Itongadol/AJN.- Veintidós jóvenes israelíes del Grupo Oz 2016 Mochileros sin Fronteras realizaron ayer, martes, el acto de cierre de un nuevo año de trabajo voluntario en el barrio Cuartel II de Muñiz, en San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, rodeados de niños con sus madres, colaboradores, el párroco local y funcionarios municipales, de la Organización Hebrea Argentina Macabi y de la Embajada de Israel, liderados por el jefe de la misión, Ilan Sztulman. Ver fotos haciendo clic en VER MAS IMAGENES
“No tienen idea de lo contentos que estamos de regresar a este hermoso país y queremos celebrar el amor tan grande que hemos recibido; hace menos de tres años que existe Mochileros sin Fronteras y ya conseguimos tanto, gracias a cada uno de ustedes”, aseguró una de ellos.
“Muchos israelíes vienen a pasear y disfrutar de las increíbles vistas y la cultura de la Argentina y sentimos que era necesario devolverle un poco; nuestra manera de decir gracias es ayudar un poco a la comunidad local, con actividades de educación y trabajo voluntario para mejorar las instalaciones”, que incluyeron clases y talleres de matemática, inglés, higiene y cuidado del cuerpo, etc., agregó.
“El año pasado empezamos en esta misma canchita, con los niños del barrio, y esta vez les enseñamos también a los de la Escuela N° 30 [Clorinda T. B. de Munzon], ayudamos a un comedor y le dimos sentido a los murales que pintamos en el Jardín y el CDI”, por el Centro de Desarrollo Integral donde funciona [ver fotogalería], enumeró la mochilera israelí.
“Mochileros sin Fronteras son jóvenes israelíes que, después de su servicio militar, salen a hacer algo positivo y siguen la tradición judía del ‘tikún olam’, mejorar el mundo no con palabras, sino con donaciones y contribuciones a la comunidad argentina todos los meses de noviembre desde hace muchos años”, explicó el embajador.
“No debe ser casual que estas personas bellas y jóvenes de tan lejano país, que D’s ha puesto en nuestro camino, hayan venido de nuevo a la Argentina, especialmente a una localidad tan chiquita como Muñiz”, destacó la directora del comedor “Los angelitos de Madre Rosa”.
“Se han acercado a abrazar y jugar con los chicos durante varias horas; su presencia es muy importante y quedará sellada en el recuerdo de cada uno”, añadió.
Esta iniciativa nació hace unos años, cuando una señora empezó a invitar a los chicos del barrio a su casa; ella se encargaba de conseguir la comida y alimentar a un grupo grande de niños, pero en 2012 falleció y su marido no continuó con la tarea.
Entonces la Fundación Umbrales del Tercer Milenio invitó a varias madres a cocinar para unas 200 personas en el CDI.
Paralelamente, “el presidente o el director de Macabi le preguntó al agente territorial de la zona, Mario Soto, si conocía algún comedor que le gustaría presentarle y él nos dijo que fuéramos a preguntar, entonces la hermana María Isabel hizo la conexión”, narró una de ellas, Victoria Alfonso, a AJN.
“El año pasado les dimos el premio Macabi Abraza a la solidaridad, el trabajo y la misión que hacen estas madres, y bien merecido lo tienen”, resaltó Natalio Furmanski, director ejecutivo de la entidad judía, con sede en San Miguel.
En 2014, la fundación compró unos terrenos y el 24 de noviembre del año, junto con el comedor y la Asociación Civil Leoncito Dan inauguraron la construcción de una nueva sede, con un salón y baños.
“Es un sueño hecho realidad, por los chicos y por la hermana, que luchó mucho por esto y falleció el 22 de enero”, tras contraer una enfermedad en África, adonde viajó para ayudar, resaltó Alfonso, quien agregó que “los chicos de Macabi vienen a jugar” con los del barrio, en el marco del proyecto solidario Shoresh.
“Muchas cosas confluyeron en la buena voluntad y la solidaridad y creo que a todos nos sorprendió encontrarnos haciendo la misma tarea; nos alegra muchísimo haber podido nuclear a las ocho instituciones que participaron”, subrayó Héctor Armelín, párroco del vecino barrio El Faro, a AJN.
“Esto es romper la indiferencia del mundo para con quienes más lo necesitan y hacerlo mancomunadamente, desde todos los puntos de vista que tenemos de ver la vida; es querer compartir proyectos, es un amor hecho realidad en el servicio”, prosiguió.
“Estoy profundamente contento porque siempre añoré relacionarme con mis hermanos judíos; adonde va, el Papa propone empezar a romper fronteras e ir logrando la comunión entera del mundo”, citó el religioso católico.
“La embajada los apoya porque ayudan a mejorar la relación entre Israel y la Argentina, pero para ellos la diplomacia no es relevante, sino conocer a la gente y estrechar vínculos; me gustaría que jóvenes argentinos e israelíes puedan trabajar juntos en proyectos como éste”, anheló Sztulman, quien estuvo acompañado por su agregado de prensa, Yossi Zilberman.
En tanto, “Macabi es el lugar adonde los mochileros israelíes vuelven todos los años: duermen, comen, descansan y se juntan con las otras fundaciones para hacer este trabajo”, precisó Furmanski.
“A veces uno ve a soldados israelíes y cree que solo defienden a su Estado, pero educar es defender también a la humanidad: que aquellos chicos que no tenían esa posibilidad puedan reír, tener un corazón más grande y ver qué es la solidaridad y darle al otro, aunque sea una sonrisa”, finalizó.
Los mochileros regalaron pelotas a los nenes y el evento finalizó con la entrega de plaquetas.
Video 1:
Video 2:
Video 3: