Itongadol/AJN.- Si bien la Península Ibérica sigue experimentando un reaparecimiento y un resurgimiento de su pasado judío, se está llevando a cabo un cálculo más silencioso, pero similar, en la isla de Sicilia, concretamente en la capital de Palermo.
Un artículo del New York Times publicado a principios de esta semana cuenta la historia de la población judía de Palermo, que se remonta al siglo I dC. Palermo fue una vez el epicentro de la vida judía en Sicilia, con una población de 5.000 judíos, pero que cambió en el siglo XV. En 1492, se publicó un edicto prohibiendo a los judíos de Sicilia que condujeran al exilio o a la conversión forzada. Al igual que en España, muchos de los judíos convertidos – conocidos como Marranos – continuaron practicando su judaísmo en secreto.
515 año más tarde, una pequeña comunidad judía surgió en la ciudad. Algunos llegaron de lejos para ponerse en contacto con sus raíces y, para ayudar a alimentar este resurgimiento, Corrado Lorefice, arzobispo de Palermo, “ha concedido a la comunidad emergente el uso de un oratorio no utilizado para ser transformado en la primera sinagoga estable de Palermo en cinco siglos”.
Según Luciana Pepi, profesora de lengua hebrea, filosofía y cultura de la Universidad de Palermo citado en el artículo, la iglesia dotada por Lorefice posee el nombre Santa María del Sabato, por lo que “algunos eruditos han planteado la hipótesis de que podría estar relacionado con la memoria de la celebración de Shabat”. Es apropiado entonces, que será el sitio del comienzo de la renovación judía de la ciudad.
En cuanto al edificio en sí, está bastante deteriorado, pero para la comunidad judía de la ciudad, no importa. Evelyne Aouate, una de las mujeres que encabezó el esfuerzo de reactivación, manifestó: “Es hermoso, pero todavía hay mucho por hacer”.