Itongadol.- A pocos días de cumplirse el 21er Iortzait-Hilula (aniversario del fallecimiento) del Admur Rabí Menajem Mendel Schneerson, el 3 de tamuz, que este año coincide con el sábado 20 de junio, Jabad Lubavitch Argentina efectuó ayer, lunes, un acto conmemorativo en el auditorio principal de La Rural, titulado “Tributo al Rebe”, que contó con la asistencia de más de dos mil personas.
Luego de proyectarse un video (VER AQUÍ) en el cual éste comentaba momentos cruciales de la historia judía y otro donde tres rabinos que se desempeñan en este país -dos de ellos argentinos- contaban su experiencia y de que los presentes recitaran el salmo 114, el director general de Jabad Lubavitch Argentina, Rab. Tzvi Grünblatt, contó que “el día de hoy, 28 de siván, de 1941 de manera milagrosa llegó el Rebe de Lubavitch hasta la costa de Nueva York, habiéndose salvado de las huestes nazis, pero esta fecha fue un secreto hasta 1987, cuando se organizó un agradecimiento al Creador porque había salvado su vida”.
“Cuando estaba por finalizar Shabat se anunció al público que esa noche habría una celebración y el Rebe interrumpe y dice ‘con la esposa’, que se salvó con su esposa; cuento esto porque tiene que ver con la fecha de hoy y con una visión del judaísmo que el Rebe impulsó, implantó y fue ejemplo: el lugar especial de la mujer en todo lo que hace a la vida, y ni que hablar de la judía”, recordó.
“Ésta es una de sus miles de facetas, y justamente su grandiosidad es que debemos ser multifacéticos”, resumió el líder de Jabad Argentina.
Otra de las grandes novedades de su mentor fue el “hacer uso de la tecnología de avanzada para transmitir un mensaje que levante a la gente, no uno abstracto, sino uno concreto de lo que hay que hacer porque para el Rebe la identidad judía no era teoría, era acción y en eso radica una de sus grandes revoluciones”, destacó.
“Pensamos que para lograr algo necesitamos grandes congresos y desarrollos, el Rebe hablaba de una acción ya, una mitzvá ya; uno piensa: ‘hice una acción, ¿qué va a pasar?’ y él no se cansaba de repetir a Maimónides cuando dice que una persona debe verse como una balanza equilibrada, que cada acción, cada palabra, cada pensamiento la está inclinando hacia un lado o el otro y que haciendo la acción buena, como lo manda la Torá, se inclina la balanza personal y universal para la salvación, la bendición y el bien”, enseñó Grünblatt.
“‘Una acción ya’ es lo que estamos haciendo con esta campaña: una mujer puede prender las velas de Shabat el viernes a la tarde, nada se lo impide, y va a sentir la mística, la luz y la fuerza que hay; y el joven, que puede estar en cualquier lugar, también encuentra su conexión con la esencia y su revitalización porque éste es uno de los puntos claves que el Rebe le trasmitió a la gente: que en cada mitzvá está la energía y el infinito de D’s, que no se mide si es un instante o miles”, continuó.
Para Schneerson “no había oportunidad que no fuera apta para fortalecer el judaísmo, y también fue revolucionario en traer el mensaje de que los judíos debemos ser luz para todas las naciones a través de difundir los siete preceptos universales que son la base de la civilización, y creo que en 1989, el presidente (de entonces, Raúl) Alfonsín firmó una proclama de adhesión a que los países tienen que basarse en ellos”, memoró el director general de Jabad Lubavitch Argentina.
“Eso fue el Rebe: pensar en cada uno en lo macro y en lo micro simultáneamente: en 1967, cuando el mundo temblaba por la existencia del Estado de Israel y el Departamento de Estado de los Estados Unidos mandó a evacuar a todos los norteamericanos, sabía el desenlace de la Guerra de los Seis Días y les dijo muy claro a todos sus seguidores que nadie se moviera porque D’s no los iba a abandonar; y en la Guerra del Golfo fue categórico diciendo que no tuvieran miedo porque iba a haber milagros y vimos los resultados: cómo no hubo víctimas de los 39 misiles (que disparó el entonces dictador iraquí) Saddam Hussein, mientras que uno solo cayó en una base norteamericana en Arabia Saudita y dejo 39 víctimas, desgraciadamente”, ejemplificó.
“Ese Rebe que tenía esa claridad nos dijo que estamos en los momentos previos a la llegada del Mesías y que cada uno de nosotros somos socios y tenemos el privilegio de reparar el mundo con una acción más”, enfatizó Grünblatt.
“Quiera D’s que esta noche nos lleve a redoblar el esfuerzo con cualquiera de las diez campañas: amor al prójimo, educación de Torá, estudio diario de Torá, colocación diaria de tefilín, poner mezuzot, casas llenas de libros de judaísmo y Torá, encendido de velas de Shabat, cashrut y vida familiar judía”, finalizó.
A continuación, el rabino Moshe Kotlarsky (foto), vicepresidente de Jabad Lubavitch Internacional y desde hace 40 años responsable de la apertura de filiales, admitió que el día del fallecimiento del Rebe fue el más triste de su vida.
El invitado de honor reveló que cuando era pequeño, en los años ’40, muy pocos acompañaban a Schneerson cada Shabat en su sinagoga en Nueva York -sus asistentes, 40 estudiantes de la ieshivá y unos 15 chicos-, mientras que actualmente hay 4700 shlujim (emisarios) de Jabad en todo el mundo y ése es el éxito de la obra del Rebe, que se entregaba por completo porque difundir el judaísmo, enseñar Torá y cumplir mitzvot como un ejemplo vivo era la misión de su vida.
Schneerson “quería que supiéramos de lo que somos capaces porque cada judío cuenta y no existe uno pequeño, sino niños a los que se dirigía con cariño”, elogió.
Kotlarsky afirmó que la función de cada sheliaj del Rebe es estar al servicio de los judíos y mencionó específicamente el caso de Alemania, donde hay 27 emisarios en 21 ciudades que hacen revivir el judaísmo en el país que trató de destruir a los judíos, y el de Nepal, donde hay 17.
Schneerson “nunca estaba conforme, siempre quería un poco más y en el mundo complejo en el que vivimos, con una alta asimilación, hay que lograr que los niños judíos sepan qué es el Shabat”, culminó.
El acto fue amenizado por interludios musicales y entre los asistentes se encontraban el vicepresidente 1º y el secretario general de la DAIA, Waldo Wolf y Jorge Knoblovits, el ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman y el titular de la AMIA Guillermo Borger.
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