmó que como primer ministro, busca encontrar una fórmula nacional que preserve la unidad.
Cuando a Hariri, cuyo padre Rafik Hariri, el ex primer ministro fue asesinado en un coche bomba atribuido a Hezbollah, se le preguntó acerca de estar en un gobierno con un partido acusado de asesinar a su padre, respondió diciendo que confía en el Tribunal Especial para Líbano y cree que encontrará a los responsables y "condenará a los criminales".