Sharon se desplazó al aeropuerto Ben Gourion, cerca de Tel Aviv, para recibir
a los nuevos inmigrantes. En su discurso de bienvenida, el primer ministro israelí aseguró que en estos últimos años «estamos siendo testigos del recrudecimiento del antisemitismo y tenemos una profunda estima por la movilización de Jacques Chirac y su Gobierno contra el antisemitismo».
Esta declaración significa un giro radical a la realizada el pasado 18 de julio, cuando lanzó un llamamiento a los judíos franceses para que abandonasen «inmediatamente» Francia a fin de huir del «antisemitismo desencadenado» que según él, impera en el Estado francés. La presidencia francesa respondió a estas declaraciones asegurando que Sharon no era bienvenido en Francia mientras no diera una explicación.
«Espero que el ejemplo dado (por Chirac) sea seguido por otros países», subrayó Sharon, antes de agregar que «es necesario establecer una distinción entre la lucha contra el antisemitismo y la promoción de la emigración (a Israel). Los judíos deben venir a instalarse aquí ya que es su patria y no para huir del antisemitismo», explicó.
Al pie del avión, los inmigrantes recibieron una rosa y una bandera israelí. Tzipi Livni, la ministra de la Integración les recibió al pie de la escalerilla y aseguró que «en tanto que judíos, sólo en Israel pueden encontrar libertad, igualdad y fraternidad».
A pesar de los últimos actos antisemitas vividos en Francia, Menahm Gour Ary, director en París de la Agencia Judía (organismo oficial encargado de incentivar la inmigración a Israel), estimó que «el antisemitistmo no es la principal razón que lleva a las personas a irse.
Los inmigrantes, lo que quieren antes que nada, es asumir su judaísmo», dijo. Según éste, el número de inmigrantes judíos franceses puede elevarse este año a 2.800 ó 3.000, frente a 2.100 el pasado año.