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Israel. Veinte años después del asesinato de Ytzjak Rabin, la plaza es de los jóvenes

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Itongadol/AJN.- Llegaron desde todos los rincones del país, y muchos desde fuera de Israel. Los jóvenes organizaron la concentración del vigésimo aniversario del asesinato de YtzjakRabin y fueron una presencia predominante en la noche del sábado en Tel Aviv. Decenas de miles que aún no habían nacido cuando YgalAmir disparó contra el primer ministro colmaron la plaza.

Con banderas políticas y de movimientos juveniles, en grupos, parejas, los jóvenes no dejaron lugar a dudas de que tienen bien claro por qué estaban allí.

En diálogo con la Agencia Judía de Noticias, Sofía, del movimiento juvenil de derechaHanoarHaLeumí aseguró: “Estamos aquí porque nuestro movimiento, y yo creo que así lo piensan todos los movimientos juveniles que están hoy aquí, cree que la democracia es un valor supremo para la sociedad israelí”. Haciendo un gesto de comillas con sus manos, Sofía advirtió que nadie puede hacer “justicia” por mano propia. “Nadie puede asesinar, no importa en nombre de quién lo hace, o de qué ideología. Nosotros creemos en este principio y estamos aquí para expresarnos, para apoyar este mensaje, para representar a quienes piensan como nosotros, y para mostrar que creemos en este camino”, agregó.

“Nosotros estamos al margen de la ideología política de Rabin y de cualquier otro pensamiento político y estamos aquí para decir que nos oponemos a la violencia. Lo que quiero decir es que no importa qué pensaba YtzjakRabin, cuál era su ideología, el asesinato no es el camino. Hay una gran diferencia entre hablar de derecha e izquierda y destruir las reglas del juego de la democracia”, señaló Shajar Alón, del movimiento  HaijudHajaklai, la Unión de Asentamientos Agrícolas.

Alaah, una joven drusa perteneciente al Movimiento HanoarHaovedVehalomed (movimiento juvenil socialista “Juventud que Estudia y Trabaja”) se sumó a la conversación. “Estamos aquí porque queremos una verdadera convivencia, queremos vivir en paz. Esta situación, así como están las cosas, es imposible. Vinimos para mostrar que los extremistas no nos representan”, explicó Alaah.

“La mayor vergüenza es no asumir las culpas”

Los jóvenes israelíes hablan sin tapujos de la seguidilla de manifestaciones que precedió al asesinato de ItzjakRabin, de las fotografías trucadas en las que aparecía con uniforme nazi o vestimenta de terrorista palestino. Aquellas protestas en las que lo tildaban de traidor y exigían a gritos que desapareciera de este mundo. Al respecto, Shajarrefelxionó,en diálogo con AJN: “Nosotros pertenecemos a la ´generación de después del asesinato de Rabin´, llegamos a una realidad que ya había cambiado. Creo que precisamente por eso, porque nosotros no existíamos cuando esto sucedió, no tenemos menos miedo de hablar. Pero los que incitaron a la violencia contra un primer ministro y lo llamaron traidor se esconden detrás de aquella gran ola de instigación que precedió al asesinato. Todo el mundo sabe que eso fue lo que llevó al asesinato, pero nadie se hace cargo, los adultos no hacen autocrítica y no asumen esa responsabilidad”.

Yarden, deHanoarHaovedVehalomed, se sumó a las consideraciones de Shajar y agregó: “Hay gente que sí admite que participó en aquellas protestas contra Rabin, pero dicen que nunca pensaron que alguien llegaría tan lejos. Y creo que ésa es la vergüenza más grande, que no admiten sus culpas y que no fueron capaces de impedir que alguien tomara en serio todo lo que ellos estaban diciendo y lo llevara a cabo”.

Para Ibtihal, perteneciente al mismo movimiento juvenil en la localidad drusa Julis, “parece poco probable que algo haya cambiado en el mundo de los adultos, al contrario, las cosas están peor que hace veinte años. Pero sí hay un cambio, porque el hecho de que estemos aquí jóvenes de todas partes, de movimientos juveniles de todas las ideologías, árabes, judíos, religiosos, no religiosos, en mi opinión es un buen motivo para tener esperanza de que las cosas sí puedan mejorar en este país”.

“Estoy de acuerdo”, interrumpió con una sonrisa Ahlam, también de HanoarHaovedVehalomed y de Julis. “Los jóvenes siempre queremos paz, convivencia, y hacemos cosas en la vida cotidiana para que eso se pueda hacer realidad. Nosotros venimos cada año a esta plaza, para recordar, para repetir el mensaje, pero por ahora nada cambia. Los adultos a veces no ven la realidad como nosotros, pero también hay adultos que sí creen en la paz y que luchan por mantener viva esa esperanza, el mensaje que Rabin trató de dejar”, resumió Ahlam.

La experiencia de los latinoamericanos en Israel: “La sensación es diferente”

Un grupo de latinoamericanos que participó en la concentración en Plaza Rabin dialogó con AJN, frente al sitio donde sucedió el asesinato, detrás del escenario donde tuvo lugar el acto.

“Nos parece que recordar 20 años del asesinato de Rabin es muy importante actualmente y creemos que es una gran experiencia poder estar acá”, aseguró Flor, del Movimiento Israel Hatzeirá de Buenos Aires. “A medida que van pasando los años y las épocas cada uno tiene una forma distinta de ver el mundo. Cuando mi mamá tenía mi edad pensaba distinto, cuando mis hijos tengan mi edad también van a pensar distinto. Yo no fui testigo y no vi ni siquiera en televisión el día en que asesinaron a Rabin. Pero la típica frase es cierta, los jóvenes somos el futuro y acá los jóvenes quieren empezar a tomar las riendas de la situación, tener más participación en este ambiente más politizado”, señaló Flor.

Otra joven del mismo movimiento juvenil, Lara, señaló que “es muy diferente vivir este momento acá, porque no es como en nuestros países, donde es simplemente un acto, aquí se puede ver lo que siente la gente y hay mucha política metida y eso le da otro tinte. La forma como veo lo que sucedió es igual, pero la sensación es diferente. Ahora estamos sentadas a veinte metros del lugar donde lo asesinaron y eso te moviliza, te genera algo dentro tuyo muy distinto a cuando lo vivís a quince mil kilómetros de distancia. Éste es “el” lugar y eso se siente”.

Para Jaime, de HanoarHatzioní  en Costa Rica, “el hecho de que se junten cien mil personas en esta plaza, todos conscientes de que se necesita la paz y que es algo vital para nosotros, y que la existencia de nuestro país casi depende de que haya paz, es una concientización que yo sí creo que muestra que hubo un cambio. Tal vez no sea un cambio muy radical, pero es algo muy importante. Es una pequeña semillita de un futuro mejor, que tenemos que seguir regando, para poder ver los frutos”.

Jaime coincidió con sus compañeros de grupo en que la vivencia del aniversario del magnicidio es completamente distinta en Israel. “El hecho de estar aquí en Israel cambió un montón mi perspectiva, porque en nuestra comunidad el acto en homenaje a Rabin es muy simple. Aunque sí se entiende la gravedad de lo que sucedió y la importancia del mensaje de YtzjakRabin, no se puede generar este sentimiento. El hecho de estar acá con miles y miles de personas, todos hablando en hebreo, tener tan cerca al presidente del Estado de Israel, es algo que me hizo vivir en carne propia lo que pasó, aunque yo ni siquiera estaba vivo cuando sucedió el asesinato”, aseguró Jaime. Y finalmente añadió: “Estar aquí me hizo sentir que yo soy parte de esta historia y que soy parte de este gran pueblo”.

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