Itongadol.- Esta historia va más allá del deporte en sí. Es la historia de dos discapacitados, Yavona Balai y Assael Shabo, en la que las rutinas en sus vidas cotidianas difiere mucho de la de los deportistas sin discapacidades. A fin de cuentas, ellos descubrieron al deporte como gran amor y como fuente de fortaleza que les permite superar las dificultades que les puso el destino y así se convirtieron en atletas que representan con orgullo al Estado de Israel.
Esta semana, ambos deportistas llegarán con los seleccionados masculinos y femeninos de israelíes de Basketball en sillas de ruedas a la ciudad de Frankfurt, en Alemania, para participar en el campeonato europeo. Los hombres, quienes llegaron el miércoles de esta semana, competirán junto a España, Turquía, Polonia, Suecia y Francia.
Los siete primeros puestos, sobre un total de 12, ascenderán al campeonato mundial que se disputará en el próximo año en Corea del Sur. Por otro lado, el seleccionado femenino, que partió el martes de esta semana de Israel, competirá en el grupo formado por: Alemania, Francia y España.
La bastquebolista Yavona Balai, de 26 años, nació en Etiopía y a los 3 años de edad fue diagnosticada con poliomielitis. Durante su infancia y su adolescencia necesitaba la ayuda de su padre y su hermano, quienes la cargaban sobre sus espaldas para transportarla de un lugar a otro. A los 16 años, su familia formada por 7 hijos y los dos padres hicieron Aliá hacia Israel y Yavona comenzó a utilizar silla de ruedas.
“Era todo muy difícil para mí. No salía nunca de mi casa, únicamente por urgencias salía. No jugaba, ni nada”, contó sobre sus difíciles días anteriores a la silla de rueda.
“Aquí- en referencia a Israel- todo cambió cuando recibí la silla de ruedas. Aprendí hebreo, empecé a salir, jugar y a vivir la vida como todos. Incluso tengo una Subaru y manejo, de tal forma que se podría decir que soy un ser independiente”, contó sobre sus logros en Israel.
No obstante, cabe destacar que en el edificio donde vive su familia en Rishon Le-tzion no hay ascensor, y mientras su madre sube la silla de ruedas por las escaleras, la atelta debe subir con sus manos.
Su contacto con el basquet se dio por casualidad, cuando Yavoni jugaba ping pong en un club en Rishon Le-tzion, y conoció a a una jugadora del seleccionado veterano, Rachel Said, quien le hizo conocer el mundo del basquet. Esta semana, Yavona salió por primera vez del país desde que hizo Aliá con su familia en 2003. “Estoy tan emocionada y confiada y sé que voy a vivir una experiencia única”, pronosticó.
“Mi familia me apoya y está muy feliz de que yo haga lo que a me gusta y me arregle sola”, agregó.