AJN.- El Gobierno de Qatar donó 12 millones de dólares para la compra de combustible destinado a la central eléctrica de la Franja de Gaza y paliar así la crítica situación de sus habitantes y apaciguar así las protestas que enfrenta Hamás. Casi 2 millones de personas se vieron afectadas por la crisis, muchos salieron a manifestar y fueron reprimidos.
El combustible proveniente de Qatar llegó a la Franja de Gaza anoche y ayudará a aliviar la escasez de energía que ha provocado protestas poco comunes contra el gobierno de Hamás, que fue respondida con represión y una ola de arrestos.
La Autoridad de Energía de Gaza informó que el combustible de Qatar duplicaría la cantidad de energía proporcionada a los hogares de Gaza. La franja costera ha sufrido en los últimos días la peor escasez de electricidad en años, limitando a los habitantes a aproximadamente cuatro horas de electricidad por día.
En las últimas semanas se registraron varias muertes por incendios, incluso de niños, al intentar calefaccionar los hogares. Algunas fábricas, panaderías y restaurantes han tenido que despedir empleados y cortar horas de trabajo para sobrevivir a esta situación.
También informó que la donación qatarí permitirá poner en marcha un tercer generador en la central eléctrica, con lo cual el suministro volverá a establecerse en ciclos de 8 horas durante 3 meses.
Más allá del alivio para la población, también la organización Hamás se verá beneficiada por esta ayuda del Gobierno de Qatar. Las fuerzas de seguridad de Hamás reprimieron con dureza a los pobladores que salieron a protestar para exigir el fin de los cortes de suministro de energía eléctrica, atacaron a periodistas y corresponsales extranjeros y se enfrentaron con manifestantes, especialmente en el campamento de refugiados Jebalia.
El Ministerio del Interior de Hamás anunció que liberará a todos los detenidos durante las manifestaciones.
La Autoridad Palestina, que paga la energía suministrada por Israel y Egipto, normalmente transfiere combustible a Gaza y la exime de la mayoría de los impuestos. Pero debido a sus propias restricciones financieras y al conflicto y la rivalidad entre Hamás y Fatah, comenzó a exigir de Hamás el pago de dichos impuestos, lo cual provocó una nueva crisis en las tensas relaciones.