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El Museo del Holocausto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en conjunto con la DAIA y la B\’nai B’rith, recordaron el pogrom de la Kristallnacht (Noche de los Cristales Rotos), que los nazis llevaron a cabo en la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938.
El presidente de la Museo de la Shoá, Alejandro Desoretz, tuvo a su cargo la apertura del acto y lo hizo con un discurso centrado en explicar los motivos y los acontecimientos que precedieron el pogrom del 9 al 10 de noviembre de 1938, el alcance del mismo: centenas de judíos asesinados, 30.000 enviados a campos de concentración, más de 1.500 sinagogas incendiadass y 8.000 negocios destruidos, culpando a los judíos de ser los causantes de lo ocurrido. Desoretz sostuvo: “fue el primer encarcelamiento masivo de judíos por motivos étnicos” y que “los efectos del pogrom incentivaron la emigración de los judíos” de Alemania para culminar diciendo: “Nos encontramos aquí para honrar a nuestros mártires. Conmemoramos y recordamos para que nunca más ocurra un suceso como la Shoá”.
Julio Schlosser, en su carácter de vicepresidente a cargo de la presidencia de la DAIA, manifestó: “El sentido de nuestra presencia acá es reafirmar un compromiso que no estamos dispuesto a olvidar. No estamos dispuesto a olvidar lo que paso y no estamos dispuestos a olvidar a aquellos que niegan la Shoá”; para centrarse en la necesidad de enseñar lo que fue la Shoá a alumnos de las escuelas secundarias sosteniendo: “Esa es nunestra asignatura pendiente, más allá que podamos pensar que a través de la educación no logremos los resultados esperados”, recordando que “Alemania era uno de los países más cultos de Europa. Pero igual estamos convencidos que no tenemos otro camino”, refiriéndose luego a la necesidad de que los diversos gobiernos provinciales se sumen al de la provincia de Buenos Aires y otorguen puntos a los seminarios sobre Shoá puntaje para que les sirva a los maestros y profesores en su currículo, por que “No podemos enseñar Shoá si buenos profesores”, para finalmente comprometerse que “A que la Shoá sea una cuestión de estado, a no olvidar y acompañar a todos los sobrevivientes que hoy son la palabra y los testigos reales de aquel Holocausto, que todavía está en nuestros corazones”.
En nombre de la B’nai B’rith se refirió “al acto que estamos comentando” su vicepresidente Santiago Kuperwajs, quien luego de recordar que la B’nai B’rith tenía un poco más de de 100.000 miembros y que los nazis la prohibieron y detuvieron a sus dirigentes, manifestó: “Han pasado 74 años del trágico suceso.
Pienso que nuestra generación tiene el deber de trasmitir a las siguientes generaciones la obligación de grabaren la memoria de estos hechos. Es un aporte esencial para sostener la lucha por la defensa de valores sagrados del judaísmo, y para que estos episodios no vuelvan a repetirse”, afirmando más adelante: “No debemos perder de vista las actitudes de los negadores de la Shoá. Irán, que sigue ejecutando su proyecto de acceso a las armas nucleares encabeza, junto a sus serviles aliados, una cruzada de negación y odio. Hasta donde puedan llegar va a depender, en gran medida, de la firme oposición del mundo civilizado”.
Luego de estos mensajes sobrevivientes, dirigentes e invitados especiales encendieron una Menorá, a la vez que se efectuó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la Kristallnach.
El rabino Felipe Yafe inició sus palabras analizando un versículo bíblico del final del Deutronomio: “Cuando luego de 40 años, el pueblo de Israel se aprestaba a ingresar en la Tierra Prometida, el Creador le dice que deben reconfirmar el pacto y el texto dice que el pacto lo establece con quienes están hoy aquí y con quienes hoy no están aquí”. El Rabino afirma que el significado de “con quienes hoy no están aquí” fue motivo de discusión entre los jajamim (sabios) pues puede interpretarse refiriéndose tanto a los que salieron de Egipto y fallecieron en el transcurso de los 40 años de travesía en el desierto; pero también a los que han de nacer en el futuro; pero también con ambos. En base a esto el rabino afirmo “Este encuentro de hoy, cuando conmemoramos la Kristallnacht estamos renovando un pacto con los dos: con los que murieron y con los que nacieron después, y aún con los que no nacieron. ¿Por qué? Cuando una persona muere, fallece y desaparece de este mundo. Pero cuando una persona después de muerta es olvidada, se muere por segunda vez”, para luego analizar que los asesinados por los nazis tenían una historia y una misión, que puede ser olvidad por lo que “Nosotros tenemos un pacto con ellos, no permitir que se los olvide. Es un pacto de honor de quienes nacimos después de la Shoá, no permitir que se olvide pues “el monstruo que los asesinó no se murió ni desapareció; la bestia del antisemitismo está vivo. León Pinsker en ‘Autoemansipación’, en los años ’60 del siglo XIX, escribe ‘la judeofobia es un enfermedad humana incurable, no tiene cura, no hay forma de tratarlo, lo único que podemos hacer es estar vigilantes para tratar de mantenerlo en control”.
Luego de estos conceptos se refirió a Irán y sus pretensiones de hacer desaparecer al Estado de Israel y como parecen haberse olvidado los países europeos lo ocurrido.
Asistieron a la conmemoración el embajador de Austria en la Argentina: Robert Zisch, Carlos Frauman, presidente de COSLA; Martha de Auteno, presidente de la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana; Jorge Elbaun, director ejecutivo de la DAIA y recientemente designado embajador argentino ante la ITF (Task Force for International Cooperation on Holocaust Education, Remembrance, and Research – Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional de Educación sobre el Holocausto, el recuerdo y la Investigación), Sara Rus y Manuel Cobreniedk, entre otros.