Así acababa esta noche la reunión en Tel Aviv entre el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, y el asesor de seguridad palestino, Mohamed Dahlan.
La transferencia de Israel a la policía palestina del control de seguridad en Ramala, Belén, Kalkilia, Tulkarem y Jericó estaba prevista para el próximo miércoles.
Las conversaciones de Tel Aviv se han visto enturbiadas por la muerte hoy de una niña palestina de 10 años en la franja de Gaza por disparos del Ejército israelí y la respuesta mediante lanzamiento de cohetes contra asentamientos judíos por parte del grupo armado palestino Hamás.
La niña Noran Deed, de 10 años de edad, murió esta mañana al ser alcanzada en la cabeza por los disparos de soldados israelíes, cuando se encontraba en una escuela de Naciones Unidas en la localidad de Rafah, el sur de la franja de Gaza.
Horas después, Hamás lanzaba cinco morteros contra el bloque de asentamientos judíos de Gush Kativ, en la franja de Gaza, sin consecuencias.
El portavoz del brazo armado Hamás, Abú Obeida, afirmó que «los ataques sionistas no cesan y, por tanto, la resistencia continuará».
Agregó que «mientras el enemigo no frene, seguiremos con el lanzamiento de morteros».
Por su parte, el primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Ala) que se reunió en Gaza con el Gabinete palestino condenó la acción del Ejército israelí, que ha quebrado el alto el fuego observado hasta ahora por las facciones palestinas tras intensas negociaciones en Gaza del presidente de la ANP, Mahmud Abbás (Abú Mazen).
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