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Los funcionarios de La Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras de Israel (PIBA por sus siglas en inglés) arrestaron a 115 inmigrantes africanos ayer como parte de la Operación “Yendo a casa”, según anunciaron esta mañana. La mayoría de los arrestados, 105, son ciudadanos de Sudán del Sur y el resto de Nigeria, Costa de Marfil y Ghana.
Desde que comenzó la operación el domingo, se han arrestado a 140 personas, según PIBA. La mayoría de los arrestos se llevaron a cabo en el sur de Tel Aviv, Eilat y otras ciudades de todo Israel donde tienden a residir, particularmente, los sudaneses del sur.
Los arrestos siguieron una orden de la Corte del Distrito de Jerusalem del jueves pasado, la cual rechazó un pedido de grupos de derechos humanos para prohibir la expulsión de inmigrantes sudaneses del sur, diciendo que la las Organizaciones No Gubernamentales no había probado que las vidas de estas personas estén en peligro si volvían.
Las detenciones comenzaron el domingo a pesar de las promesas de que los sudaneses del sur tendrían una semana para dejar el país voluntariamente antes de que comiencen los arrestos.
Hablando con Radio Israel esta mañana, el representante de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas en Israel (UNHCR por sus siglas en inglés), Sharon Harel, dijo que no hay nada que evite que Israel deporte a los ciudadanos africanos a su nuevo estado mientras se les de a los individuos oportunidades de pedir asilo.
Los arrestos de esta semana de varias docenas de africanos en el sur y centro de Israel es el primer paso en una eventual expulsión de todos los inmigrantes ilegales del Estado Judío, dijo el ministro del interior, Eli Yishai, hoy.